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Hacer la colada es una de las tareas más frecuentes en la mayoría de las casas, especialmente si sois muchos en la familia. Poner la lavadora, cargar el detergente, añadir el suavizante, seleccionar el programa de lavado… Son acciones que hemos interiorizado y que hacemos sin pensar, aunque unas son esenciales y otras no tanto. Utilizar el suavizante, por ejemplo, ¿es imprescindible? ¿Realmente merece la pena?

 

Un producto habitual

El suavizante es uno de esos productos que están totalmente integrados en nuestra rutina de limpieza de la casa. Al igual que el detergente, lo utilizamos frecuentemente y esperamos de él que mejore la textura de la ropa y le aporte suavidad, así como que la perfume con un aroma agradable.

Sin embargo, a veces los efectos de usarlo no son tan evidentes. En el caso del detergente no sucede lo mismo, puesto que en seguida advertimos si la ropa queda limpia o no, o si desaparecen las manchas. Cuando se trata del suavizante, el resultado es más difícil de valorar.

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Ventajas de emplear suavizante en la colada

No es que el suavizante no sirva para nada. Es evidente que tiene ciertas ventajas, entre las que valoramos de forma especial que mejore la textura de las prendas y que estas queden más esponjosas.

- El suavizante penetra en las fibras de los tejidos y las recubre de una fina e invisible capa que reduce la aspereza y aporta suavidad.

- También sirve para reducir la fricción sobre las fibras, por lo que la ropa queda más protegida y se estropea menos.

- Deja, además, un aroma agradable en las prendas.

- Mejora el planchado: la ropa se plancha más fácil y rápido si se usa suavizante.

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Inconvenientes a tener en cuenta

Aunque ya hemos visto que utilizar suavizante al hacer la colada puede tener efectos muy positivos, también es cierto que existen ciertos inconvenientes asociados al uso de este producto. Con el paso del tiempo el suavizante puede tener alguna consecuencia no deseada en determinadas prendas de ropa.

- Toallas: aunque al principio se agradece esa esponjosidad que el suavizante deja en las toallas, a la larga las desgasta y reduce su capacidad de absorción. Si nos excedemos con el suavizante, las toallas terminan por no secar apenas.

- No tiene ningún efecto sobre prendas de fibras sintéticas. No suaviza este tipo de tejidos (los que llevan poliéster en su composición, por ejemplo) por lo que se convierte en un gasto inútil.

- Tampoco es efectivo con las prendas de lana.

- Si lo utilizas demasiado terminará por estropear tu lavadora. Conviene que le hagas limpiezas frecuentes para protegerla.

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No para ropa deportiva

Si hay un tipo de prendas a las que no les viene nada bien el uso del suavizante a la hora de lavarlas, son las de deporte. Se trata de ropa fabricada en tejidos técnicos diseñados para absorber la humedad y el sudor cuando hacemos ejercicio.

Si al lavar estas prendas añades detergente en el cajetín de la lavadora conseguirás que las fibras queden recubiertas por una película invisible que bloqueará su capacidad para evacuar la humedad. Con el tiempo será más difícil cada vez eliminar de ellas la suciedad y los malos olores. Por eso no conviene tratar con suavizante las prendas deportivas.

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Daños en el medio ambiente

Si eres una persona preocupada por la salud del planeta y tratas de llevar un estilo de vida lo más sostenible posible, entonces seguro que intentarás prescindir del suavizante en tus coladas. Se trata de un producto químico, que genera residuos y cuyos beneficios, además, no están tan claros.

En el proceso productivo del suavizante se generan altas emisiones de CO2 y, además, contiene tensioactivos perjudiciales para el ecosistema, como el conocido como ‘amonio cuaternario’. Es una sustancia irritante que, por si fuera poco, tarda muchísimo tiempo en degradarse y es tóxico para los organismos acuáticos y vegetales.

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Alternativas que funcionan

Ahora que ya hemos visto que no todo son ventajas a la hora de utilizar suavizante líquido en nuestra colada, podemos sustituirlo por otras opciones más naturales.

Puedes, por ejemplo, preparar en casa tu propio suavizante, empleando ingredientes de uso cotidiano que, además de suavizar tu ropa de forma efectiva, la protegerán y no supondrán un deterioro para tu lavadora. También dejarán un agradable aroma en todas tus prendas, y todo ello con un coste mucho menor para tu bolsillo y para el planeta. Vinagre, bicarbonato, sal y aceites esenciales es todo lo que vas a necesitar.

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Para todo tipo de prendas

Preparar en casa tu propio suavizante para todo tipo de ropa es sencillo y económico. Hay varias formas de conseguirlo, pero una de las más efectivas es emplear vinagre blanco. Para neutralizar su fuerte olor puedes agregar unas gotas de aceite esencial de lavanda, por ejemplo, aunque cuando la ropa se seca queda suave y sin rastro de olor a vinagre.

Prepara una botella con un litro de vinagre blanco y añade 15 gotas de aceite esencial (de lavanda o del aroma que prefieras), agita bien y estará listo para usar. Puedes conservarlo durante dos meses. A la hora de dosificarlo, bastará con añadir medio vaso en el cajetín del suavizante cuando pongas la lavadora.

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La mejor mezcla para ropa blanca

Si quieres un suavizante casero que, además de dejar tu ropa blanca muy esponjosa, potencie su blancura puedes preparar una mezcla de 1,5 l de agua destilada, 200 gr de bicarbonato de sodio y 600 ml de vinagre blanco.

Pon en un recipiente el agua destilada y el vinagre blanco, y ve añadiendo poco a poco el bicarbonato sin dejar de remover. Para terminar añade unas 10 o 15 gotas de un aceite esencial que te guste. Esta mezcla, junto con tu detergente favorito, dejará tu ropa blanca perfecta y te durará unos dos meses sin perder cualidades.

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¿Quieres fabricar tu propio suavizante en polvo?

Si por cualquier razón prefieres no utilizar vinagre a la hora de fabricar tu propio suavizante casero, puedes hacer otra preparación que tendrá también buenos resultados con tu ropa.

Consiste en mezclar dos vasos de sal de mesa con medio vaso de bicarbonato, y añadir unas gotas de tu aceite esencial favorito. Remueve y conserva este polvo que podrás emplear en todas tus coladas, añadiendo un poco menos de media taza de polvo en el cajetín del suavizante. Se disolverá en el agua durante el lavado y conseguirá efectos sorprendentes.

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