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Junto con el árbol y el muérdago, la poinsettia (Euphorbia pulcherrima) es un símbolo de la Navidad en todo el mundo. De hecho, entre los múltiples nombres que recibe esta bella planta destaca el de Estrella de la Navidad, flor de Pascua o Nochebuena.

Llega hasta nuestros hogares justo antes de que comience esta etapa de magia e ilusión para poner color y una nota alegre allí donde se necesite.

 

Oriunda de Centroamérica

La poinsettia es una planta procedente de América Central y del sur de Norteamérica. Se trata de un arbusto de hoja caduca que engloba más de un centenar de variedades de distintos colores: blanco, amarillo, naranja o rosa, aunque la más conocida y habitual es de un intenso color rojo.

A pesar de ser originaria de tierras cálidas, soporta bastante bien el frío aunque no tolera las heladas ni los cambios bruscos de temperatura, por lo que en invierno se cultiva en interiores.

En algunas zonas de nuestro país, como Andalucía o Levante, puede cultivarse como arbusto en el jardín.

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Búscale el rincón perfecto

Aunque para cultivar poinsetias no necesitas ser un experto jardinero, es importante que conozcas cuáles son sus necesidades básicas para poder brindarle los cuidados adecuados.

Comienza por buscar la ubicación perfecta para tu flor de Pascua: un lugar luminoso y alejado de las corrientes de aire, o de fuentes de calor como estufas o radiadores.

Mientras la planta está en flor le vendrá bien la luz natural tamizada, no directa, y una temperatura que esté entre 14 y 22º C.

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Un intenso colorido

Esas maravillosas flores de color rojo que te tienen cautivado no son, en realidad, las flores de la poinsettia, sino sus brácteas. Se trata de unas hojas que se han transformado y han adquirido otra forma y color, y que rodean a las auténticas flores, pequeñas y de un tono amarillo suave. Estas no duran mucho tiempo, pero las brácteas pueden mantenerse en buen estado durante meses, normalmente de noviembre a febrero.

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La luz y las flores

La poinsetia es una planta fotoperiódica. Eso quiere decir que solamente florece si recibe cada día un número de horas de luz determinada y no más. Suelen ser unas 8 o 9 horas diarias, y el resto del tiempo la planta ha de permanecer a oscuras.

Por eso, si quieres que florezca esplendorosa el próximo invierno, a partir de octubre debes darle a tu planta al menos unas 9 horas de luz y alrededor de 15 horas de oscuridad.

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Riégala pero sin excesos

La Flor de Pascua necesita vivir en un ambiente relativamente húmedo. De hecho, si hay demasiada sequedad puede perder sus hojas aterciopeladas.

Sin embargo, no conviene pulverizarla y hay que regarla con cuidado de no mojar las hojas ni las flores. Tendrás que proporcionarle agua de forma constante y regular, asegurándote de que tiene el sustrato siempre húmedo, pero sin encharcar ya que es una planta cuyas raíces son muy sensibles a la pudrición.

 

Un consejo

Puedes regar tu poinsettia por inmersión, sumergiendo la maceta en un recipiente con agua durante unos minutos para que la planta absorba la cantidad que necesita.

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El mejor sustrato

Dado que las raíces de la flor de Pascua son bastante delicadas, la planta requiere de un sustrato suelto y aireado con turba rubia y corteza de pino, por ejemplo.

Y, sobre todo, es muy importante cuidar de que el drenaje sea adecuado, para evitar encharcamientos.

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Plagas y enfermedades

Cultivar poinsetias en interior no es difícil, aunque debemos estar vigilantes para prevenir, o al menos detectar cuanto antes, las posibles plagas o enfermedades que pueden afectar a esta planta.

En cuanto a las primeras, las más habituales son los ácaros, las cochinillas, el pulgón y la mosca blanca, que suelen aparecer durante la floración. Se combaten con insecticidas adecuados.

Entre las enfermedades más comunes destacan los hongos (se eliminan con un fungicida) y afecciones como la clorosis, provocadas por un uso excesivo de fertilizantes.

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¿Y después de Navidad?

Cuando haya terminado el periodo de floración de la poinsetia y pierda sus hojas, lo que puede suceder a finales de enero o febrero, es el momento de podar la planta. Eso hará que el arbusto tenga una forma más compacta.

Para podar la planta correctamente has de cortar los tallos a unos 10 cm de la base, y sellar las heridas con cera de vela derretida o con vaselina.

Búscale un sitio adecuado, riégala cuando lo necesite y deja que repose hasta la primavera, época en la cual tendrás que trasplantarla a una maceta de mayor tamaño. También es importante aportarle un extra de nutrientes con un fertilizante específico.

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¡Ojo con los peques y las mascotas!

¿Sabías que la flor de Pascua que cada Navidad decora nuestras casas puede ser bastante tóxica? En realidad, es su savia la que posee una alta toxicidad por su contenido en látex.

De hecho, ese líquido blanquecino puede causar ampollas e irritaciones si entra en contacto con la piel, por lo que conviene que uses guantes de jardinero cuando la manipules o la podes.

También debes mantener tu poinsettia fuera del alcance de los niños y las mascotas ya que, de ser ingerida, puede causar vómitos y diarrea.

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