Un salón de verano luce un estilo fresco y sosegado. Es un espacio que invita a disfrutar del buen tiempo desde el punto de vista del dolce far niente. No tiene estridencias, solo sencillez. Los hay más elegantes que otros, pero todos logran un equilibrio que aporta un carácter informal. Suelen ser luminosos y, por lo general, usan los tonos claros como base. Y es que hay salones de verano más allá del estilo marinero o navy. Así es como se decora.
Un salón que conecta con el exterior
Siempre que un salón se abre al exterior a través de un jardín, terraza o patio hay que aprovechar para crear una continuidad visual. Un estilo similar in & out. Hay que dejar que las vistas se cuelen en el interior y todo se llene de luz. Este proyecto del equipo de arquitectos Jané & Font con textiles de Gancedo -el mismo que refleja la imagen de apertura- da buena cuenta del estilo fresco que debe lucir un salón de verano. Mucho blanco en las paredes y en los textiles más vistosos como la tapicería del sofá. Suelo claro, maderas naturales, tejidos en tonos neutros y textiles naturales… Solo las pinceladas en azul destacan sobre el conjunto neutral, como guiño al azul del cielo y del mar que se cuelan por el ventanal.
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