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Esta casa en Sitges (Barcelona) se construyó en 1870 y tiene una característica que la hace sumamente singular: cuenta con dos plantas de tan solo 14 metros² cada una, aparte del terrado tipo terraza desde donde se goza de vistas al mar y de uno de los símbolos de esta población del Garraf, la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla.

La pequeña vivienda, que se encontraba en estado de semiabandono, se ha remodelado para convertirla en la segunda residencia de una pareja. La reforma la ha emprendido Interiorismo Parellades (www.finquesparellades.com), con Carlota Oliveras al frente del proyecto de arquitectura y Javier Quintanilla y Àngels Ricart, del de interiorismo.

Bienvenidos a La caseta de l’hort (que traducido del catalán significa ‘La casita del huerto’), que tiene el nombre forjado a mano por el artesano local Roger Llorià.

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Muy deteriorada vivienda

La puerta de entrada había sido ocultada por una persiana metálica enrollable que opacaba toda la luz natural y le daba apariencia de local comercial. Con la rehabilitación, no solo se mejora el estado de la fachada, sino que se muestra la puerta conservada de madera, cristal y forja, que ayuda a conseguir un ambiente más luminoso.

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El ‘antes’ de la planta calle

Ni estilo ni aprovechamiento del espacio en los 14 metros² de esta planta, en la que la mesa apenas permitía comer a dos comensales. Aparte, el sofá cama era pequeño y la tela de la funda, anticuada. Así pues, el ambiente no podía aparecerse más desangelado.

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Un reto mayúsculo

La casa es muy estrecha, lo que ha constituido un enorme hándicap para los artífices de la reforma. Así, fueron muchos los retos que tuvieron que afrontar, desde el diseño y distribución para convertirla en un espacio adecuado para vivir y recibir, pasando por la integración de instalaciones y electrodomésticos sin perder estilo ni carácter. “Pero quizás lo que más marcó el proyecto fue que no solo de trata de una vivienda muy estrecha, sino que también lo es la calle de acceso a ella, por lo que todos los elementos tuvieron que diseñarse para que fuera posible entrarlos en la casa y que se pudiera maniobrar con ellos dentro para su colocación”, detallan desde Interiorismo Parellades.

La planta calle concentra la zona de día con el salón, el comedor y la cocina. En el ambiente el espejo de cuerpo entero se encarga de multiplicar visualmente los metros, aparte de la luz.

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Una estudiada distribución

El sofá se sitúa frente a la puerta de entrada, que ahora parece una gran ventana decorativa. Y frente a este se encuentra el televisor, con una práctica mesa libro debajo, que abierta puede dar cabida a ocho comensales.

En el proyecto ha sido primordial aprovechar al máximo el espacio con mobiliario multifuncional. Por ejemplo, el sofá es también cama (fue comprado en Maisons du Monde). Se trata de casi la única pieza adquirida en tienda, pues el resto se ha elaborado a medida para que se ajustara como un guante al espacio disponible y lo rentabilizara por completo.

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Detalles marineros

La premisa principal de la arquitectura fue preservar y dar valor a la historia constructiva del edificio (recordemos que es centenario), conservando todos los elementos estructurales y decorativos posibles, como la viguería de madera o la puerta principal con forja artesanal.

Respecto a la decoración, se ha optado por una mezcla de estilo industrial y mediterráneo, “para conseguir un aire relajado y vacacional, pero con ese toque cosmopolita que caracteriza a Sitges”, comentan los artífices de la reforma y el interiorismo. En este rincón del salón, vemos unos toques marineros como las lámparas con pantallas hechas con redes de pesca y las conchas decorativas.

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Una cocina mínima

Antes de la reforma la cocina no contaba con muebles altos, tan solo el módulo en columna que integraba el frigorífico combi. Algo que se ha subsanado después para ganar capacidad de almacenaje y comodidad a la hora de trabajar.

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La actual cocina se tiñe de blanco

La cocina queda a la izquierda del sofá, en el lugar más discreto de la planta. Aparte de quitarle peso visual esta ubicación permite aprovechar al máximo el espacio debajo de la escalera para almacenaje. Allí se fabricaron armarios de fondo reducido para no desaprovechar ni un solo centímetro.

El mobiliario se selecciona en blanco, por varios motivos: para maximizar la sensación de espacio, generar un ambiente relajado y multiplicar la luz por todo el ambiente. El total white se matiza un poco con la encimera y el antepecho gris y el pavimento crema, de la firma Saloni.

Por cierto, la viguería del techo original en madera se reforzó con una nueva estructura de hierro, para así poder construir una escalera de caracol que permitiera un acceso al piso superior cómodo.

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Incómodo dormitorio

Esta habitación antes de la reforma desaprovechaba por completo el espacio con una cama individual arrinconada y ni tan siquiera una mesita de noche al uso ni un armario ropero.

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Acogedora habitación para dos

El nuevo dormitorio cuenta con una cama doble con arcón, para ganar en capacidad de almacenaje. También tiene armarios roperos fabricados a medida. Y la solución para no restar espacio a las mesitas de noche ha sido suspender dos lámparas (adquiridas en La Redoute Interieurs) sobre las mesitas de noche.

Otro detalle importante es que se cambiaron las ventanas por unas nuevas con perfilería de madera con doble acristalamiento, “para conseguir un aislamiento óptimo sin renunciar a la autenticidad de los acabados que la fachada merecía”, revelan desde Interiorismo Parellades.

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Baño y lavadero

En esta imagen del baño, destaca que el acceso de una planta a otra era peligroso y se hacía mediante una escalera que no estaba fijada. Respecto al baño, tenía muy pocas dimensiones pues también aquí se ubicaba una zona de fregadero con una lavadora de carga superior. Un muro de pavés y una puerta plegable separaban este cuarto de baño del dormitorio.

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‘Suite’ con el baño abierto

El único elemento del baño que queda independizado es el inodoro, en una cabina, pues la ducha y el lavabo, se mantienen conectados. Desde Interiorismo Parellades nos ofrecen los motivos de esta decisión: "el primero es que la escalera acaba en un lucernario que queda prácticamente sobre la ducha y ducharse con luz natural y viendo el azul del cielo es un pequeño lujo que en pocas casas se puede disfrutar; la otra razón fue darle a la suite un aire informal, propio de una casa de veraneo".

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Autenticidad y estilo

El baño se equipa con elementos que lo dotan de gran personalidad, como el azulejo que reviste las paredes, totalmente artesanal (de la firma L'Antic Colonial). Aparte, el lavamanos de sobrencimera es de mármol y el mueble suspendido, una pieza realizada en madera de iroko.

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Exclusivas vistas de Sitges

La terraza es completamente nueva. “Se optó por poner un pavimento de barro cocido artesanal sin sellar, colocado en espiga, para que envejeciera muy rápidamente y así obtener el aspecto de una terraza centenaria”, comentan los artífices de la reforma. Quienes prosiguen: “la guinda del pastel son las dos butacas Adirondack pintadas en un vibrante azul para poder disfrutar de las panorámicas. Estos asientos son perfectos para una terraza desde donde se puede disfrutar del atardecer, porque la inclinación de su respaldo te dirige la mirada hacia el cielo de la ciudad costera de Sitges”.

A espaldas del área de solárium se ha situado un pequeño módulo a medida en tablero marino para ocultar diferentes instalaciones imprescindibles para la vivienda y el área de lavadero. Al trasladar aquí este equipamiento, la vivienda de 28 metros² queda aprovechada al máximo. Este, es el último de la suma de aciertos que ha tenido con la reforma Interiorismo Parellades.

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