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Si vives en una zona de clima mediterráneo y quieres planificar el jardín de tu casa, has de empezar por valorar qué tipo de plantas son las más adecuadas.

Lo mejor es optar por especies autóctonas, adaptadas al entorno. Serán más fáciles de cultivar y crecerán mejor. Aquí te dejamos unas recomendaciones que te ayudarán a la hora de elegir.

 

La esencia de los jardines mediterráneos

El clima de la zona marca la pauta, en lo que al desarrollo de un jardín se refiere. Por eso es fundamental analizar las temperaturas y los agentes atmosféricos que son habituales en un determinado lugar antes de elegir las plantas para nuestro jardín.

En el mediterráneo los inviernos son suaves y benignos, pero los veranos pueden poner a prueba tus habilidades como jardinera. Tendrás que luchar contra la sequía y el calor excesivo, así como con los vientos que pueden ser bastante fuertes todo el año. Elegir las plantas para tu jardín teniendo en cuenta estos factores es la clave para acertar.

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Plantas que no necesiten mucho riego

El primer consejo que debes tener en cuenta, y el más importante, a la hora de elegir las plantas para un jardín mediterráneo es que optes por aquellas especies que no tengan grandes necesidades de riego. Los veranos serán secos y calurosos, por lo que el riego dependerá casi exclusivamente de ti. Es mejor apostar por plantas que soporten bien una sequía moderada.

Por eso, si sueñas con una gran pradera de césped, quizá sea el momento de hacerte a la idea de que deberás dejarlo para zonas pequeñas. En cualquier caso, hay muchas opciones que sustituyen al césped con resultados más que interesantes.

Como plantas de flor, existen variedades muy decorativas que no necesitan que las riegues demasiado, como la verbena (Verbena hybrida), las margaritas amarillas (Euryops pectinatus) o la gazania (Gazania x hybrida), entre otras.

También puedes decidirte por las aromáticas, por un buen número de arbustos y por las plantas crasas. Todas son alternativas geniales para jardines mediterráneos.

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Aromáticas, lo resisten todo

Para tener un jardín mediterráneo evocador, muy bello y, además, fácil de cuidar, es importantísimo dar con las plantas adecuadas. Estas deben ser resistentes, si quieres que sobrevivan al verano, y las aromáticas se dibujan como una alternativa perfecta.

La mayoría de ellas son especies todoterreno, que aguantan estoicamente la sequía, los suelos pobres y el sol intenso. Pero eso no es todo. Además, aportan un toque silvestre y natural al jardín y perfuman el ambiente con sus maravillosos aromas. ¿Se puede pedir más? Elige, por ejemplo, la lavanda (Lavandula spp) y adorna tu jardín con sus flores azules. Tienes un montón de variedades para elegir (más de 60).

El romero (Rosmarinus officinalis) o el tomillo (Thymus vulgaris) son otras opciones de las muchas que existen.

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El olivo, todo un símbolo

Es uno de los árboles más característicos de los jardines mediterráneos. El olivo lo tiene todo para triunfar, por lo que plantar uno en el rincón apropiado puede ser una gran idea.

Además de ser un árbol de gran belleza, resulta fácil de cuidar en esta zona y te servirá para lograr una zona de sombra, algo fundamental a partir de la primavera. Nos encanta el olivo por su aire rústico y muy campero, y también por su fortaleza.

Búscale un buen emplazamiento a pleno sol y no te preocupes mucho por el tipo de suelo, ya que crece bien aunque el terreno sea pobre en nutrientes. Con una excepción: deberás vigilar muy bien el riego y el drenaje del suelo, ya que no tolera los encharcamientos.

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Trepadoras, para crear zonas de sombra

Además de los árboles, que pueden tardar mucho tiempo en crecer, existen otras plantas perfectas para ayudarte a crear zonas de sombra en tu jardín.

Las reinas en este sentido son las trepadoras. Si las ayudas con soportes adecuados crecerán espectaculares aportando belleza y un refugio perfecto contra el sol.

Elige, por ejemplo, el jazmín (Jasminum officinale), con sus flores blancas de rico aroma. O la buganvilla (Bougainvillea spp), exuberante y alegre.

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Los mejores setos

Los setos, normalmente formados por arbustos, cumplen varias funciones en el jardín. Resultan muy prácticos, por ejemplo, para delimitar ciertas zonas, ya sea el perímetro u otros espacios.

También funcionan muy bien como pantallas vegetales que nos ayudan a preservar nuestra intimidad de las miradas del exterior, sin distorsionar por ello la imagen verde y frondosa del jardín.

En el mediterráneo, además, los setos sirven también para proteger a otras plantas de vientos fuertes e intensos. Una de las especies más adecuadas para crear un seto en un jardín mediterráneo es el ciprés (Cupressus sempervirens), capaz de desarrollarse en entornos áridos y con poco riego.

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Llena tu jardín de flores

El jardín mediterráneo es alegre por naturaleza, gracias al sol y al buen tiempo que permite disfrutarlo durante muchos meses. En primavera y verano se llena de flores de diversos colores, gracias a plantas decorativas y resistentes como los rosales, los geranios (Pelargonium zonale), la verbena (Verbena hybrida), la vinca (Vinca minor), el agapanto (Agapanthus africanus), la gazania (Gazania x hybrida), petunia (Petunia hybrida), etc.

Utiliza estas especies de flor para crear borduras. O para componer rocallas que aporten color a determinadas zonas del jardín.

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Apuesta por los árboles frutales

Son perfectos en el huerto, pero también en el jardín. No solo aportan belleza, sombra y frescor, sino que conseguirás una riquísima cosecha cuando llegue el momento.

Para acertar de pleno, elige especies autóctonas que serán los que crezcan mejor. Algunos ejemplos son los naranjos, los limoneros, los granados o las higueras. En primavera, además, perfumarán el ambiente con sus flores.

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Que no te falte una buena palmera

Este tipo de árboles son muy característicos de los jardines mediterráneos. Consiguen darle al espacio un toque exótico realmente especial, aunque hay que saber qué especie es la mejor en cada caso.

Opta por palmeras resistentes (algunas soportan, incluso, temperaturas extremadamente bajas). Como ejemplo, destacan la palmera canaria (Phoenix canariensis), la palmera datilera (Phoenix dactylifera) o el palmito arbóreo (Chamaerops humilis).

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