1/11 © Jordi Canosa

La decoración del salón sin duda queda marcada por la ubicación del sofá. Por eso es tan importante saber qué formas de colocar este mueble se adaptan más a tu espacio. Según la forma de la planta, la ubicación de pilares o ventanas, incluso, radiadores influye. Vamos a repasar las opciones, desde las convencionales hasta algunas menos vistas y te damos las claves para que sepas cuál es tu caso.

 

¿Qué influye en la colocación del sofá?

El principal aspecto que determina la colocación del sofá es la planta en sí del salón. Su forma y tamaño. Porque lo habitual es colocar el sofá en una de las paredes más largas para poder recurrir a un diseño amplio con capacidad. Pero también hay que ver si esa pared queda demasiado expuesta desde una puerta, por ejemplo. Quizá la pared más larga es la que se presta a acoger el mueble principal. Otros aspectos a tener en cuenta son los elementos que tenga esa pared aunque sea la más larga. Quizá cuenta con algún pilar o radiador. Es bueno que el sofá quede en la zona más luminosa de la estancia; resguardado de miradas desde la calle cuando se accede a la casa directamente a este ambiente; si se orienta a una ventana con vistas mejor… ¡Muchos factores! Pero saber las formas de colocar el sofá te ayuda a escoger la que te gustaría. En este proyecto de Sincronia Integral, la estilista Mar Gausachs ha optado por ubicar el sofá adosado a una pared, de manera que queda frente al televisor, con dos butacas enfrentadas.

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2/11 © Jan Piotrowicz para Patalab Architecture

Sofá adosado a una pared

Una de las opciones más seguras que suele encajar en la mayoría de los salones. Sobre todo en los pequeños y/o alargados. Es la forma en la que el sofá ocupa menos y deja despejado el espacio de paso y organización hasta el mueble del televisor. Usa la pared para adosar el sofá y optimiza el espacio. Si el salón tiene una puerta de acceso en un lateral de la pared en la que ubicarás el sofá o en el frente contiguo (como en este proyecto de Patalab Architecture), deja espacio suficiente para no tener que "esquivar" el mueble al entrar o salir.

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3/11 © Knowhaus

Sofá adosado a la pared y orientado hacia…

Puede ser a otra pared en la que se encuentra el televisor y mueble con los audiovisuales; a una ventana para disfrutar de las vistas; hacia el salón en un espacio abierto que comunica con la cocina, por ejemplo… En este último caso será necesario acotar el espacio de estar con algún asiento auxiliar para que el conjunto resulte equilibrado o, en caso contrario, el sofá se "perderá".

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4/11 © Melissa and Miller Interiors

Sofás colocados en paralelo o enfrentados

Esta forma de colocar el sofá en el salón suele estar reservada para los espacios más amplios. El motivo es que dos sofás, aunque su fondo sea reducido de 80 cm -lo habitual es 90-100 cm-; restan bastante espacio y debe quedar entre ellos al menos un hueco de 120 cm para una mesa de centro de 50-60 cm de ancho y el espacio de paso alrededor. Con dos sofás enfrentados se favorece la comunicación y la charla. Es una posición menos adecuada a la hora de ver el televisor, ya que este siempre quedará en uno de los extremos. En función del espacio, se puede completar la zona de asientos con un banco, butacas o pufs.

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5/11 © Ikea

Delante de una ventana y pegado a ella

Esta forma de colocar el sofá en el salón es posible siempre que la ventana esté bien aislada para no sentir frío cuando se está en el sofá. Se recurre a ella cuando es la distribución más conveniente para optimizar el espacio y colocar el mueble de los audiovisuales en una pared sin ventana. Colocar el televisor delante de una no es la primera opción. Supone que siempre tendrás la claridad de la ventana detrás del televisor. Es preferible que el televisor se apoye en una pared sin ventana o en un mueble delimitador del espacio sin una entrada de luz trasera. Lo más importante a tener en cuenta en esta forma de colocar el sofá en el salón es que el respaldo no se "meta" en la ventana. Es decir, esta se debe poder abrir. Y, además, el respaldo al límite de la ventana no restará luz. En cuanto a las cortinas, nada de visillos o caídas cortas. Mejor estores o cortinas hasta el suelo, separando unos centímetros el sofá de la pared.

