1/9 © Leroy Merlin

Aunque no es algo que hagamos todos los años, ni mucho menos, a todos nos llega el momento al menos una vez en la vida en que tenemos que enfrentarnos a una mudanza, con todo lo que ello implica. Cambiarse de casa puede ser muy emocionante, pero también es un enorme trabajo y no siempre nos encontramos en las mejores circunstancias pata afrontarlo. Sin embargo, existen algunas recomendaciones que nos facilitan las cosas a la hora de organizar la mudanza.

 

Piensa en positivo

Mudarse a una nueva casa es un acontecimiento importante en la vida. En muchas ocasiones es un motivo de alegría, y eso es precisamente lo que has de pensar. Conviene ser positivo y afrontar con ilusión la nueva etapa que se abre ante ti. No pienses en el trabajo y en el caos que supone hacer una mudanza, sino en lo bien que vas a estar en tu recién inaugurada casa. Céntrate en todo lo bueno que traerán los cambios a tu vida.

2/9 © Ikea

La organización es la clave

Y no solo para hacer una mudanza, sino para casi todas las empresas importantes que hemos de acometer en la vida. Por eso, antes de hacer nada, siéntate con tranquilidad y traza un plan de acción efectivo que te ayuda a tener las cosas bajo control. Esa sensación conseguirá que no te estreses, o que lo hagas en menor medida. Planifica cada tarea y sigue un método racional para ello. Piensa que no siempre podrás dejar de atender tus obligaciones habituales para hacer la mudanza, con lo que organizarlo todo será esencial. Comienza al menos un mes antes de la fecha clave.

3/9 © Ikea

Una limpieza a fondo

No se trata de limpiar la casa que vas a dejar. Más bien esta limpieza importante que has de hacer ahora se ha de centrar en tu vida y en tus pertenencias. Es el momento perfecto para poner en práctica los consejos de Marie Kondo y hacer una limpieza profunda de todo lo que te sobra en casa. Así no llevarás a tu nueva morada cosas que no necesitas y ni siquiera sabes por qué guardas. Ve paso a paso, dedicándote cada día a una categoría: ropa que ya no te pones (ni te pondrás), juguetes con los que tus hijos ya no juegan, objetos que no necesitas… Es una manera muy efectiva de simplificar tu vida, lo que suele ser garantía de éxito.

4/9 © Leroy Merlin

¿Solo o con ayuda?

Todo depende de las circunstancias, pero aunque seáis pocos en casa, siempre es buena idea contar con una empresa especializada que te ayude a hacer la mudanza. Ten en cuenta que habrá que trasladar muebles pesados y voluminosos, y un sinfín de cajas. Los profesionales no solo te ahorran mucho trabajo, sino que gracias a su experiencia todo resulta más fácil, por lo que será un dinero bien empleado.

Busca varios presupuestos de diferentes empresas para comparar, especificando muy claramente lo que quieres y lo que no, y pidiendo un precio cerrado para evitar sorpresas desagradables.

 

Un consejo

Si tienes que trasladar objetos de valor, lo mejor es contratar un seguro que cubra cualquier “accidente”.

5/9 © Adobe Stock

Tu nueva casa, lista para recibirte

Hay un trabajo que tienes que hacer antes de que llegue el día de la mudanza: preparar y limpiar a fondo tu nueva casa. Ten en cuenta que ahora que está vacía y sin muebles es el mejor momento para hacerlo, ya que eso facilita mucho la tarea. Tanto si se trata de una casa nueva como si no lo es, puede que hayas tenido que acometer cambios, reparaciones o mejoras. Ahora puedes rematar los trabajos y dejar la casa impecable.

6/9 © Ikea

Reúne todo lo que necesitas

Antes de comenzar a hacer la mudanza, asegúrate de que tienes todo lo que vas a necesitar. Busca cajas de cartón que no sean demasiado grandes, ya que si lo son y las llenas a tope, después no podrás moverlas porque pesarán demasiado (no deben superar los 20 kg). También te hará falta plástico de burbujas para proteger todo aquello que se pueda romper, cinta adhesiva para cerrar las cajas, rotuladores para etiquetar, papel de embalar, etc.

7/9 © Ikea

La caja de supervivencia

Antes de ponerte a embalar es importante que reúnas lo básico para subsistir los primeros días en tu nueva casa: juegos de sábanas, algunas toallas, una sartén, platos y vasos, medicamentos de urgencia, etc. Es lo que se llama una caja de supervivencia y, además de esta, cada miembro de la familia debe llevar otra caja propia con sus esenciales: una muda de ropa, el pijama, neceser, los libros del cole en el caso de los niños, el portátil, etc.

8/9 © Ikea

El arte de embalar

Ya sabes que la planificación es la clave del éxito de una mudanza, por lo que debes abandonar la idea de ponerte a llenar cajas de forma incontrolada. Ahora más que nunca es fundamental seguir un orden lógico.

- Comienza por hacer una lista de todas las cosas que tienes, clasificándolas por habitaciones: muebles, objetos, etc.

- Ve llenando cajas, también por estancias, guardando en primer lugar lo que no se utiliza: objetos decorativos, cuadros, adornos, etc.

- Etiqueta las cajas indicando claramente lo que contienen y la habitación a la que pertenecen. Puede que este paso te resulte una lata, pero después te ahorrará una gran cantidad de tiempo y evitará que te vuelvas loca buscando cosas por todas las cajas.

 

Un consejo

Puedes establecer un código numérico para saber qué cajas has de abrir primero y cuáles pueden esperar: salón 1, salón 2, etc.

9/9 © Ikea

Siempre contigo

Los documentos y papeles importantes que guardamos en casa, los objetos de valor de pequeño tamaño, todo aquello que es frágil y que no querrías que se rompiese por nada del mundo… Hay ciertas cosas que debes transportar tú misma para evitar que se rompan o se pierdan. Ten en cuenta que, aunque no tiene por qué ocurrir, no es extraño que algo se extravíe en una mudanza.

Más sobre: