¿Un salón pequeño? Cómo decorarlo sin sofá para que sea igual de cómodo que uno convencional
Con sillones, divanes, sillas, cojines en el suelo…
Aunque somos fan declarados del sofá, en ocasiones, por problemas de metros cuadrados, por la distribución del salón o por las propias condiciones del espacio, no hay forma de integrarlo de manera natural, sin que parezca un pegote o reduzca las dimensiones de la estancia. Y es ahí donde entran en escena algunos muebles de salón (sillones, chaise longue, sillas…), normalmente relegados a un papel secundario, para brindarte una zona de estar que, aunque poco convencional, resulta igual de elegante y cómoda, como la propuesta de Hancok & Moore, que combina cuatro butacas de un mismo modelo en blanco y negro.
¿Un salón acogedor sin sofá? ¡Por supuesto que es posible! Con estas soluciones no te darás cuenta de que falta, especialmente si los mezclas y tienes un asiento para cada actividad: una mecedora cerca del rincón de la biblioteca, una butaca junto a la chimenea, una silla al lado de una ventana…
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Dos butacas
Tan versátiles como resultonas, ya que ayudan a estructurar el espacio, son una invitación a compartir momentos en compañía, brindando un asiento confortable y acogedor. Además, se adaptan a cada momento y estilo. Así, en terciopelo son una buena opción para una decoración ‘chic’; en un tejido rico y con textura, como estas de Gubi, pondrán la nota sofisticada; mientras que en cuero o lana rizada (un top de esta temporada) te trasladan a un estar ‘cocooning’ o a una casa de montaña.
Para un toque original y acogedor, apuesta por las mecedoras que realmente aportan carácter a tu salón y cuentan con muchos seguidores.
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Dos o más sillas
Cuando pensamos en asientos prácticos, la pieza que nos viene a la cabeza es la silla. Por eso, si tu salón es pequeño o no hay lugar para un sofá tres plazas, multiplica los asientos y haz sitio para todos. Para evitar recargar la habitación, puedes optar por un mismo modelo que se integre en el ambiente o elegir sillas distintas en colores variados, que aporten dinamismo a la estancia.
Sea cual sea tu elección, es importante que se trate de un modelo cómodo y con estilo propio, que te invite a sentarte sin estropear el ‘look’ de la estancia, como ocurre con este diseño de Maxalto. Un puf y una alfombra mullida te ayudarán a completar el conjunto.
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Una butaca y un puf
El sofá no es el único que puede ofrecerte un lugar cómodo y acogedor para ver la tele, sentarte junto a la chimenea, leer un libro… Las butacas, cálidas y apetecibles, son un clásico en estos menesteres tanto solas como acompañadas de otros auxiliares, como en esta propuesta de Levantina, donde el puf completa el conjunto y hace las veces de mesita, asiento y reposapiés. Además, el salón parecerá más grande, ya que habrá más espacio libre para moverte cómodamente.
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Un columpio
Los columpios, o sillones colgantes, han saltado de la decoración del jardín a la de dentro de casa, casi sin darnos cuenta, logrando ser realmente piezas de interior y un mueble del salón por méritos propios. Muy ligeros visualmente, especialmente si van colgados del techo, como el de esta propuesta de LaiaUbiaStudio, los de fibras vegetales contribuyen a recrear ambientes relajados, donde desconectar y relajarse como si estuvieras en el sofá.
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Un orejero
Este clásico de la casa de la abuela se ha integrado en la decoración actual gracias a su comodidad y a su imagen entrañable, que te invita a descalzarte y a dejarte acunar entre sus cálidas formas. Porque, para hacerle la competencia al sofá y hacer que pasen las horas sin darte cuenta, necesitas un diseño bonito, pero sobre todo muy confortable. Este orejero de Sofology cumple ambos requisitos. Recuerda que la mantita es siempre una buena compañera.
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Un diván
Medio sillón o medio cama, los divanes aportan mucho estilo a tu interior, ofreciéndote no solo una alternativa al sofá sino también una cama extra para tus invitados. La clave de su éxito está en colocarlo cerca una ventana, como en esta propuesta de House Doctor, para tener vistas y luz, o de una pared, que te ofrezca apoyo en caso de que lo necesites, y llenarlo de cojines, para hacerlo más ‘cocooning’.
Un sillón XL
Enamórate de los sillones porque tienen la ventaja de ser flexibles, puedes colocarlos en un rincón, frente a la tele o junto a la chimenea, y darles la vuelta o reubicarlos, si lo necesitas. Con esta propuesta de Bemz, con puf XL a juego, las tardes de sofá y mantita pasará a ser de sillón.
Cojines en el suelo
Nada como pufs y cojines de suelo para crear una zona de relax en el corazón del salón. Instalados sobre una gran alfombra alrededor de una mesa de centro, son una buena solución para amueblar un salón sin sofá y no echarlo de menos. Además, los cojines de suelo, como estos de Urban Outfitters, aportarán un encantador aire ‘boho’ a tus estancias.
Un banco
Un clásico de las cocinas y los ‘offices’ que llega al salón como uno de los mejores sustitutos del sofá. Con sus dimensiones más pequeñas, el banco ofrece comodidad sin tener que invadir todo el espacio de la sala de estar. ¡Y cuenta con la ventaja añadida de que hay diseños para todos los gustos y todos los bolsillos!
Puedes elegir uno a medida, como en esta propuesta de Carmine & Teal, que te permita aprovechar un hueco ‘muerto’; uno de madera para un ‘look’ nórdico; de ratán para lograr un aire bohemio y natural; un modelo de hierro forjado para una decoración estilo ‘casa de campo’ o recuperar palets y apostar por una ‘deco’ reciclada. En cualquier caso, no escatimes en los cojines para una máxima comodidad.
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Una 'chaise longue'
Un clásico de la decoración que nos conquista el corazón tanto por su funcionalidad como por su aportación estética a la estancia, capaz de subir los grados de estilo con su sola presencia, sin restar metros visuales. Este mueble de salón, que apareció en el siglo XVIII, ofrece un sinfín de posibilidades, algunas son verdaderas camas y otras, como la Landscape de B&B Italia, es también mecedora, lo que permite reunir la comodidad de un clásico con la belleza de un icono moderno.