1/11 © Sara Ruiz para Ramón Esteve y Bulthaup

Tras un tiempo encerrados en nuestras burbujas de convivencia, apetece más que nunca recibir invitados en casa y comportarse como la mejor anfitriona. Y en la cocina es donde se cuecen las mejores reuniones con familiares y amigos, en especial si la conviertes en un acogedor lugar donde tus visitas puedan tomar un picoteo o beber un vino tranquilamente mientras terminas de ultimar la comida o cena. En este sentido, las barras de cocina cobran gran protagonismo para que la estancia sea amigable y sociable. Además, una barra también puedes disfrutarla a tope en familia, para desayunos o tener controlados a los peques mientras juegan o hacen los deberes.

Si todavía no tienes una barra en tu cocina, mira estas inspiradoras soluciones que puedes aplicar en casa y que, a buen seguro, harán que pases más tiempo en esta estancia.

 

La barra como continuación de la isla

En la imagen superior vemos una cocina cálida y serena diseñada por el arquitecto Ramón Esteve en colaboración con Bulthaup Valencia. La isla central con acabados metálicos permite sentarse a comer en la extensión volada de la encimera, provista de cuatro coquetos taburetes de líneas redondeadas.

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2/11 © Luis Díaz Díaz para La Errería

Líneas sinuosas para una cocina muy vivida

En Monóvar (Alicante), La Errería crea este ambiente amable donde los muebles y hasta los techos presentan líneas redondeadas. “La forma circunpolar de la vivienda responde a vivir en torno a un punto, de ahí que la barra de la cocina sea redondeada, para invitar a todos (una familia numerosa) a charlar, comer o compartir mesa. La barra se resuelve de forma continua con una pieza de porcelánico Techlam”, revela el estudio. Los taburetes, también circulares, son los Tonella, de Sancal.

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3/11 © Mauricio Fuertes para The Room Studio

Ingenioso juego de alturas

Aquí vive una pareja joven y en el diseño de The Room Studio se ha pensado en “un hogar para disfrutar con amigos, para acoger a sus visitas, para cocinar sus platos favoritos, para tomar unas copas el sábado por la noche y para vivir cada centímetro diseñado como soñaban”. La barra es una prolongación de la isla, pero se eleva en altura y se distingue empleando la madera, que ofrece un punto de calidez. Ello permite, que mientras los invitados toman algo no tengan una visión de desorden en la encimera, si estamos en plena preparación de una receta.

Los taburetes altos son de Fredericcia y para iluminar la zona se emplean unas actuales lámparas de Nuura, que imitan unas bombillas desnudas.

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4/11 © Erlantz Biderbost para Sube Interiorismo

Con una panorámica al salón-comedor

Firma este proyecto Sube Interiorismo, quien reforma un piso en Bilbao para una pareja con una hija. El estudio vasco diseña la barra para realizar los desayunos informales y, también, para que la hija haga las tareas bajo supervisión parental. Se sitúa en una zona estratégica, junto al ventanal que conecta visualmente la cocina con el salón-comedor. “Gracias a la amplia mampara de cristal con perfilería de madera logramos un gran espacio comunicado”, comentan los responsables de la reforma.

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5/11 © Ingrid Matheu

Oculta tras una columna

Aunque no sobren los metros y haya elementos estructurales en medio de la estancia, justamente estos pueden servir para planificar la distribución de la cocina. Ingrid Matheu detalla que “la columna central nos obliga a repartir la cocina en dos partes: la zona caliente y fría y en medio albergamos la barra”. Dicha barra, en Silestone marengo voladizo, es de dimensiones comedidas para permitir unos pasos cómodos en la estancia. Las paredes se pintan en una tonalidad arena, que refuerzan la calidez de la zona de barra.

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6/11 © Bonet Fotografía para Laura Martínez Interiorista

Instalada en la península

En esta cocina de una vivienda unifamiliar en Castellarnau (Barcelona), la empresa Laura Martínez Interiorista emplea la trasera del módulo de península a modo de barra y para distinguirla de la blanquísima cocina panela el área en madera. Toda la península es un elemento que divide físicamente los ambientes de cocina y de comedor.

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7/11 © Kris Moya Studio para Clysa

Una barra multifunción

En esta cocina diseñada por Clysa, no existía suficiente encimera, así que se incorpora una barra. La empresa comenta que “la barra se coloca en perpendicular a la superficie de trabajo y tiene un uso polivalente: por un lado, es una extensión de la encimera y, por el otro, es una zona de desayuno y cena”. Al estar integrada se hace muy cómoda su uso y contribuye a ‘cerrar’ la cocina respecto al resto de áreas de día.

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8/11 © Blancafort-Reus Arquitectura

Cuando la barra es toda la isla

Aquí vive una familia con hijos y se suceden, abiertos, varios espacios: el salón, el comedor y la cocina. En el proyecto, realizado por Blancafort-Reus Arquitectura, se idea una cocina como el corazón de la casa: “cocinar, hacer los deberes mientras se amasa el pan, charlar mientras se prepara la cena... Por ello, el almacenamiento se resolvió en los muebles del perímetro y la isla quedó como el lugar de trabajo, con los elementos más ligados al acto de cocinar”, revela el estudio.

Las islas suelen aprovecharse para generar mucha capacidad de almacenaje, sin embargo, aquí se convierte en una barra volada con acceso desde todos los lados, con un pie y equipada con un armario de apoyo que alberga cubos de reciclaje para los residuos, así como cajones para utensilios y especias.

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9/11 © GokoStudio

Ahora está… ¡ahora ya no está!

Una solución muy bien pensada que permite camuflar la barra de cocina cuando se desea. Los arquitectos responsables del proyecto, GokoStudio, explican: “en este piso para una familia con cuatro miembros hemos definido la cocina que puede funcionar abierta o cerrada. En su versión abierta, la barra de madera natural permite que todos se sienten en este rincón, unos frente a otros; mientras que, si se cierran las puertas correderas, se permite comidas y cenas más formales, donde la estancia queda totalmente oculta”.

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10/11 © Fotointeriores para Luis Sanandrés

Práctica solución aprovechaespacio

Una pared  desaprovechada  o bajo un ventanal puede transformarse, sin duda, en tu rincón preferido para tomar el desayuno o un aperitivo los domingos. Así lo proyecta Luis Sanandrés en la reforma de una casa en Sitges, con una cocina que cuenta con agradables vistas a un patio. Y detalla la solución para crear esta zona: "la barra de roble fijada a la pared se ha realizado a medida por un ebanista local y se trata de un chasis de forja, que después se reviste en madera. En este caso madera de roble recuperado, que proviene de estructuras de antiguas casas y fábricas. El faldón mide 10 cm de grosor, para dar empaque a esta zona de office en la cocina". Los taburetes estilo patchwork, de la firma Italy Dream Design, ofrecen una vibrante nota de color.

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11/11 © Casaenorden

Barra de quita y pon

Esta propuesta de Casaenorden resulta muy útil en cocinas pequeñas, pues la barra es extensible y mientras no la utilizamos queda guardada en un cajón. Como el frente de dicho cajón se abate, resulta cómoda de usar también desde la parte frontal. Y te preguntarás, ¿puedo poner peso en este tipo de barras? Pues bastante, dado que tiene una carga máxima de 55 kilos.

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