Con una decoración moderna con referencias al clasicismo. Los arquitectos de este apartamento mezclaron con audacia y acierto los muebles minimalistas con detalles arquitectónicos como molduras y cornisas, más tradicionales, sin olvidar un inteligente y elegante uso del color en todos los espacios.
Un apartamento planificado para una mujer del siglo XXI
Esa era la idea de los arquitectos Slava Balbek y Yevgeniia Dubrovskaia, de Balbek Bureau, estudio artífice de la remodelación y decoración de este apartamento de 150 metros cuadrados situado en un barrio de moda en el centro de Kiev (Ucrania). La distribución responde a la concepción de preservar la zona de descanso respecto al área social de la vivienda. Desde el recibidor se accede a un lado a un salón y comedor que comunica con una amplia cocina. Y al otro lado, se encuentra un aseo de cortesía y un acceso por el que se llega a un amplísimo vestidor que actúa como distribuidor hacia el dormitorio con baño en suite.
Una de las señas de identidad de este apartamento son las vistas. Al estar ubicado en un piso 29, la vista panorámica fue el factor decisivo que llevó a su propietaria a elegirlo.
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El salón cuenta con una chimenea integrada en la pared (de diseño minimalista), sobre la que también se encastra el televisor. Las estanterías de madera que custondian este frente son una seña de identidad que aporta calidez al espacio. La variedad de asientos crea dinamismo, desde una chaise longue blanca, perfecta para crear un actual rincón de lectura a un sofá tono caldera y una butaca o sillón con reposapiés, tapizado en blanco y negro.
El amplio recibidor ha ganado en luminosidad gracias a la ausencia de muros que lo separen de la zona de día. En su lugar, los arquitectos de Balbek Bureau (Balbek.com) han escogido un panel de espejo que sencillamente delimita los espacios sin encerrarlos. En él se instala una consola volada como mueble principal del recibidor. Y no faltan los armarios con frentes de madera, que equilibran la modernidad de los espejos y acabados brillantes, como el del suelo, un pavimento en gris acabado brillo, que demarca el ambiente y contrasta con la madera de la zona de día.
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Con vistas y un extra de luz natural. El comedor goza de un lugar privilegiado en la zona de día. Está pensado para organizar comidas con amigos y familiares donde quepan todos con comodidad (de ahí la gran mesa rectangular). A la derecha del comedor se encuentra la cocina, abierta con dos vanos y en la que se ha pensado en una zona de comidas para cada día.
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En el comedor, como se aprecia en este detalle, se combinan muebles de líneas muy actuales. Los tonos oscuros de la mesa y de las patas de las sillas añaden contemporaneidad mientras que la tapicería en un tono topo es atemporal. La lámpara de techo con varias bombillas vistas colgantes en color blanco es ligera y muy actual. Una alfombra ayuda a marcar el espacio del comedor.
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Este es uno de los vanos que se abren en la pared del comedor hacia la cocina. Es muy interesante el marco que se crea, perfilado en gris intenso casi negro, un detalle visual muy elegante. Aquí se aprecia también el cambio de suelo, desde la madera en espiga del salón-comedor al pavimento de la cocina, en gris brillo. En la cocina, una gran barra es el lugar perfecto para desayunos, comidas y cenas rápidas a diario.
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El vano principal, más cercano a la zona de entrada del salón, es más amplio que el contiguo para que la comnunicación con la cocina sea mayor. De esta manera, permanece abierta y conectada visualmente. Los muebles combinan frentes en madera, beis y negro, con frentes lisos y con molduras en un juego entre la tradición y la modernidad, una constante en todo el interiorismo. Desde aquí se aprecia el frente adosado a la pared del fondo, bicolor, con espacio de almacenaje y zona de fregado.
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La isla se adosa a la pared de los vanos, la que delimita cocina y comedor, y en ella se organiza la zona de cocinado con la placa, muebles de almacenaje y vinoteca. En ella se apoya una encimera de mármol a modo de barra corrida hasta el frente opuesto, que actúa como office. A la izquierda, en la pared, una gran vitrina con frentes acristalados.
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El aseo de cortesía, al que se accede desde el recibidor, es un espacio original en el que se combinan detalles del estilo más moderno y de tendencia con otros clásicos. El negro está presente en detalles como la grifería y la estructura del mueble del lavabo, además de en los geométricos del suelo. Gana brillo combinado con el acabado en oro rosa que aparece en el aseo, en línea con el tono coral del techo. Aquí se aprecian las puertas con mulduras y el tono gris verdoso que decora el recibidor.
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El vestidor requiere una mención especial tanto por sus generosas dimensiones, como por su organización y ubicación. El mobiliario a medida está acabado en un tono verde, en línea con las paredes del recibidor. Hay que tener en cuenta que se accede desde él, ya que el vestidor en este apartamento es la antesala al dormitorio y baño en suite. Así, se combinan armarios con frentes opacos y otros espejados, con cajonetas, módulos abiertos y zapatero. La lámpara de techo en dorado y las notas en amarillo mostaza de los textiles añaden luz.
Este es un detalle de uno de los frentes del vestidor. En el espejo de la puerta (también con tiradores en dorado) se refleja el banco creado bajo la ventana. Un rincón especial en el que descansar, leer -no falta un aplique de pared para ver bien-, sentarse a pensar qué ponerse y con espacio de almacén debajo del asiento.
Aquí, un detalle de la pared opuesta a la de la ventana, en el vestidor. En ella se aprovecha el espacio con una ligera estantería abierta (de baldas instaladas en la pared con trasera de chapa) a modo de zapatero.
Desde el vestidor se accede al dormitorio que cede el verde hasta ahora predominante al blanco impoluto, combinado con madera para crear un espacio muy acogedor y relajado, perfecto para el descanso. Aparecen detalles en dorado en las lámparas del techo, muebles de aire vintage -como la mesita de noche- y algo de color en la butaca. En la pared del cabecero, las molduras ponen la nota clásica.
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Detalle del rincón creado en el dormitorio. Aquí se aprecian las molduras que decoran todas las paredes del dormitorio y la puerta que permite que la habitación quede totalmente independizada.
El cuarto de baño principal cuenta con una ducha de generosas dimensiones revestida en mármol, con grifería dorada (mandos murales, rociador desde la pared y barra con ducha) y radiador toallero en el mismo acabado. El gran panel transparente que la delimita no entorpece la visión. Frente a la ducha se encuentran los sanitarios. Y a la derecha el baño se transforma en un rincón más acogedor en el que se sitúa la bañera.
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Este es un detalle de la zona de la bañera, con un diseño exento de línea clásica y grifería de nuevo en dorado. Destaca el revestimiento con molduras de la pared, en un tono gris azulado suave, que destaca el blanco del suelo -en mármol- y de la bañera.