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El sofá, no es la primera vez que lo decimos, es uno de los reyes de la decoración de la casa. Tanto que, en ocasiones, elegimos el resto de piezas y complementos alrededor de él. Por eso, su elección es tan importante. Si tienes hijos, los criterios de selección se amplían, ya que entran en juego la practicidad y el fácil mantenimiento. Con eso no queremos decir que tengas que renunciar al sofá de cuero blanco o de terciopelo rosa que siempre quisiste, solo que debes esperar un poco. Estas son las 10 cosas que determinan si tu sofá es apto o no para una casa con niños.

 

1. Telas resistentes al trote

¿Sabes lo que es el test Martindale? Se trata de una prueba de resistencia de la tela, que se somete a rozamientos con distintos puntos de abrasión. Cuanto más rápido se rompe, más frágil es. Por eso, si quieres que supere el trote en una casa con niños, lo ideal es que nunca elijas telas por debajo de 10.000 ciclos Martindale. Lo ideal está entre 15.000 y 30.000 ciclos. ¡Revisa la etiqueta o pregunta!

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2. Tejidos que dan la talla

Con niños resulta más razonable optar por un sofá de tela, frente a uno de cuero, aunque esta opción no se debe descartar si está tratado adecuadamente. Además de los tejidos naturales, ten en cuenta los sintéticos, como las microfibras que generalmente son sólidos, nada sucios y, a veces incluso, se pueden meter en la lavadora. El sofá Odyssey de Grassoler en su versión desenfundable, puede tapizarse con una tela apta para lavar a máquina.

3/10 © Bianchi Muebles

3. Antimanchas y ‘antimascotas’

Si quieres ir segura, opta por telas que hayan sido sometidas a un tratamiento antimanchas, tipo Scotchgard o Teflon, que les permitirá resistir y salir (casi) indemnes de todo tipo de manchas y suciedad, y confía en los tejidos tratados con Aquaclean, un repelente al agua que cubre cada fibra con una capa molecular invisible, evitando que la suciedad penetre. Además, aunque sea su sitio preferido para merendar podrás estar tranquila, ya que se limpia solo con agua. Y si tienes mascotas es también una buena opción, porque su tejido compacto hará que la tapicería no se deshilache. En Bianchi Muebles tú eliges la tela entre una gran variedad de colores, texturas y diseños y ellos la tratan adecuadamente.

4/10 © Conforama

4. Asientos para el día a día

A la hora de elegir el relleno de tu asiento, teniendo en cuenta que siempre recomendamos que no puede ser ni muy duro ni muy blanco, es muy importante asegurar la densidad de la espuma, que puede oscilar entre 25 kg/m3 y 40 kg/m3. Si son de baja densidad cederán y se deformarán más rápidamente. Por eso, independientemente del relleno (espuma de poliuretano o viscoelástico) que tenga apuesta siempre por una alta y, preferiblemente, transpirable. Los de este sofá de Conforama tienen 30kg/m3.

5/10 © Cartelle Design

5. Con textura, para que no se note nada

Aunque el terciopelo es tendencia este año, lo cierto es que no es muy recomendable para un hogar con niños, ya que resulta algo delicado, deja penetrar las manchas y es difícil de limpiar. Pero si te gusta esa textura, opta por chenillas lisas, que lo imitan muy bien y son capaces de sobrevivir a una fiesta infantil en casa.

6/10 © Porada

6. Mejor, desenfundable 

Los modelos con fundas permiten que puedas lavar cojines y respaldos cuando lo necesites. Eso sí, no se trata de merterlos en la lavadora por cada mancha que tengan sino hacerlo cuando estén demasiado rozados o hayan sufrido ‘percances’ importantes. Antes de nada, comprueba que la tela contiene poliéster y ten cuidado con el algodón y el lino, que pueden encoger. Un pequeño truco para que volver a vestirlo sea más fácil: coloca las fundas cuando aún estén un poco húmedas, ventilando bien la habitación para que se sequen puestas. De todas formas, si es de limpieza en seco, tampoco es el fin del mundo: actualmente hay muchas empresas que realizan este servicio a domicilio, a un precio razonable. El sofá Kirk de Porada tiene una estructura de nogal y es totalmente desenfundable.

7/10 © Bemz

7. Las fundas existen, úsalas

Te abren un universo de posibilidades, tanto si quieres renovar el aire de tu sofá como si están demasiado gastados o tienen manchas imposibles de eliminar. Bemz te permite personalizar tu sofá de Ikea y darle una nueva vida más larga y feliz. Son totalmente a medida y se pueden lavar a máquina.

8/10 © Bo Concept

8. En colores sufridos, ‘of course’

Opte por los colores más oscuros, que le permitirán ocultar con mayor facilidad las manchas y el desgaste. Evite el blanco, que sigue siendo el color más sucio o los tonos demasiado llamativos, ya que que pueden perder el lustro más fácilmente. Otra opción son las tonalidades intermedias, para que no marquen en exceso la decoración. Además, este sofá de Bo Concept está tapizado con tela Lux Felt, un repelente antimanchas, que la hace más resistente al desgaste y a los líquidos. 

9/10 © Roche Bobois

9. Con una estructura firme

Tan importante como su tapicería y relleno es el armazón. Los de madera maciza, acero o aluminio son buenas opciones. Si quieres saber si es o no resistente, levanta una de sus patas 15 cm del suelo y comprueba que la otra pata se mantiene estable y el sofá no se inclina. La del modelo Cocoon de Roche Bobois es de abeto macizo y sus asientos tienen una densidad de 35kg/m3.

 

10/10 © Rubelli

10. Modelos secundarios

Si no puedes vencer a tu enemigo, haz que huya. Los pequeños de la casa necesitan un modelo confortable, mullido y con respaldo, donde puedan dar volteretas, bajar montañas rusas y dormir a pierna suelta. Por eso, si siempre soñaste con un diseño nórdico, tipo banco y sin reposabrazos, date el capricho. Eso sí, solo como auxiliar del principal y siempre que pongas una alfombra mullida o muchos cojines en el suelo.

 

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