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El verano es la época dorada para disfrutar del jardín, de las zonas de exterior y del aire libre. Y si cuentas con una bonita pradera, entonces la felicidad puede ser total. Jugar con los niños, hacer un picnic, leer a la sombra o practicar la buena costumbre de las siestas estivales. El césped es el lugar perfecto para sacarle partido a los momentos de ocio y descanso. Por eso es importante que la hierba esté cuidada, fresca y densa. Que esté mullida y suave, como si de una alfombra se tratase. ¿Sabes cómo cuidarlo para conseguirlo? Todo pasa por darle a tu césped algunos mimos que le vendrán de maravilla en verano.

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El riego, la tarea fundamental del verano

Ahora que el calor aprieta regar es fundamental. Es, seguramente, el trabajo más importante que tendrás que realizar durante estas semanas. Y no solo se trata de hacerlo, sino de hacerlo bien. Así tu césped estará verde, fresco y lleno de esplendor.

Para empezar has de contar con un buen sistema de riego, que funcione correctamente y que haga llegar el agua a todas las zonas de la pradera.

En general, el césped ha de regarse de forma generosa en verano, aunque sin encharcar el suelo (en ese caso no crecerá y acabará pudriéndose). Los riegos abundantes consiguen que el agua llegue perfectamente a las raíces. Sin embargo, podemos espaciar la frecuencia para conseguir que la hierba se vaya haciendo más resistente a la sequía, siempre cuidando de que no le falte el agua.

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Que no pase sed

Cuando no regamos el césped lo suficiente en verano, va adquiriendo un color apagado y se le marcarán las pisadas. La solución está en mejorar la forma en que regamos la pradera. Lo mejor es realizar riegos profundos por la mañana temprano, ya que en ese momento la hierba se secará antes. Con el calor y la humedad del riego aumenta el riesgo de que aparezcan hongos y otras enfermedades. Por eso no conviene regar por la noche.

 

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¿Cómo hay que cortarlo?

Además de regar, segar el césped es otra de las tareas estrella del verano si quieres contar con una sugerente pradera en tu jardín. No se trata de pasar el cortacésped sin fundamento, sino de cortarlo de una manera precisa y adecuada. Ahora es conveniente dejar la hierba un poco más alta para fortalecer las raíces.

¿Con qué frecuencia hay que cortarlo en esta época del año? Pues depende de la variedad de césped y de cuánto crezca. Lo más habitual es hacerlo una vez a la semana, aunque si crece mucho se podría cortar dos veces dejando pasar unos días entre ellas.

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La regla de 1/3

Saber a qué altura debes cortar el césped del jardín puede ser algo complicado, aunque no se trata de sacar la regla y medir con precisión absoluta. Es mejor aplicar la regla de 1/3 que consiste en no cortarlo más de un tercio de su altura, aproximadamente. Esta es la pauta que debemos seguir.

No cortes la hierba cuando está recién regada y húmeda. Espera a que se seque para evitar que le salgan hongos.

 

Un consejo

Vigila las cuchillas del cortacésped y mantenlas afiladas y en buen estado. De lo contrario tu pradera sufrirá mucho más.

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Evita que el suelo se compacte

Es uno de los riesgos que corremos en verano. Al disfrutar de nuestro césped, lo pisamos más y eso puede hacer que se vuelva duro y compacto. En consecuencia, estará menos poroso, absorberá peor el agua de riego y la hierba se verá menos densa y saludable.

Para solucionar el problema debemos airear el suelo. Esta tarea consiste en pincharlo pasando un rodillo especial o con unas suelas aireadoras (con pinchos).

 

Un consejo

Si es posible, no utilices siempre la misma zona de la pradera en el jardín. Cambia de sitio frecuentemente.

 

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¿Hay que abonarlo en verano?

La regla general nos indica que en esta época del año no se suele abonar el césped. Más bien hay que hacerlo antes, durante la primavera, o después, en otoño. Sin embargo, si la hierba está amarillenta, poco densa y crece muy lentamente, lo más probable es que le falten nutrientes, por lo que sería necesario abonarlo ahora.

Puedes elegir un abono orgánico o uno de larga duración, siempre específico para césped. Aplícalo siguiendo las instrucciones del fabricante y riega después.

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Cuidado con los hongos

Es uno de los problemas más habituales del verano, ya que el calor y la humedad crean un entorno muy favorable para su aparición y desarrollo. Para evitarlos, tendrás que estar vigilante y tratar de detectar sus señales en el césped: manchas y decoloraciones, raíces que se pudren, etc.

Si tu pradera presenta algunos de estos síntomas, será necesario actuar aplicando un fungicida. Sigue las recomendaciones del fabricante y espera al menos 12 horas antes de regar o segar. Ya sabes que para evitar los hongos es fundamental no cortar la hierba cuando esté húmeda y procurar que se mantenga seca el máximo tiempo posible.

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Guerra a las plagas

En verano también hay algunas plagas que atacan al césped de forma bastante frecuente. No bajes la guardia y vigila la aparición de gusanos blancos o larvas. ¿Un signo que podría alertarte? Si observas que los pájaros picotean el suelo, puede ser que alguna plaga de estas esté atacando tu pradera.

Excava un poco para buscar estos insectos y, si los encuentras, no esperes ni un minuto para tomar las medidas adecuadas: aplica un insecticida específico siguiendo las instrucciones del producto y repitiendo si es necesario.

 

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Controla las malas hierbas

Las malas hierbas que atacan el césped en verano suelen ser de dos clases: de hoja estrecha o de hoja ancha. Ambas pueden arruinar la belleza del jardín, por lo que es necesario erradicarlas cuanto antes. Las primeras son más difíciles de eliminar, porque crecen de una forma similar al propio césped.

En cualquier caso, además de arrancarlas de raíz, la solución pasa por utilizar un herbicida específico.

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