Flores secas y preservadas: no son lo mismo
El proceso de secado consiste en conseguir que las flores se deshidraten de forma natural. Aunque con este tratamiento su aspecto cambia y sus colores se apagan, las flores continúan siendo bellas y, además, mantienen su apariencia durante meses.
Existen varios procedimientos parar secar flores, aunque una de las maneras más sencillas consiste en secarlas al aire, formando ramilletes y colgándolas boca abajo. Lo más importante es buscar el lugar adecuado en el que colocarlas. Debe ser un rincón oscuro, seco y cálido, en el que las flores no reciban luz para evitar que pierdan mucho color. Deberás dejarlas allí durante un periodo de dos a cuatro semanas.
Cuando estén totalmente secas puedes aplicar un sellador floral y, si no tienes, también sirve rociarlas con laca de peinado.
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