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Los armarios abiertos son una de las tendencias de decoración del momento, aunque con visión de futuro, ya que tienen todo para triunfar en el estilo de vida y la casa actual. Tanto en su versión clásica como los ‘tipo burro’ son perfectos para viviendas de pocos metros, dado que no tienes que dejar espacio para abrir las puertas; te permiten ver de un vistazo todo tu guardarropa; son una alternativa ‘low cost’ y con un par de trucos se pueden convertir en un objeto decorativo del dormitorio de matrimonio. Pero para llegar hasta ahí, necesitan estar perfectamente ordenados y contar con una organización ingeniosa. Estas ideas de decoración te ayudarán a conseguirlo. 

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1. A la vista, pero en orden

Si hay una regla que debes seguir en un armario abierto es no caer en la tentación de verlo como un trastero o un galán de noche, donde puedes dejar de cualquier forma, la ropa que te pruebas y decides no ponerte o las prendas que usas para estar en casa. Debes cambiar el concepto y verlo como un expositor, en el que ropa y accesorios están a la vista de todos. Por lo tanto, para que un vestidor sea estético, debes asegurarte de doblar tu ropa en los estantes, colgar tus vestidos y tus chaquetas en perchas y seguir en todo un orden muy riguroso. Una solución moderna para conseguir mayor sensación de organización es enrollar las prendas en lugar de doblarlas. Esta técnica te permite optimizar el espacio de almacenamiento y mantener un buen diseño estético.

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2. Haz que luzca despejado y 'limpio'

No hay orden que pueda mantenerse si hay exceso de equipaje y demasiadas prendas que guardar. Una regla que deben cumplir todos los armarios, cerrados y abiertos, pero que, en el caso de estos últimos, resulta aún más estricta, ya que la sensación de montañas de camisetas o camisas apretujadas, unas contra otras, puede provocar urticaria visual. Aprovecha este momento para la operación cambio de temporada, haz limpieza, deshazte de todo lo que no te pones ni piensas ponerte en los próximos años y quédate con todo aquello que usas a menudo o reservas para una ocasión especial. Piensa que el mantenimiento del guardarropa es más sencillo cuantas menos prendas y accesorios tengas.

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3. Juega con colores

Tanto del propio armario como de la ropa, logrando un colorido vestidor abierto que aporte un toque decorativo adicional a la habitación. Así, puedes coordinarlo con otros muebles de tu habitación o, por el contrario, optar por un tono distinto para resaltarlo aún más. Mientras que si eliges un modelo neutro, blanco o beis, por ejemplo, la nota cromática la puede dar la ropa. Para ello, organízala por colores con el fin de crear un efecto visual armonioso y resultón. Juega con el efecto degradado de oscuros a claros o monocromático y lucir un solo color en cada zona (arriba, abajo y en el centro), lo que te proporcionará, además de un efecto más ordenado visualmente, un ‘look’ para tu dormitorio más impactante. Recuerda colocar las prendas de diferentes tonos de un mismo color cercanas, para que puedan crear contrastes y, al mismo tiempo, mantener la armonía del conjunto.

 

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4. Guarda correctamente tus zapatos

Los zapatos también pueden tener un papel relevante en tu armario abierto, siempre que des con la solución adecuada. Para ello, puedes optar por 'taquillas' que puedes superponer unas sobre otras, elegir bonitas cajas de cartón y pegar en el frente una foto del par que contiene para encontrarlos más fácilmente; colocar un modelo tradicional, distribuyéndolo por tipo de calzado o por colores o usar la parte inferior como zapatero improvisado. Piensa que, si van a estar expuestos, deben estar limpios y en buena forma.

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5. Cuelga (bien) tu ropa

Para un efecto gráfico y ordenado, organiza la ropa que cuelgas por tamaño, de manera que vaya de menos a más, en función de la parte inferior. Si la altura de tu vestidor lo permite, coloca dos ‘armarios’ diferentes uno encima del otro. Esta solución te dará más espacio de almacenamiento en vertical (una de las grandes apuestas de la decoración de interiores actual) y evitará que las prendas se arruguen. Elige para la parte superior una barra abatible, que te facilite la vida y permita que alcances todo sin esfuerzo ni malabarismos.

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6. Intégralo en el ambiente

Los armarios abiertos son buenos aliados para mantener el orden en los dormitorios pequeños, porque pueden aprovechar cualquier rincón libre y, como no tienen puertas, resultan mucho más ligeros. Para que también cumplan una función decorativa procura que no parezcan un ‘pegote’ estético, usando diseños que encajen con el estilo de la estancia y adecuando su tamaño a las dimensiones.

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7. Almacena según las estaciones

Marie Kondo quiere acabar con el llamado ‘cambio de armario’ porque considera que las barreras estacionales del vestuario son cada día más difusas y hay prendas, como las camisetas o las camisas, que puedes ponerte en verano o en invierno. Sin embargo, a efectos prácticos en los vestidores abiertos, cada temporada tiene su ropa, zapatos y complementos. Para evitar saturarlo, y hacerle parecer desordenado, coloca en bolsas o cajas las prendas y accesorios de otras temporadas y quédate únicamente con los de esta. Elígelas perforadas para que la ropa y los zapatos respiren u opta por bolsas al vacío, si quieres ahorrar espacio. Es importante que etiquetes cada contenedor, para saber lo que contiene.

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8. Customízalo

Dado que tu armario abierto va a ser uno de los protagonistas de la decoración del dormitorio, haz que tenga personalidad y encanto. Si eres manitas puedes pintar las baldas de colores, sacar tu vena DIY y hacer una barra a medida con una rama de un árbol, por ejemplo, colocar un espejo en uno de sus extremos, incluir colgadores para los bolsos y los cinturones… Otra buena idea es elegir un modelo tipo ‘burro’, como el de las tiendas, y diseñarlo a la medida de tus necesidades y de tus sueños.

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9. Apuesta por los accesorios

En un vestidor abierto, los elementos de almacenamiento tienen la última (y la primera palabra), ya que permiten dar rienda suelta a tu deseo y tu imaginación. Piensa en multiplicar los complementos y elegirlos con gusto, porque serán visibles y, por lo tanto, merecen destacar por su diseño, su color o el material en el que están realizados. Usa cestas para guardar tus pañuelos y pareos, bonitas cajas para tus joyas y complementos veraniegos, colgadores originales... Con ellos crearás un espacio ordenado, armonioso y… ¡agradable a la vista!

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