1. Blanco impoluto
Los colores son un buen regulador de la temperatura, ya que son capaces de bajar los grados y aportar sensación de frescor: la cromoterapia no es nada nuevo. A la cabeza de los más frescos se encuentra el blanco. En esta propuesta de muy mucho la ropa de cama blanca se ha combinado con un cabecero de madera con almohadón y cojines crudos y una manta a los pies en gris. Una combinación acogedora, ideal para el descanso. Las plantas también son aliados para crear ambientes relajantes.
2. Tejidos naturales
Una buena ropa de cama puede hacer que durmamos a pierna suelta o que nuestras noches veraniegas sean un verdadero suplicio, aunque abras la ventana o enciendas el aire acondicionado. Por eso, siempre debes elegirlas de calidad y de tejidos naturales, como el algodón o el lino, que son transpirables y facilitan una buena ventilación. En esta propuesta de Pepe Peñalver, el cabecero entelado con la tela Mestizaje pone un punto étnico al ambiente, convirtiéndose en una buena opción para una casa de campo.
3. Multicolor
Si durante el invierno, la cama ha hibernado, buscando un plus de calidez, en verano se deshace de las sábanas y las colchas oscuras y pesadas visualmente, apostando por el color. Esta original propuesta de Missoni Home no solo llena de frescor el dormitorio sino que, además, imprime una inyección de energía, para que te levantes cada mañana con las pilas recargadas.
4. En lino
En el dormitorio, este diseñado por Egue y Seta, el lino viste la cama aportando frescura. Estamos ante un tejido lleno de virtudes, ya que, aunque muy resistente, resulta ligero, al mismo tiempo. Con menos desgaste, elimina y neutraliza los olores, absorbe el calor corporal y mantienen a las bacterias a raya. Sin olvidar que, además de todas sus bondades, aporta una pincelada ‘boho’, llena de encanto.
5. Motivos florales
Si quieres traer el jardín dentro de casa, las colchas y sábanas con motivos florales te ayudarán a atrapar ese frescor primaveral, que tanto echas de menos en verano. Puedes optar por flores grandes o pequeñas, siempre que, para no recargar el ambiente con su presencia y convertirlo en un vergel, vayan sobre un fondo blanco, como en esta propuesta de Nacional Sedera, o en tonos claros empolvados, como el rosa.
6. Amarillo vibrante
Los colores también son decisivos para un descanso fresco, ya que son auténticos reguladores de la temperatura, capaces de dar calor o frío, según tu elección. Para esta época del año, evita a todos aquellos que aumenten la temperatura visual del ambiente, el rojo, por ejemplo, y apuesta por tonos claros, tonalidades ligeras o pasteles de azules, rosas y verdes. En este ambiente de La Redoute Interiors, el amarillo, aunque es un color cálido, se asocia con el sol y la luz, por lo que llena la habitación de su alegría, al mismo tiempo que facilita la concentración.
7. Azul como el mar
Es uno de los tonos veraniegos por excelencia, ya que te traslada directamente al mar y su infinita calma. Esta propuesta de La Mallorquina combina ropa de cama de la colección Vesta con muebles de madera naturales, creando ambientes tranquilos y relajantes. 100% algodón, se trata de un modelo reversible: por un lado blanco con estampado floral en azul y por el otro, lo contrario. ¡Ideal para tu apartamento de la playa!
8. Con complementos
Una cama veraniega no tiene que renunciar a plaids, mantas, colchas... Solo tienes que encontrar los acompañantes de tus sábanas ideales, aquellos que vistan, pero no den calor, ni físico ni visual. Esta propuesta de Ikea nos demuestra cómo se puede dormir en verano en una cama mullida y confortable.
9. A juego con el jardín
El color verde proporciona sensación de frescor y un ambiente saludable, ya que se asocia con la naturaleza. Alivia el estrés y aporta calma y seguridad, por lo que es un buen compañero para nuestra ropa de cama. Si lo combinas, como en esta propuesta de H & M Home, con beis y tierras, lograrás atrapar el espíritu campestre en tu dormitorio prinicpal.
10. En mezcla y en colores claros
Esta combinación de Donurmy es una buena opción para tu ropa de cama, ya que los tonos claros bajan los grados del dormitorio con su sola presencia, mientras que la mezcla de algodón y poliéster, siempre que esta sea en menor medida, cuenta con las ventajas de las fibras naturales, pero es más fácil de planchar.