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Limpiar la cocina y eliminar por completo los restos de grasa y suciedad no es un trabajo sencillo. Sin embargo, es importante llevarlo al día para que la tarea sea lo más sencilla posible.

Entre los electrodomésticos que has de limpiar con frecuencia está la campana extractora. Aquí tienes la guía definitiva para lograr que te quede perfecta y mantenerla así en el tiempo.

 

Objetivo: combatir la grasa

Puede que para ti acabar con la grasa en la cocina resulte un quebradero de cabeza, pero es uno de los objetivos de limpieza que debes marcarte, a pesar de lo complicado que pueda resultar en ocasiones. Con cada cocinado diario la grasa se expande y se introduce por todos los recovecos, en especial en los electrodomésticos de uso cotidiano.

Una limpieza diaria más un tratamiento en profundidad con la suficiente asiduidad lograrán mantener la cocina libre de suciedad y grasa.

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¿Con qué frecuencia hay que limpiar la campana?

La campana extractora es un electrodoméstico indispensable en la cocina. Nos ayuda a eliminar humos y olores, y se hace especialmente necesaria en las cocinas abiertas al salón, que cada vez son más apreciadas en las casas españolas.

En estos casos disponer de un extractor eficiente es, más que un lujo, toda una necesidad. Por eso, para que pueda trabajar de la manera correcta, debes mantenerla limpia de grasa.

Además del mantenimiento diario, sería recomendable limpiar a fondo la campana extractora una vez al mes o cada mes y medio, como máximo. Si lo haces así, no se acumulará tanta suciedad y la tarea será mucho más sencilla.

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Repásala cada día

Aunque hacer el mantenimiento cotidiano de la campana extractora pueda resultar aburrido, si incorporas la tarea a la lista de cosas que haces al recoger la cocina a diario te resultará mucho más sencillo. Lo convertirás en un paso más del trabajo, en un hábito que haces cada día y dejará de molestarte tener que hacerlo.

Este mantenimiento consistirá en repasar la campana con una bayeta húmeda para eliminar la grasa, de forma que impidas que se acumule en los filtros y en el interior.

Un consejo: es importante utilizar correctamente la campana extractora. Para ello conéctala uno o dos minutos antes de empezar a cocinar y déjala un rato conectada después de terminar. Así podrá absorber todas las partículas que queden suspendidas en el aire.

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Limpieza profunda por dentro y por fuera

Cuando llegue el momento de hacer la limpieza en profundidad de la campana extractora, tendrás que esmerarte en limpiarla por dentro y por fuera.

Comienza por el interior, que será la parte más sucia, ya que la grasa penetra y el acceso a la zona dificulta su eliminación. Tendrás que desmontar los filtros y cualquier otro elemento que se pueda retirar.

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El arsenal a tu alcance: busca un buen producto desengrasante

Hazte con un producto desengrasante eficaz, de los que suelen comercializarse con envase pulverizador: será la mejor herramienta para acabar con la grasa de la campana.

- Una vez has retirado los filtros, rocía generosamente el interior de la campana extractora.

- Espera unos 10 o 15 minutos para que el producto actúe y así lograr el mejor resultado.

- Después retira la suciedad con una bayeta húmeda.

- Repite el proceso las veces que sea necesario hasta conseguir que en interior quede totalmente limpio. La mayoría de las veces, no se logra a la primera.

Un consejo: si lo prefieres, puedes fabricar tu propio limpiador quitagrasas casero. Mezcla en una botella con pulverizador agua y amoniaco y añade unas gotas de detergente lavavajillas. ¡Ya lo tienes!

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Cómo limpiar el exterior

Aunque es más fácil limpiar la parte exterior de la campana, también tiene su truco, porque por regla general estará bastante sucia. La grasa se pega a la superficie y el polvo también queda adherido, por lo que vas a necesitar una buen táctica de limpieza.

Si tu campana es de acero inoxidable (son las más habituales) puedes emplear un limpiador específico para este material. Además de limpiarlo evitará que queden marcas y le dará mucho brillo.

Sin embargo, cuando el exterior está muy sucio se hace necesario un proceso anterior: friega la campana con agua jabonosa y una esponja suave para eliminar la grasa, y después acaba con el producto para acero inoxidable.

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El poder del bicarbonato

Seguramente ya conoces muchos de los usos y aplicaciones que tiene el bicarbonato en la limpieza doméstica. Hoy vamos a tratar uno más: te ayudará a limpiar la campana extractora tanto por el interior como por fuera.

Para tratar la superficie exterior debes hacer una mezcla de bicarbonato y agua, y extenderla con una esponja por la campana. Cuando hayan transcurrido un par de minutos ya puedes retirar la mezcla y repasar con una bayeta. Seca la superficie y te quedará perfecta.

Para limpiar el interior pon a hervir una cazuela con agua y bicarbonato y conecta el extractor, dejando que actúe unos 45 minutos. Tendrás que ir rellenando la cazuela con agua y bicarbonato. Verás cómo la grasa se disuelve y resulta mucho más fácil eliminarla.

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Los filtros, un cuidado especial

Los filtros de la campana extractora se merecen mayor atención, ya que si no reciben el mantenimiento adecuado la campana no funcionará correctamente.

Una vez los hayas desmontado, existen varios prodedimientos para limpiarlos, aunque siempre conviene leer las instrucciones del electrodoméstico en busca de alguna indicación.

- Un método efectivo consiste en sumergirlos en agua caliente y jabón o añadir una buena dosis de producto desengrasante. Déjalos 15 o 20 minutos y después repasa con una bayeta. Puedes frotar con un cepillo suave las zonas en las que aún queden restos de grasa.

- Otra alternativa es lavar los filtros en el lavavajillas, seleccionando un programa corto. Así eliminas grasa y suciedad de un plumazo.

- Deja que se sequen totalmente antes de volver a colocarlos en la campana.

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Un amplio panorama de modelos y materiales

No todas las campanas extractoras son de acero inoxidable. Aunque este material es el más habitual en las cocinas actuales, hay campanas de cristal, de aluminio o con partes de plástico que se deben limpiar de otras formas.

- Las de cristal se limpiar con agua caliente y jabón, o con un producto desengrasante. Para acabar se repasan con limpiacristales y una bayeta suave que no suelte pelusa. Así le darás un brillo increíble.

- Las de aluminio, que además suelen tener la parte exterior de plástico, se limpian con agua jabonosa con un paño suave o una esponja.

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