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¿Qué prefieres tener: una cocina independiente o abierta al salón? Cada una de estas opciones tiene sus pros y sus contras. Hoy vamos a repasarlos todos para ayudarte a decidir, si es que te encuentras en la tesitura. Descubre las claves esenciales de las cocinas open concept o diáfanas.

 

Apostar por el modelo americano, ¿sí o no?

La mayoría de las casas españolas cuenta con cocina independiente. Es lo normal, lo más habitual, o lo era… hasta ahora. Quizás debido a las tendencias que triunfan en otros países (concretamente en EE.UU.), parece que las cocinas abiertas al salón están ganando cada vez más adeptos.

Sin embargo, y antes de encargar que te tiren un par de tabiques, conviene reflexionar un poco para saber si es realmente la solución que te conviene.

De hecho, si tu casa tiene un tamaño normal (aunque a ti te parezca pequeña) puede que no sea tan efectivo convertir tu cocina de siempre en un espacio abierto al salón. Quizás ganes en estética, pero pierdas en funcionalidad.

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Para casas pequeñas

Seguro que tienes en la cabeza la imagen de un impresionante loft amplio, moderno y con una espectacular cocina abierta al resto del espacio. Más allá de este tipo de casas, poco habituales, esta solución se recomienda especialmente para viviendas muy pequeñas. Como estudios o apartamentos de escasos metros cuadrados en los que, al dejar el espacio diáfano, conseguimos una mayor sensación de amplitud.

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Las ventajas de las cocinas abiertas

Además de multiplicar visualmente el espacio, este tipo de cocinas que se integran en el salón o el comedor tienen otras ventajas interesantes. Resultan una solución muy moderna y estética, desde un punto de vista decorativo. Las cocinas se conectan a las zonas de estar y terminan por convertirse en estancias acogedoras, confortables y relajadas.

Por otro lado, el hecho de que el interior no esté tan compartimentado favorece la libre circulación de la luz natural. De esta manera, tu casa será mucho más luminosa.

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Mejorar la comunicación

Uno de los mayores encantos de las cocinas americanas es la forma genial en la que potencian la comunicación y la interacción entre aquel que está trabajando en los fogones y el resto de la familia que disfruta en el salón.

Desde delante de las cazuelas puedes hablar con los tuyos, conversar con tus amigos antes de la cena (aunque ahora mismo las reuniones en casa sean solo un recuerdo del pasado… y un deseo para el futuro) o, incluso, echar un vistazo a los niños mientras juegan. Desde luego, una ventaja a tener en cuenta.

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No todo es perfecto: inconvenientes a tener en cuenta

Aunque valoramos los pros de elegir una cocina abierta al salón, hemos de ser conscientes de que también tiene inconvenientes. El más destacado afecta, sobre todo, a aquellas personas que cocinan mucho en casa.

Las tareas culinarias generan humos y olores que se extenderán inevitablemente al resto del espacio. Para tratar de paliar el problema en lo posible es necesario instalar una campana extractora potente, capaz de absorber los efluvios que emanan de los fogones. Una ventilación cruzada también puede ayudar a mitigarlos.

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Combatir el ruido

El ruido es otro de los grandes inconvenientes que presentan las cocinas abiertas al salón. Los electrodomésticos pueden ser bastante ruidosos, empezando por la antes mencionada campana extractora, lo que puede resultar una molestia si estás descansando en el sofá o disfrutando de tu serie favorita.

Una solución puede ser elegir electrodomésticos más eficientes y silenciosos, aunque ello conllevará una mayor inversión.

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Cuidar el orden y la estética

Los espacios diáfanos hacen gala de una gran amplitud visual y resultan más luminosos también. Sin embargo, a cambio se sacrifica la privacidad. Esto quiere decir que, si tienes una cocina americana, tendrás que ser muy meticulosa con el orden y la limpieza.

Tener la encimera siempre limpia y recogida se convertirá en algo obligatorio, si no quieres que el confort que se respira en tu salón se convierta en distorsión y agobio.

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Una isla para dividir ambientes

Utilizar una isla como elemento divisorio puede ser una estupenda idea para delimitar la cocina y el salón, siempre que tengas metros cuadrados suficientes. Puede actuar como una especie de separación o barrera visual capaz de organizar el espacio sin cerrarlo.

En la isla puedes integrar el fregadero y la zona de cocción, armarios y sistemas de almacenaje, o simplemente una barra para desayunos y comidas rápidas.

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La opción intermedia

Si te gustan las cocinas abiertas pero no acabas de decidirte por los inconvenientes que hemos mencionado antes, has de saber que existe una solución intermedia que puede interesarte: se trata de las cocinas semiabiertas.

En ellas el tabique que las separa del salón se sustituye por un cerramiento acristalado, con grandes puertas abatibles o correderas. Así puedes cerrar mientras preparas la comida y abrir cuando lo desees.

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