Ponerse en la piel del agente secreto más conocido del mundo dejó huella en Pierce Brosnan. Hasta tal punto que el actor, que dio vida a James Bond hasta en cuatro ocasiones, decidió construirse una mansión inspirada en una de sus películas.

Durante el rodaje de 'El mañana nunca muere' (Tomorrow never dies), su segunda cinta como agente 007 que tuvo Tailandia por escenario, le fascinó tanto la arquitectura del país asiático que convenció a su esposa, Keely, de crear la "casa de sus sueños". Algo que hicieron cinco años después de ese filme, tras el éxito conseguido con la película 'Muere otro día' (Die another day).

El resultado fue una espectacular propiedad de más de 1000 metros cuadrados localizada en Malibú, que ha sido su hogar durante 18 años.

Desde que los hijos del intérprete irlandés se independizaron, el matrimonio pasa cada más tiempo en Hawái, y por ello han acordado poner a la venta su paraíso de Malibú por un precio superior a los 85 millones de euros (unos 100 millones de dólares).

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Salón abierto al mar

La propiedad de Pierce Brosnan cuenta con una casa principal, bautizada como Orchid House ('Casa de orquídeas), y otra reservada exclusivamente a los invitados. En la primera, encontramos este amplio salón, que ofrece unas vistas de excepción a la playa. De hecho, parece conectar directamente con la misma gracias a los grandes ventanales, con marco de madera, que rodean toda la estancia.

En el centro, se han dispuesto dos sofás alargados de color blanco, mientras que el toque de color llega de la mano de varios cojines aterciopelados en tono burdeos. Para 'cerrar' este rincón, se han colocado también cuatro elegantes sillas, tapizadas en blanco, con respaldo y reposabrazos en dorado.

Todo ello se instala alrededor de una mesa de centro robusta, de madera, sobre la que se han dejado un ramo de flores blancas y otros elementos decorativos, que descansan sobre una alfombra de estilo persa.

La elección del blanco (tanto para las piezas de mobiliario como las paredes) no es casual, dado que contribuye a potenciar (todavía más) la luz natural que entra en esta sala principal.

Por último, el suelo, de madera de teca, aporta el ambiente cálido.

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Una cocina bañada en blanco y madera de teca

La cocina, casi tan espaciosa como el salón, también mira al mar. Esta dependencia se divide en dos áreas: la de los fogones y la del comedor. 

En la primera, destacan los muebles de madera de teca, con un diseño personalizado, al gusto del actor, y las encimeras que, según detalla la inmobiliaria encargada de su venta, son de cuarzo blanco. Un material muy resistente e idóneo para cocinas. A ello se suma una mesa alargada, de madera, que se convierte en la isla de la cocina.

Más allá se ha creado el espacio de comedor, con una mesa circular, acristalada, coronada por una majestuosa lámpara. Esta zona también dispone de otra isla que, de nuevo, se trata en realidad de una mesa de madera. 

Una chimenea eléctrica, instalada en la pared, y un sofá completan la escena.

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Guiño a la cultura tailandesa

Los reconocidos arquitectos Ralph y Ross Anderson fueron los encargados de levantar esta mansión que esconde varios guiños a los templos tailandeses. Una cultura en la que la arquitectura cobra gran importancia.

Para los ciudadanos del país asiático, sus viviendas son un reflejo de su forma de vida, y sus numerosos templos (tiene más de 4.000), unos lugares sagrados que invitan a la espiritualidad. Aunque en los últimos años se nota la influencia occidental, los tailandeses continúan manteniendo en gran parte esa esencia que conquistó a Brosnan.

Además del bambú (de fácil manipulación), la madera, de diversos tipos, es su material predilecto, y esto se ha reflejado en la vivienda. 

Tal y como se aprecia en la imagen, el piso superior está cubierto en madera, desde los suelos hasta los techos, que sujetan un tejado de tejas de arcilla, siguiendo el estilo de los templos de Tailandia. 

Para aprovechar uno de los balcones que ofrece la casa, se han colocado hamacas blancas, como la que se divisa al fondo.

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En plena conexión con el exterior

Todos los espacios de la casa se abren al exterior. También el baño. En el piso superior, se observa cómo este cuarto queda al descubierto, de manera que sus próximos inquilinos podrán disfrutar de un agradable baño en una bañera blanca, de diseño.

En el nivel inferior, se aprecia la parte del comedor, compuesta por una mesa acristalada con mesas de madera alrededor, un sofá blanco, una chimenea y un televisor. A lo que hay que añadir varios elementos decorativos en dorado, un color que también se ve mucho en Tailandia. 

En cuanto a la parte exterior, el actor y su esposa situaron una mesa alargada, de madera, para poder celebraar comidas al aire libre. 

Y el suelo, de piedra blanca, resalta gracias a la privilegiada luz del sol de Malibú.

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Un comedor al aire libre

El matrimonio ha querido aprovechar hasta el último rincón de la enorme propiedad. Y, por ello, además de los diferentes espacios que hay en torno a la casa, incluso creó este comedor al aire libre.

El espacio está protegido por unas mamparas de cristal, y tiene una larga mesa de madera con sillas a juego. Un rincón perfecto para disfrutar del exterior.

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Una piscina paradisíaca

En el espacio que une las dos viviendas (la principal y la de los invitados), se halla esta atractiva piscina con cascada, que cuenta con iluminación propia. 

Para crear este efecto de paraíso, se han plantado alrededor plantas tropicales y palmeras, consiguiendo así el aspecto de un auténtico refugio.

A sus orillas, se han colocado varias hamacas y sillas para descansar después de un baño. Pero también se ha incluido un área de picnic, prueba de ello son los bancos blancos y la mesa de madera. 

Un nuevo detalle que vuelve a exponer las evocaciones a la cultura oriental son los elefantes de marfil que custodian las puertas de las distintas habitaciones.

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Al calor del fuego

La localización de la mansión es privilegiada, a tan sólo un paso de las playas de arena blanca y aguas cristalinas de Malibú. Y aunque el actor también ha dejado algunas sillas y hamacas a orillas del mar, esto no le ha privado de configurar otros espacios de relax un poco más alejados como éste.

Se trata de un pequeño rincón en el exterior, compuesto por varios bancos y sillas de madera, decorados con cojines blancos. Acorde a la esencia del lugar. En el centro, como nexo de unión, en lugar de colocar la clásica mesa auxiliar, se ha optado por un fogón de piedra. De manera que se puede organizar una velada bajo la luz de las estrellas y al calor de esta 'chimenea' de exterior.

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Un paraíso que invita al relax

Tal y como afirman desde la inmobiliaria de Chris Cortazzo, además de su situación a pie de playa (a la que conduce un camino de piedra), al construir la casa, el matrimonio Brosnan se propuso dar vida a un paraíso rodeado de naturaleza, que invitase a la calma y al relax.

De ahí que se hayan plantado palmeras, plantas tropicales e hibiscus en su parte exterior, y se hayan colocado todas esas hamacas, sillas... para relajarse con vistas al Océano Pacífico.

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