El verano es la época dorada para disfrutar del jardín, de las zonas de exterior y del aire libre. Y si cuentas con una bonita pradera, entonces la felicidad puede ser total. Jugar con los niños, hacer un picnic, leer a la sombra o practicar la buena costumbre de las siestas estivales. El césped es el lugar perfecto para sacarle partido a los momentos de ocio y descanso. Por eso es importante que la hierba esté cuidada, fresca y densa. Que esté mullida y suave, como si de una alfombra se tratase. ¿Sabes cómo cuidarlo para conseguirlo? Todo pasa por darle a tu césped algunos mimos que le vendrán de maravilla en verano.
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El riego, la tarea fundamental del verano
Ahora que el calor aprieta regar es fundamental. Es, seguramente, el trabajo más importante que tendrás que realizar durante estas semanas. Y no solo se trata de hacerlo, sino de hacerlo bien. Así tu césped estará verde, fresco y lleno de esplendor.
Para empezar has de contar con un buen sistema de riego, que funcione correctamente y que haga llegar el agua a todas las zonas de la pradera.
En general, el césped ha de regarse de forma generosa en verano, aunque sin encharcar el suelo (en ese caso no crecerá y acabará pudriéndose). Los riegos abundantes consiguen que el agua llegue perfectamente a las raíces. Sin embargo, podemos espaciar la frecuencia para conseguir que la hierba se vaya haciendo más resistente a la sequía, siempre cuidando de que no le falte el agua.
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