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Realizar las tareas de limpieza en casa es un trabajo considerable en el que tendrás que invertir tiempo y esfuerzo. Para conseguir los mejores resultados es importante contar, además, con las herramientas adecuadas: unos utensilios de limpieza en buen estado y productos efectivos que te ayuden.

Si quieres que todo que empleas para limpiar se mantengan en buenas condiciones mucho tiempo, tendrás que cuidarlo de la manera adecuada, desde los trapos a los cepillos de barrer.

 

Cómo elegir los mejores

Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de hacerte con tu arsenal de productos y utensilios para limpiar la casa es que sean de calidad, aunque eso suponga gastar un poco más en ellos. Después lo agradecerás.

En ocasiones caemos en la tentación de ahorrar al comprarlos y después nos damos cuenta de que los trapos sueltan pelusa, los estropajos rayan las superficies o de que la fregona nos ha durado muy poco tiempo.

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Dedícales tiempo y atención

Puede que pienses que no tienes tiempo de limpiar y cuidar los utensilios de limpieza, o que realmente no es tan importante. Nada más lejos de la realidad. Los momentos que dediques a mantener estas herramientas supondrán un ahorro de tiempo después, ya que limpiarás mejor y más rápido.

¿Te imaginas cómo va a quedar tu suelo si lo friegas con una fregona sucia? Guarda tus utensilios de manera adecuada y aplica a cada uno la limpieza que necesita.

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Un espacio de limpieza bien organizado

Tener en orden los productos y utensilios que empleas en las tareas domésticas te ayudará a realizarlas de manera más efectiva y en menos tiempo. Hazte con elementos que te ayudan a conservar adecuadamente cepillos y fregonas, gamuzas, bayetas, etc.

Puedes utilizar colgadores para los cepillos de barrer, ya que si los tienes apoyados en el suelo se deformarán las cerdas y te durarán menos tiempo.

Guarda en cestos separados las bayetas y estropajos que empleas en el cuarto de baño, de los del resto de la casa. Por último, no te olvides de ordenar este armario o rincón de limpieza.

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El aspirador, listo para entrar en acción

Contar con un buen aspirador es fundamental para poder limpiar los suelos de toda la casa, ya sean de madera, laminados o de cerámica. Y si tienes alfombras, se convierte en un electrodoméstico imprescindible.

Para alargar en lo posible su vida útil debes prestarle atención y limpiarlo una vez al mes.

- Si tu aspirador es de los que llevan bolsa, aprovecha para limpiarlo cuando esté llena. Quítala y tírala a la basura.

- Si en lugar de bolsa lleva un depósito extraíble, retíralo para limpiarlo a fondo con agua y jabón, y deja que se seque completamente antes de volverlo a colocar.

- Limpia el cepillo, quitando todas las pelusas y pelos que estén enganchados, y frota la base con un paño humedecido en alcohol.

- Repasa el cuerpo del aspirador con una bayeta de microfibra y un limpiador multiusos.

- Cambia o limpia los filtros si es necesario, siguiendo las instrucciones del fabricante. En caso de que sean lavables, una vez aclaradas, deja que se sequen del todo antes de volver a colocarlos para evitar que prolifere el moho en el interior del aparato.

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Deja impecables los paños de limpieza

Son uno de los elementos fundamentales a la hora de hacer las tareas domésticas, por lo que tienen que estar limpios y en buen estado.

Para lavar los paños, has de tener en cuenta el material. Los de microfibra puedes meterlos en la lavadora, sin mezclarlos con otros tejidos como el algodón. Lo mejor es disponer de una gran cantidad de paños para ir utilizando, y lavarlos juntos. Puedes ponerlos a secar en la secadora a temperatura media.

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Utiliza la lavadora

Lava a máquina en agua caliente las bayetas y los trapos, ya que así es más fácil que este tipo de paños sucios queden bien limpios. Además, es la manera de desinfectarlos y acabar con gérmenes y otros microorganismos.

Para lograr el mejor resultado, utiliza un detergente enzimático. Las enzimas aceleran y potencian el poder del detergente y consiguen una limpieza total.

No emplees suavizante de la ropa, ya que recubre las fibras de los tejidos y resta eficacia a los paños de limpieza.

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Estropajos, bayetas, gamuzas…

Utiliza cada uno para su fin específico y lávalos de la manera adecuada. El algodón y la microfibra pueden lavarse a máquina, aunque por separado.

Pon los estropajos y las esponjas a remojo en agua y amoniaco durante toda la noche y después aclara con agua.

Cambia a menudo los paños de cocina y lávalos a máquina en agua caliente y con un detergente enzimático.

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La fregona y el cepillo de barrer

Se trata de dos herramientas fundamentales en el hogar que deben estar siempre limpias y en buen estado.

Una vez a la semana pon la fregona en remojo en agua con un chorrito de amoniaco. Para que no se estropee, no la dejes dentro del cubo con el agua sucia cuando acabes de fregar.

Para limpiar el cepillo de barrer quítale pelos y pelusas con ayuda de un peine viejo. Cuando esté muy sucio déjalo en agua y amoniaco toda la noche, y ponlo a escurrir boca arriba para que se seque sin que las cerdas se deformen.

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Los cepillos, el tratamiento adecuado

Son utensilios muy prácticos para hacer las tareas domésticas, por lo que es aconsejable tener varios de diferentes tamaños y para distintos usos: para limpiar el fregadero, para los rincones poco accesibles, para las juntas de los azulejos, para las tapicerías, etc.

Enjuágalos con agua caliente después de usarlos y deja que se sequen al aire. Si tienes un cepillo en la cocina para los platos y para la suciedad resistente en cazuelas y ollas, puedes limpiarlo en el lavavajillas.

Los cepillos de limpiar el cuarto de baño han de desinfectarse de vez en cuando con peróxido de hidrógeno (agua oxigenada).

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