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La primavera es la época dorada del jardín. Un momento en el cual las plantas se enfrentan a un periodo de gran crecimiento. Muchas de ellas van a florecer, a dar frutos y a desarrollarse por lo que necesitan energía y nutrientes. Les vendrá bien un empujón en forma de fertilizante que aporte a la tierra del jardín el alimento que las plantas necesitan.

 

A cada planta, su alimento

El universo de los abonos y fertilizantes de jardín es muy amplio y variado, y es lógico que así sea, puesto que cada planta es diferente y necesita un tratamiento distinto.

En general podrían diferenciarse dos grupos de abonos: los orgánicos o naturales, y los inorgánicos o minerales.

Además de esta primera distinción, había que tener en cuenta otros factores. No se trata de fertilizar a lo loco todo el jardín, ya que las necesidades de las plantas de flor, por ejemplo, no son las mismas que las del césped o las de las hortalizas del huerto. También hay que tener en cuenta el clima de la zona (si es lluvioso o muy seco), el tipo de suelo, el agua de riego, etc.

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Abonos orgánicos, una solución natural

Proceden de la descomposición de residuos animales o vegetales y son, por tanto, más naturales por lo que son muchos los que los prefieren para abonar las plantas del jardín.

Son perfectos para enriquecer el terreno ya que mejoran su capacidad de retener nutrientes. Además, son asimilados mejor por las plantas y sus efectos se dejan sentir a más largo plazo. Sin duda, son una buena alternativa.

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Alimento para tus plantas

Dentro de los abonos orgánicos, hay algunos de uso habitual que son un auténtico alimento para la tierra. El estiércol, por ejemplo, es uno de ellos. Procede de los excrementos fermentados de los animales y, como es muy rico en nitrógeno, resulta muy eficaz.

El compost es un abono vegetal que se produce cuando se descomponen restos orgánicos del jardín, como ramas y hojas, o de la casa (peladuras de hortalizas, frutas, etc.).

Otros abonos orgánicos son el humus de lombriz o la turba, una materia que también procede de residuos vegetales, muy rica en carbono.

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Abonos inorgánicos o minerales

Están formulados de forma industrial con una combinación de nitrógeno, fósforo y potasio en alta concentración, por lo que resultan muy eficaces a la hora de aportar nutrientes a las plantas. El nitrógeno favorece el crecimiento de las plantas. El fósforo hace crecer las raíces, mientras que el potasio contribuye a mejorar la floración. Además, suelen llevar micronutrientes (magnesio, zinc, hierro, etc.).

Este tipo de abonos sirven para mantener la tierra del jardín con un nivel óptimo de fertilización. Pueden ser universales, para todo tipo de plantas, o específicos para un determinado conjunto de especies.

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Elige el que necesitas

Existen abonos inorgánicos que están especialmente diseñados para un tipo de plantas concreto.

- Para plantas acidófilas: como hortensias o camelias, con alto contenido en hierro.

- Para rosales: les ayuda en la floración. Contiene nitrógeno, para el desarrollo de las hojas, potasio para protegerlas de muchas enfermedades, y magnesio que potencia la fotosintésis de las plantas.

- Para plantas verdes: con potasio y hierro que mantiene el verdor.

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El formato adecuado

Los abonos industriales se presentan en diferentes presentaciones y formatos, para adaptarse a las necesidades de cada planta.

Pueden ser sólidos o líquidos. Los primeros están disponibles en forma de granulados (se van liberando gradualmente), en polvo (se aplican directamente o diluidos), en bastones o pastillas.

Los fertilizantes líquidos suelen ser de efecto inmediato, ya que se absorben mejor. Pueden durar hasta seis semanas. Son los más utilizados para plantas de interior.

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Vitaminas para el césped

Si el césped es el mayor tesoro de tu jardín, te gustará tenerlo siempre perfecto y, para conseguirlo, tendrás que aportarle un fertilizante adecuado, creado especialmente para enriquecer la pradera.

Abónalo dos veces al año, a principios de la primavera y en otoño (antes de que haga un calor excesivo o demasiado frío).

- A la hora de abonarlo, córtalo antes aunque no demasiado (no lo dejes más corto de 5 cm), y elimina las malas hierbas que pueda tener. Después trabaja con el escarificador para airearlo y déjalo reposar al menos dos días.

- Aplica el fertilizante específico para césped y riégalo seguidamente.

- No lo cortes en unos cuantos días.

- Evita abonar cuando haga mucho sol, y también si el suelo está demasiado mojado.

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Lo mejor para tu huerto

Elige una composición específica para todo tipo de cultivos de huerto, capaz de mejorar las plantas y potenciar el desarrollo de las hortalizas.

Algunas de las especies del huerto tienen más necesidad de abono y otras menos. Por ejemplo, debes abonar más los tomates, remolachas, zanahorias, coles, cebollas y patatas. Sin embargo, los guisantes, rábanos, nabos y sandías necesitan menos fertilizantes.

Elige también un abono específico para cítricos y tus frutales crecerán más. Los frutos serán más grandes y madurarán mejor.

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Recomendaciones para abonar con acierto

- Abona las plantas cuando lo necesiten, en los periodos de crecimiento y de floración.

- Utiliza fertilizantes de liberación lenta (que pueden durar hasta tres meses), o abona más a menudo utilizando dosis más bajas.

- Sigue las instrucciones de los fabricantes y no te excedas con las cantidades de abono. Podría ser muy perjudicial para tus plantas.

- Riega siempre después de aplicar el abono.

- No abonar con temperaturas muy altas, si llueve o hace viento.

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