Nos encanta cocinar alimentos en el horno. No solo salen de él riquísimos platos, sino que es una forma de cocción de lo más saludable. Sin embargo, no podemos negar que utilizar frecuentemente el horno tiene un daño colateral importante: su necesaria limpieza.
Ésta es una de las tareas domésticas más ingratas que existen. Además de requerir un esfuerzo considerable, los resultados no suelen ser los deseados. No siempre nos queda impecable. Hoy repasamos algunos trucos efectivos para conseguir que nuestro horno esté reluciente sin morir en el intento.
¿Cada cuánto es necesario limpiar el horno?
Quizás te gustaría leer que no hace falta hacerlo demasiado a menudo, pero esa no es la respuesta correcta. La frecuencia con la que has de limpiar tu horno dependerá de cuánto lo uses. En general, es recomendable repasarlo cada vez que lo utilices, para evitar que la grasa y la suciedad se vayan acumulando y acaben por convertirse en algo casi imposible de eliminar. Por eso lo mejor es acostumbrarse y pasar una bayeta mojada en agua jabonosa para eliminar los restos de alimentos que hayan podido quedar en el horno. Después solo tienes que aclarar y secar.
Recuerda que tendrás que realizar una limpieza más profunda de este electrodoméstico cada cierto tiempo.
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