1/13 © Laskasas

La mesita de noche tiene que ser práctica, decorativa y encajar bien con el resto de muebles y elementos del dormitorio. Además, debe contar con todo lo que nos haga la noche (y la mañana) más fácil, pero sin pasarse, para no saturar el espacio con su presencia. Si quieres descubrir si la que tienes en casa reúne las condiciones básicas o deseas cambiar y adquirir una nueva (hay numerosas ofertas online ‘mid season’), estas son las cuestiones que debes tener en cuenta. 

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2/13 © Novamobili

A tu medida

Antes de elegir, debemos repasar nuestros hábitos: si nos gusta leer en la cama, si usamos gafas, si siempre nos llevamos a la cama una botella de agua, si solemos echarnos crema de manos antes de dormir, si nos gusta tener siempre un paquete de pañuelos… Porque en función de tus necesidades, requerirás un modelo con cajones, con una superficie mayor, una balda extra o un diseño básico. Por cierto, este diseño de Novamobili se abre como si fuera una caja, para que guardes tus cosas en su interior. 

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3/13 © Porada

Con espíritu práctico

Porque seamos claros, si no tiene ninguna utilidad, lo mismo me da ponerla que no, aunque sea la más bonita del mundo. Las mesitas de noche cumplen un cometido decorativo, por supuesto, pero ante todo deben ser prácticas. Este diseño de pared de Porada es perfecto para dormitorios de pocos metros, ya que no ocupa, pero cuenta con una gran superficie y dos cajoncitos. 

4/13 © Banni

De proporciones equilibradas

El tamaño de la mesita de noche debe ser proporcional al del dormitorio. De manera que en uno XL podrás elegir modelos grandes, pero no así en los de pocos metros, en los que deberás optar por diseños que ocupen menos y no pesen visualmente, para no recargar el ambiente. Eso sí, siempre que puedas dejar en ella una lámpara, el móvil, un libro o las tres cosas a la vez.

5/13 © La Mallorquina

Consistente

O al menos estable, para que cuando por la noche busques el móvil para mirar la hora, medio dormida y a oscuras, no tires todo, incluida la mesita al suelo. No importa si es estilizada o con curvas, siempre que se mantenga en pie hasta el día siguiente. Tampoco viene mal que tenga las esquinas redondeadas y que su superficie se pueda limpiar fácilmente, por si hay accidentes nocturnos.

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6/13 © Roche Bobois

Atrevida y sin complejos

Que estemos ante un pieza secundaria de la decoración del dormitorio no significa que no pueda ser el centro de atención, siempre que no rompa la regla de los tres colores, para que mantenga cierta coherencia (y buen gusto) decorativo y resulte un conjunto armónico y equilibrado, como el de esta propuesta de Roche Bobois. También puedes jugar con la forma, mezclando piezas curvas con otras rectas, que den un plus de dinamismo al ambiente.

7/13 © Furniture Village

Sencilla, pero bien equipada

Estamos ante un mueble útil, por eso debe contar con alguna bandeja o cajita para dejar tus accesorios y con una lámpara. Esta nunca debe ocupar más de la mitad de la superficie de la mesilla y si es posible no sobrepasar al cabecero. Si es muy pequeña, una buena opción es colocar un aplique de pared regulable o una lámpara de techo, colocada a la altura ideal. Por cierto, si tienes hueco nunca está de más colocar un objeto personal que te traiga buenos recuerdos, como una fotografía o un pequeño jarrón con flores. La crema de manos y la botella de agua son optativos.

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8/13 © Tréca Paris

El tamaño sí importa

Aunque tengas un flechazo a primera vista por un modelo determinado, toma medidas. Comprueba la altura de la cama y el  colchón y elige un modelo que esté más o menos a la misma medida, para que puedas dejar o coger el libro o las gafas más cómodamente. Si eliges un diseño alto, una opción bastante común, podrías golpearte la cabeza al agacharte, mientras que si optas por uno mucho más bajo, tendrás que alargar al máximo el brazo para coger o dejar tus cosas y ni siquiera así puede que llegues hasta ellas.

9/13 © The French Bedroom

Integrada en la decoración

Y con esto no decimos que debe ser exactamente igual que la cama, sino que debe estar en sintonía con la decoración del dormitorio, y no ir por libre como si se tratara de una pieza ajena al ambiente. Diferente o similar debe crear un conjunto armónico, que no desentone.

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10/13 © PortobelloStreet.es

Que aporte estilo

Hay vida mucho más allá de las típicas mesillas de noche de madera y con cajones. La gran variedad de modelos hace emocionante la elección, ya que hay opciones para todos los gustos y estilos. Si buscas sorprender y salirte de lo decorativamente correcto pon un modelo distinto a cada lado de la cama, como en este ambiente de PortobelloStreet.es. Un conjunto lleno de personalidad, que hará que brille con luz propia. Un consejo: evita los diseños con puerta en los dormitorios modernos.

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11/13 © John Lewis

Versátil y funcional

Las de madera natural o en colores neutros, como blancos, beis o negro siempre funcionarán, ya que encajan bien con cualquier estilo, tanto en un dormitorio moderno, como clásico o nórdico. Si quieres, por el contrario, dar un toque de color y añadir un punto focal en la habitación, elígela en un color llamativo (verde, azul, rosa...) y haz que encuentre su lugar 'deco' en el  espacio.

12/13 © Mónica Garrido

Cada mesita con su pareja

Aunque hay diseños que se ajustan a cada estilo, lo cierto es que las mesitas de noche bajas, sin cajón o con uno como máximo, son buenas aliadas de los dormitorios nórdicos, minimalistas o zen, mientras que las altas y estilizadas son la elegancia personificada, por lo que suelen encajar bien en ambientes clásicos o 'boho chic', como el de esta propuesta de la interiorista Mónica Garrido; las de colores son perfectas en ambientes étnicos; las de madera lacada o naturales, en rústicos… Echa un vistazo a tu habitación, cierra los ojos e imagina tu mesilla de noche ideal.

13/13 © Ikea

Con capacidad de almacenaje

No es un requisito imprescindible, pero sí es una buena opción en dormitorios de pocos metros, donde falta espacio, por ejemplo, para la ropa interior o los objetos de tocador. Si necesitas guardar, mejor con cajones en los que puedes ‘ocultar’ lo que no quieres que se vea, o con cestas como este modelo de Ikea. Mientras que si únicamente la quieres para dejar el libro, el móvil o las gafas no son necesarios. Piensa en tus necesidades y en tus hábitos. 

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