1/10 © Listone Giordano

A la hora de elegir el suelo de cocina, entran en juego muchas variantes. No solo debe ser resistente, duradero y capaz de soportar la humedad, sino que, además, debe encajar con el estilo ‘deco’, estar a prueba de resbalones, transmitir calidez y, a ser posible, poder instalarse sobre calefacción radiante. Repasamos las 10 mejores opciones.
 

1. Madera: un clásico con posibilidades

Una opción especialmente indicada en cocinas abiertas al salón y al comedor, ya que permite crear un espacio único, integrador y estiloso. Cálidos y con muchas caras, los suelos de madera son capaces de adaptarse a cocinas modernas, clásicas o nórdicas sin perder personalidad, sin olvidar que lleva bien el paso del tiempo y que se puede restaurar. ¿Su talón de Aquiles, además del precio? Su relación con la humedad, aunque las variedades duras o las que incorporan un tratamiento permeable, como este parqué de Listone Giordano, sortean este escollo con éxito.

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2. Hormigón o microcemento: un moderno para toda la vida

Aliados indiscutibles de las cocinas modernas y del estilo industrial, el hormigón pulido o el microcemento (no son lo mismo) van ganando posiciones en el ranking de la decoración de interiores, sobre todo por su durabilidad, que hará que te canses tú antes de él, que él de ti. Eso sí, siempre que la instalación la haya realizado una empresa especializada, ya que resulta fácil ponerlo mal. Tremendamente resistente, para garantizar un mayor confort y evitar resbalones, debe sellarse bien. Por cierto, hay vida más allá del gris.

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3. Laminado: fáciles de mantener y a prueba de manchas

Estamos ante un pavimento con mil caras, capaz de recrear no solo el aspecto de la madera, la piedra o la resina sino también las sensaciones que transmiten estos materiales. Sus muchas ventajas, entre las que destaca su resistencia a los arañazos y las manchas, su buena reacción ante el agua y su fácil limpieza, le han granjeado un hueco de honor en la decoración de interiores. Dos ‘peros’: no se pueden arreglar ni renovar y algunos no son compatibles con calefacción radial eléctrica.

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4/10 © Urbatek

4. Porcelánico: higiénico y con mucho ‘tirón’ decorativo

Son uno de los ‘niños mimados’ en lo que a pavimentos para la casa se refiere. Razones no les faltan: son resistentes, higiénicos, se limpian fácilmente, tienen mil caras, incluso imitan a la perfección a la madera o las piedras, y aguantan (casi) todo. Sin olvidar que no necesitan ningún mantenimiento especial a lo largo de su vida. En contra, cuesta que transmitan la calidez de otros suelos y su precio es elevado.

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5/10 © Pergo

5. Vinilo: versátil y fácil de mantener

Aunque con mala fama, lo cierto es que el nuevo pavimento vinílico ha mejorado no solo técnicamente sino también estéticamente, permitiéndole entrar en las casas, y en las cocinas, actuales. La 'culpa' la tiene su resistencia a la humedad, su buena imitación de diferentes materiales, como piedra o madera, y su fácil limpieza, para la que basta pasarle la fregona. Sin olvidar, que se instala fácilmente con sistema clic o pegado y que si lo eliges rígido, como este de Pergo, no tendrás que preocuparte por nivelar el subsuelo. En contra, se rayan con relativa facilidad, pierde color por la acción del sol y no se puede restaurar.

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6/10 © Colour Flooring

6. Corcho: duradero, cómodo y silencioso

Ecológico, saludable (mantiene a las bacterias a raya) y respetuoso con el medio ambiente, el corcho proporciona una pisada mullida y agradable. Además, es antideslizante, silencioso y se puede restaurar para que luzca siempre en buena forma. Lo malo es que se abolla y se raya con facilidad y suele tener una relación complicada con el agua, por lo que hay que sellarlo cada tres o cuatro años.

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7. Azulejos: sin temor a equivocarte

Hace tiempo que los azulejos recuperaron el lugar que merecían no solo en la cocina y el cuarto de baño sino también en estancias como el salón o el dormitorio. Disponibles en una gran variedad de formatos, colores y diseños, se adaptan a cualquier estilo decorativo, sin perder su poder higiénico y escaso mantenimiento, salvo por la limpieza de las juntas. Quizás les falta algo de resistencia y un plus de calidez, pero se les perdona por su precio competitivo.

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8/10 © Carpenter Oak

8. Piedra: el lujo entre fogones

Mármol, pizarra o granito es el trío por excelencia de piedra natural para vestir los suelos de cocinas y baños. Elegantes y atemporales, poseen la capacidad de ensalzar cualquier ambiente con su sola presencia y son (casi) para toda la vida. Sin embargo, su precio es elevado, y, aunque resultan muy resistentes, su pisada es fría y necesitan una base nivelada para su instalación.

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9. Ladrillos: el rústico renovado

Traen a las cocinas actuales, el encanto y la belleza de las fachadas y elementos exteriores, sin olvidar que estamos ante un buen material aislante, que ofrece una gran resistencia al impacto. Su limpieza, mantenimiento e instalación son sus mayores inconvenientes, pero los compensa su personalidad y sus nuevos tratamientos. 

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10/10 © Dekton

10. Ultracompactos: a prueba de (casi) todo

Estos pavimentos, como el Soke de Dekton, se alían con las últimas tecnologías logrando un suelo de porosidad cero, con una estética moderna que luce con el mismo aspecto y brillo durante toda su vida útil, que puede ser muy larga. Además, puedes crear un ‘total look’ usándolo también en la encimera o el antepecho, ya que resiste el fuego y el calor. Su precio elevado y su extrema dureza, que puede resulta frágil ante un fuerte golpe, están al otro lado de la balanza.

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