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6/11 © Carmela Interiorismo

Sofá rinconera

Este tipo de sofás se denominan así -rinconera- porque se adaptan a una esquina o rincón. Se trata de un único sofá en forma de L que cubre dos paredes en ángulo. El estudio Carmela Interiorismo ha optado por esta forma de colocar el sofá en este proyecto. Es una opción para salones amplios o de tamaño medio en los que se quiere que la zona de estar quede "recogida" y con un sofá que no entorpezca el paso. Aquí se puede optar por un sofá con respaldo más o menos alto en función de gustos y preferencias. La zona se puede completar con otros asientos auxiliares y permite optar por mesas de centro cuadradas o redondas amplias.

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7/11 © Pia Capdevila interiorismo, decoración y eventos

Delimitar con un sofá en 'L' o 'chaise longue'

Otra de las formas de colocar el sofá es usarlo como elemento delimitador, de manera que el propio sofá marca la transición entre ambientes. Este proyecto de Pia Capdevila recurre a la solución que indicamos entre estar y comedor. Para ello, piensa en un sofá en forma de L -como aquí-; con chaise-longue o dos sofás independientes. La clave, que el respaldo no sea demasiado alto para no perder la continuidad visual.

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8/11 © David Querol para Ingrid Matheu

En medio de la planta

Este es el efecto más puro de sofá como elemento delimitador, similar al que mencionábamos en el punto anterior. En este caso, el sofá queda exento, colocado en mita de la planta para organizar el espacio y la circulación en el ambiente. Es una forma de colocar el sofá que puede ser usada en salones de cualquier tamaño, adaptando la dimensión y modelo del sofá en sí; cuando se trata de un espacio diáfano y abierto en el que comedor, estar y cocina se comunican. La decoradora Ingrid Matheu apuesta por un sofá exento en este proyecto.

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9/11 © Erlantz Biderbost para Sube Interiorismo

Sofás independientes en 'L'

En este proyecto de Sube Interiorismo se opta por esta forma de colocar los sofás: dos piezas independientes, colocadas en forma de L. Así, un salón puede quedar orientado hacia la zona de audiovisuales mientras el otro completa el espacio. Es un tipo de distribución que se presta a que ambos sofás queden adosados a las paredes, en salones pequeños o de tamaño medio; o a que uno de ellos quede exento como mueble delimitador. En los casos en los que decores con dos sofás piensa que no tienen que ser idénticos, ni en tamaño, ni en diseño ni en tapicería.

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10/11 © Estudio Tumu

Sofá efecto pasillo

Otra forma de colocar el sofá en el salón es de manera que quede un espacio entre su trasera y una pared. De esta forma se crea un efecto pasillo o zona de paso, como en este proyecto de Estudio Tumu. Suele ser una opción en salones anchos que hacen de paso desde el recibidor a los dormitorios, por ejemplo; o a la cocina. Se trata de que el pasillo sea cómodo para que no se sienta el espacio saturado. Una zona de paso de 90 cm es idónea. Con esas dimensiones puedes colocar un mueble en la trasera del sofá (consola, librería o aparador) o en la pared de ese espacio.

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11/11 © Círculo Cuadrado Design

A tres bandas

Siempre que pienses en la forma de colocar el sofá en el salón, visualiza la zona de estar como un cuadrado o rectángulo dentro del espacio y organiza los asientos en él. Círculo Cuadrado Design nos muestra un ejemplo de salón con tres sofás, dos enfrentados y uno en perpendicular. Este suele ser el de mayor tamaño. Esta organización está casi reservada para los salones de mayor tamaño porque es voluminosa.

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