Aunque no solemos prestarles atención, lo cierto es que las cortinas y los estores tienen mucho que decir (y que aportar) a la habitación de los más pequeños. Ayudan a controlar el paso de la luz, aportan un plus de calidez y crean la pincelada de estilo final, haciendo más personales los espacios. Nuestro manual ‘deco’ te ayudará a dar con el modelo perfecto, según la decoración que la acompañe, el espacio disponible y los gustos de tus hijos. 

Para un dormitorio unisex o mixto

Tanto si prefieres que el género de tu hij@ no influya en la decoración de su dormitorio como si se trata de una habitación compartida, existen dos formas de vestir las ventanas: usar colores neutros, como crema, blanco o gris, o, por el contrario, ir al lado contrario y pecar de original con cortinas en tonalidades vivas, como naranjas o amarillos. ¡Tú decides! Eso sí, piensa que del atrevimiento es más fácil cansarse. 

Adaptadas al espacio

Aunque el niño siempre tiene la última palabra en la decoración de su cuarto, los metros son clave en la elección. De esta manera, en habitaciones amplias y luminosas, puedes elegir grandes cortinas de colores llamativos, combinadas con visillos o no, arrastrando 5 cm del suelo… Mientras que en dormitorios pequeños o muy abarratodas de cosas, como este de Cult Furniture, deben ser ante todo ligeras, para multiplicar visualmente las dimensiones. Los visillos, los modelos sencillos, lisos y con pocos frunces y los estores son buenas alternativas.

Para niño

De la misma manera que asociamos el rosa con las niñas, el azul se impone en los niños. Pero aquí nuevamente no es una obligación ni la única proposición que existe: los tonos verdes como el lima, el caqui o el anís son buenas opciones para mantener un ambiente 'masculino', sin perder el aire infantil. También puedes apostar por tonos llenos de energía y vitalidad como el naranja, el amarillo o el turquesa. Puedes jugar a coordinar la ropa de cama con tus cortinas y combinarlas con muebles en tonos claros. En este proyecto de la interiorista Stéphanie Coutas, el azul (recuerda que el 'Classic Blue' es el color del año) muestra una versión más libre al combinarse con blanco en grandes rayas verticales. 

Para niña

Tan pronto como pensamos en una habitación de niña, nos aparece el color rosa en todas sus versiones, desde el más ñoño al más rebelde, sin olvidar el Barbie (todo un ‘must’ de temporada). Si amas el ‘pink’, adelante, aunque con un matiz: ten cuidado de no usar solo este tono en la habitación, ya que corres el riesgo de que todos los elementos se fusionen y que ningún otro destaque. Si eres de las que ve que el ‘universo niñas’ de otros colores, atrévete a ser original y elige un tono pastel como un amarillo suave o un agua verde, que ayudarán a crear una atmósfera llena de dulzura y frescura en el dormitorio.

Requisitos básicos

El algodón es el tejido estrella en el dormitorio infantil, porque no solo es fácil de mantener, aporta ligereza, una bonita caída y no encarece demasiado el presupuesto, sino que también ayuda a crear una atmósfera más natural y saludable. Busca siempre telas fuertes, resistentes a las manchas y que no pierdan el color por los muchos lavados ni por la acción del sol (ten en cuenta la orientación). También es importante que elijas un sistema que te permita quitarlas y ponerlas nuevamente fácilmente. Los de ojales o anillas son una buena alternativa, aunque las trabillas les van a la zaga.

Visillos: luz sin filtros

Son, sin lugar a dudas, unas de las opciones más usadas en las habitaciones infantiles porque decoran sin recargar. Los visillos dejan que la luz pase libremente, permitiendo que el dormitorio conserve, así, una luminosidad que llega a todos los rincones. Además de su encantador aire romántico, tu hijo podrá jugar o hacer sus deberes, mientras disfruta de la luz natural durante todo el día, lo que es agradable y muy saludable.

Modelos estampados

Son perfectos para personalizar la habitación, siempre que reflejen sus gustos: animales, personajes de cuentos, héroes o heroínas…. Solo un pero, tienen fecha de caducidad, según cumplen años, el amor por una serie de televisión o por la jungla desaparece y habrá que renovarlas y adaptarlas a sus nuevas inquietudes. Si optas por motivos clásicos, como rayas o cuadros, vestirás las ventanas con un encanto atemporal y efectivo, decorativamente hablando. Esta propuesta de Ikea también puede crecer con él. 

Lisas: una apuesta segura

Son, sin duda, la opción más fácil de integrar y de triunfar en cualquier habitación infantil. Su sobriedad les permite adaptarse a todo tipo de decoraciones, sin correr el riesgo de ‘pesar’ visualmente, especialmente si las paredes ya están llenas de carteles, los cojines y los peluches cubren la cama y la funda nórdica no pasa desapercibida. En caso de que tu hijo se haya contagiado de la tendencia minimalista cálida de este 2020, opta por los tonos vivos y atrevidos, que recargan, además, la energía. En esta propuesta de Essential Home se combinan visillos blancos con cortinas azules, jugando con los colores de los muebles y accesorios.

Opacas y atrevidas

Estas cortinas son muy prácticas si las ventanas no tienen persianas, por ejemplo, o entra mucha luz. Gracias a su composición que no permite que los rayos se filtren, tu hijo solo tendrá que bajarlas a la hora de la siesta o antes de acostarse para obtener el ambiente oscuro idóneo para conciliar el sueño. Sin olvidar, que disfrutará de un plus de intimidad, si su cuarto da a la calle. Combinadas con visillos, como en esta propuesta de Redd Kaihoi, disfrutará de las ventajas de ambas.