A partir de los 12 años, su dormitorio es su santuario privado y público. Aquí estudia, come, duerme, recibe visitas, juega solo o con los amigos… De manera que amplía su tiempo en su cuarto, a la vez que reduce el que pasa en el salón o la cocina.
1. Iluminar, pero también decorar
Por eso, la luz debe ser una parte esencial tanto para relajarse como para estudiar o subir 'stories' a Instagram, pero también cumplir una función decorativa, capaz de crear una atmósfera agradable y con personalidad, en la que no suele tener cabida la lámpara de luna o de globo, sino modelos ‘de adulto’. En esta propuesta de cuckooland, la guirnalda de colores forma parte de su manera de expresarse.