1/13 © Natalia Zubizarreta Interiorismo

Las alfombras son ese complemento textil que siempre juega a nuestro favor. Aporta calidez, textura, absorbe ruidos, aísla térmicamente y decora muchísimo. El lado más práctico es que sirve también para cubrir un suelo algo estropeado o que no nos gusta demasiado. Colocadas en el dormitorio, además, hacen la pisada más confortable y evitan el frío del suelo al levantarnos. Te contamos cómo decorar un dormitorio con ellas.

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Las medidas de las alfombras en el dormitorio

El tamaño de la alfombra que decore el dormitorio dependerá del espacio y de la distribución. También del lugar que elijas para ubicar la alfombra. Como norma general debes tener en cuenta que una alfombra grande cubre la mayor parte del suelo, llegando incluso casi hasta el borde de la habitación -como ha hecho la interiorista Natalia Zubizarreta en esta habitación-. Siempre deben quedar  al menos 30 cm libres. Esta solución convierte la alfombra casi en una moqueta. Es perfecta para aislar totalmente el suelo o cubrirlo porque no nos gusta.

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2/13 © La Redoute Interieurs

¿Dónde colocar las alfombras en el dormitorio?

Puedes usar una alfombra para cubrir el espacio que queda al pie de la cama, bien con un modelo de alfombra estrecho, bien con uno que integre el puf o banco que tengas a los pies o con uno que se prolongue hasta la pared frente a la cama. Eso sí, las patas más alejadas del cabecero de la cama deben quedar dentro de ese modelo de alfombra. ¡Veamos más ejemplos de colocación!

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3/13 © Kave Home

Una alfombra al lado de la cama

Por lo general si escoges esta idea para decorar con alfombras el dormitorio, se coloca un modelo de idénticas dimensiones a cada lado de la cama. El tamaño de la alfombra en sí en este caso se adapta al espacio que queda entre la cama y la pared o el mueble contiguo. Puede ser más o menos larga (nunca más que el largo total de la cama) y no suele acoger la mesita de noche. Es perfecta para que el pie descalzo, al salir de la cama, sienta la alfombra.

4/13 © Chango & Co.

Superposición de alfombras

Es otra opción decorativa, la de colocar una alfombra en el dormitorio sobre otra. Generalmente una se usa de base, de mayor tamaño y otra más pequeña encima. Esta puede ser de la misma forma que la primera o cambiar (redonda o irregular). Se consigue más aislamiento, pero también el grosor de la composición es mayor y hay que tenerlo en cuenta si se van a colocar muebles encima y porque hay más posibilidad de tropiezos. Funciona también combinar materiales e incluso optar por un diseño de alfombra más llamativo sobre uno neutro.

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5/13 © Kave Home

¿Redonda o rectangular?

Las alfombras pueden ser redondas, cuadradas o rectangulares. Generalmente tienden a ser más a rectangulares que a cuadradas en el dormitorio, dado el espacio y muebles a cubrir, pero dependerá de la estancia en sí. Las redondas y ovaladas también encajan a los lados de la cama y al pie. No suelen ser tan grandes como las rectangulares. Son perfectas para romper la linealidad y para usarlas en el dormitorio en un rincón a delimitar: como de trabajo, tocador, lectura o zona de vestidor. Siempre se pueden combinar las formas con un diseño rectangular al lado de la cama y uno redondo al pie.

6/13 © Lorena Canals

Formas irregulares

Más atrevidas, pero muy decorativas. Las alfombras de formas irregulares también pueden dar mucho juego en la decoración del dormitorio. Puedes usarlas como pieza estrella, dejando que se luzca la silueta en un espacio en el que se vea bien (por ejemplo, al pie de la cama sin que apenas esté oculta debajo de las patas) o usarlas sobre una alfombra de forma regular.

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7/13 © Chango & Co.

Alfombras a medida

Ten en cuenta que si necesitas cubrir un espacio concreto y no encuentras una alfombra idónea en medidas, puedes recurir a la fabricación a medida tanto para cubrir el espacio que deseas como para adaptar su forma, como ha ocurrido aquí en este dormitorio decorado por el estudio Chango & Co. donde la alfombra se adapta en la esquina a la chimena.

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8/13 © Chango & Co.

El remate de las alfombras

Con flecos o sin ellos. Cualquier alfombras está permitida en el dormitorio. El remate responde más a una cuestión estética. Hay diferentes terminaciones para las alfombras. Flecos y borlas son las más llamativas. Ocupan más (aportan grosor) y deben quedar a la vista, que se luzcan. Las borlas son más "ordenadas" visualmente que los flecos, que tienden a descolcoarse con la pisada. También hay tiras que se colocan de manera perimetral en las alfombras y que pueden ser de otro material o color. Si no quieres ningún elemento especial, la alfombra vendrá rematada de manera casi invisible.

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9/13 © Maisons du Monde

Base antideslizante

Si la alfombra queda bajo un mueble pesado como la cama, seguramente no se moverá. Pero en el resto de los casos, por seguridad y para evitar accidentes, es conveniente que las alfombras se coloquen en el dormitorio sobre una base antideslizante cuando no la llevan. Se trata de una especie de malla plástica que se corta a la medida de la alfombra (unos 3-4 cm menos por cada lado para que no se vea) y se coloca  entre el pavimento y la alfombra.

10/13 © Natalia Zubizarreta Interiorismo

¿De qué material escojo la alfombra para el dormitorio?

Vamos a empezar con las alfombras de algodón. Son tipo esteras, ligeras, suaves y de poco grosor. Resultan muy adecuadas para el verano. Están confeccionadas con una fibra natural y se pueden lavar en la lavadora (siempre comprobando que por tamaño pesen no más de lo que puede soportar la carga del electrodoméstico).

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11/13 © Lorena Canals

Alfombras de lana

Son cálidas y mullidas, muy confortables. La lana es un material idóneo para el invierno por su calidez. Pueden confeccionarse en todo tipo de acabados, desde lisos a estampados. Deberás escoger entre diseños de pelo largo o corto. Las primeras llenan más visualmente y tienen la desventaja de que necesitan un mayor mantenimiento puesto que entre el pelo tiende a acumularse suciedad. ¿Conoces las alfombras de lana lavable de Lorena Canals? Son un tipo de alfombra de lana que puedes meter en la lavadora. ¡Menuda ventaja!

12/13 © Maisons du Monde

Alfombra de fibras naturales

Otro tipo de alfombras con las que decorar el dormitorio. Se trata de fibras de origen vegetal como el bambú, sisal, yute, cáñamo… muy confortables y agradables al tacto y a la vista. Además son resistentes a pesar de que puedan parecer frágiles. Según el material, las fibras se trenzan o entrelazan y algunas admiten los tintes para jugar con los colores. Las encontrarás redondas, ovaldas, cuadradas, rectangulares y otras formas combinadas. Son perfectas para decorar un dormitorio en clave raw, muy al natural.

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13/13 © Decowood

Alfombras vinílicas también en el dormitorio

Estas alfombras (vinílicas o de polipropileno) se usan en exterior -las primeras siempre bajo un techado, las segundas soportan el contacto directo con el sol- pero son idóneas para decorar interiores cuando hay personas con alergias en casa. Al ser sintéticas y no tener fibras, no acumulan polvo ni suciedad por lo que son hipoalergénicas. Además, se pueden limpiar son agua y jabón (directamente con una manguera si  tienes la opción o con fregona). Se puedes barrer y aspirar, también con robot aspirador. Imitan acabados naturales y se decoran con estampados muy llamativos.

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