1/9 © Raúl Candales para Vive Studio

Para el planeta y nuestro bolsillo, la mejor energía es la que no se gasta. Así que si estás en el proceso de comprar o alquilar una casa, deberás fijarte en la calificación que tiene en el Certificado de Eficiencia Energética (CEE). Dicho documento otorgará una etiqueta energética a la vivienda, asignándole una letra de la A a la G, de más a menos eficiente. El certificado, además, ofrece información de mucho valor al realizar una previsión de gasto energético e incluir un informe con las medidas de mejora que pueden efectuarse para resultar más eficientes energéticamente.

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2/9 © Ksenia Chernaya / Pexels

Objetivo del certificado

Las viviendas de nueva construcción tienen la mejor calificación, pero existe un parque de vivienda antigua en el que hay deficiencias que hacen que bajen mucho en las calificaciones, debido por ejemplo a un mal aislamiento térmico, una instalación eléctrica deficiente o una caldera antigua.

Así pues, el objetivo de esta certificación es valorar el grado de consumo de energía y emisiones de CO2 que genera un inmueble, al tiempo que concienciar a los posibles compradores e inquilinos de la importancia de escoger una vivienda eficiente, que conllevará un ahorro en las facturas de energía.

Si ponemos cifras a las diferentes calificaciones nos daremos cuenta que comprar o alquilar una casa con la máxima calificación energética, la A, resultará de lo más beneficioso, dado que consumirá un 55% menos que la media.

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3/9 © Jordi Canosa para Pia Capdevila

¿Desde cuándo existe y qué vigencia tiene?

El certificado energético en España surgió en 2007 y desde el 1 de junio de 2013 es obligatorio para poder alquilar o vender una vivienda. De hecho, en los anuncios en las inmobiliarias siempre viene (o debería ir) indicado en una gradación de A (la mejor posible y de color verde) a la G (la más baja y de color rojo). No nos quedemos solo con la letra, el certificado energético es un documento amplio que informa sobre la eficiencia energética y sugiere medidas de ahorro energético. Es por ello que únicamente un técnico homologado puede certificar.

Una vez se obtenga el documento, se presenta ante el organismo competente de casa comunidad autónoma, para que verifique que todo es correcto y lo registre. El documento tiene una validez de 10 años y es responsabilidad del propietario renovarlo cuando caduca.

Actualmente, la obtención de este certificado es también un requisito obligatorio para todos los inmuebles de nueva construcción o que vayan a ser rehabilitados.

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4/9 © José Hevia para Thehallstudio

Consejo experto

Ten en cuenta que resultan muy útiles de cara a plantear futuras reformas las recomendaciones que los técnicos certificadores plantean como medidas de mejora, consiguiendo gracias a ellas reducir el consumo energético del hogar. Muchas veces son reformas que no requieren una gran inversión y que suponen una rápida amortización. Y en otras ocasiones aunque el gasto se rentabilice en más tiempo, es interesante para un ahorro en las facturas, reducir el consumo energético y, en consecuencia, un beneficio para el medio ambiente.

En todo caso la certificación energética únicamente tiene carácter informativo, y por lo tanto, no obliga a hacer ninguna rehabilitación.

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5/9 © Vicugo Foto para Egue y Seta

Unifamiliares o pisos

Si resides en una casa a cuatro vientos las mejoras las podrás emprender tú, no obstante en los edificios con varias viviendas hay que poner de acuerdo a la comunidad para emprender las obras. En este caso, ten en cuenta que el informe expedido por el técnico homologado contempla reformas que se pueden realizar en dos ámbitos:

  • Individual: dentro de la propia vivienda

  • Comunitario: en todo el edificio.

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6/9 © Jordi Anguera para Dom Arquitectura

Mejora los cerramientos

Si has obtenido una certificación baja, lo que corrobora que tu casa no es eficiente, posiblemente debas mejorar el consumo de la climatización en casa cambiando la carpintería de las ventanas con una perfilería apropiada con rotura de puente térmico e instalando cristales dobles de baja emisividad. Las mejoras no solo son a nivel térmico (sin fugas de frío o de calor), sino que los espacios interiores también tendrán una mejor insonorización.

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7/9 © Belén Imaz para EME 157

Calderas con mala nota

En los pisos antiguos muchos problemas con la calefacción de la vivienda y el agua caliente sanitaria vienen derivados de una caldera poco eficiente. En estos casos puedes optar por sustituir la caldera por una nueva y con mejores prestaciones o aprovechar para instalar un equipo de aerotermia.

Si no tienes radiadores a gas sino que son eléctricos, seguro que el informe técnico te recomienda sustituirlos, pues son una fuente de consumo energético muy alta.

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8/9 © Óscar Mata para Borrós Interiorisme

¿Necesitas aislar mejor las paredes?

Aparte de mejorar los cerramientos o sustituir, si resultara conveniente, la caldera, otra de las actuaciones más eficaces y que se suelen recomendar en los certificados de eficiencia energética es aislar las paredes que dan al exterior de la vivienda. Los tabiques interiores que no dan a la calle no es necesario pero sí los muros que colindan con la fachada. En este sentido convendrá aplicar un buen aislante, por ejemplo de lana de roca, y luego cubrir con Pladur, lamas de madera o el material que se prefiera.

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9/9 © Rockwool

Actuaciones en edificios

Si vives en un edificio de viviendas, es probable que el certificado recomiende actuaciones en la fachada. Hay soluciones que consisten en aplicar aislantes y renovarla, pero también os podéis plantear apostar por una fachada ventilada, con lo que el edificio ganará una segunda piel y resultará más eficiente.

En el caso de las azoteas, también las cubiertas verdes son una solución perfecta para contribuir a un mejor aislamiento térmico y acústico del edificio, al tiempo que mejoran calidad del aire de la zona.

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