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El sofá 'Chester' es un clásico de la decoración inglesa que no solo pervive hasta nuestros días, sino que se ha apropiado del término 'sofá', porque es común que cuando pensamos en un sofá o un sillón nos venga a la mente un 'Chester' y nada más. Este sofá se caracteriza por disponer de unas botonaduras que, al ser cosidas, hacen formas de rombos y por tener el respaldo muy bajo, a la altura de los reposabrazos.

 

Ambiente típico inglés

El modelo Chesterfield original es de cuero marrón y tiene remaches dorados con forma de chincheta. Es un sofá que transpira nobleza y suntuosidad, y que está fabricado para durar muchísimos años. Los chester son de ese tipo de muebles que perviven a todas las mudanzas y que pueden pasar de generación en generación. Nació para un entorno adulto, cuidado: los chester no son a prueba de niños.

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2/11 © Bliss Home

Actualización del estilo Chesterfield

Pero las épocas cambian y pese a que jamás nos cansaremos del clásico Chester de piel, el modelo se ha actualizado y podemos encontrar sofás de este tipo con tantos tapizados como la imaginación nos permita soñar. En este salón se ha utilizado un tejido de sofá clásico, en gris marengo, y se han mantenido intactas las formas del Chester, pero se ha aligerado un poco el grosor de sus reposabrazos.

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El Chester blanco

Cada vez se ven más modelos de Chester que respiran el aire más puro de su estilo y, sin embargo, cambian radicalmente de color, como este sofá blanco. Es llamativa su belleza, sigue destilando una presencia noble e ineludible, y sin embargo su color es blanco puro tapizado en un tejido Acualine, que repele las manchas.

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4/11 © Famaliving San Diego

El primo hermano del Chester

Este sofá es un beso y no guarda una relación directa con el Chester noble de cuero intenso; y sin embargo vemos claramente de dónde nace su referente. Tan solo con poner botonaduras al respaldo ya evocamos el recuerdo de este antepasado del diseño de sofás, aunque aquí el resultado resulta muy provocativo, divertido y fresco.

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5/11 © Famaliving San Diego

Otro familiar del Chester

Con un aire Mid Century, vemos este otro sofá que resulta familiar a ojos del diseño Chester, donde lo único que tienen en común son los botones y la altura del respaldo. Sin embargo, no cabe duda de sus referencias. La tela elegida en este caso tiene una textura muy años 70 pero en tonos pastel, que hace muy divertido mezclar dos sofás en una misma estancia pero invirtiendo los colores del sofá y cojines.

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6/11 © Crotheer Architektur

Solo un Chester, y nada más

En una estancia moderna, incluso juvenil, y sin una personalidad clara, añadir un Chester siempre es una decisión de peso, porque inyecta toda su personalidad al espacio, se hace el protagonista y ya no necesitamos nada más que complemente la decoración. Cuando se trata de un Chester puro, todo lo demás no importa.

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7/11 © H Concept London

El primo azul oscuro

Muchas son las versiones que se han hecho de este famoso sofá. Este tiene unas líneas muy depuradas, se han pulido los reposabrazos con forma curva y se han uniformizado con el respaldo, dando una apariencia de bloque muy contundente. Las patas también son muy originales, y los cojines sigan la norma de los rombos tan característica de este modelo de sofá. Sin embargo, lo que llama la atención por encima de todo, es el color de este sofá, de un azul oscuro intensísimo, como la propia noche.

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8/11 © H Concept London

Chester real

Esta otra interpretación de Chester es muy fiel al estilo original. Mantiene los reposabrazos, los remaches en forma de chapa y las botonaduras en forma de rombo y, sin embargo, imprime una personalidad completamente distinta al Chester clásico, dando incluso un aspecto más delicado. Si el Chester es un sofá muy inglés, y con líneas, texturas y colores muy masculinos, este nos evoca más bien un ambiente francés, con cierta clase femenina.

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9/11 © Last Detail Interior Design

Admite eclecticismo

Podría parecer que un Chester no es capaz de convivir con otros estilos, dada su personalidad tan marcada y contundente. Sin embargo, este modelo de sofá demuestra que puede compartir salón con otros muebles de distintos colores y formas, y seguir siendo el rey del salón. En esta propuesta de decoración vemos hasta tres asientos con tapicerías distintas y estilos diferentes, que conforman un conjunto donde todo respira armonía.

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10/11 © Luxe Home Philadelphia

El límite del Chester no existe

Esta tapicería resulta realmente original, aun manteniendo la sobriedad del modelo. Sin embargo, aquí vemos una variedad de reposabrazos que se ha extendido mucho en las últimas épocas: para hacer el sofá más moderno y reducir un poco su tamaño, los reposabrazos dejan de ser curvos y se convierten en un ángulo.

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11/11 © Room8

El gran ovillo de lana

Nadie puede decir que este sofá no es un Chester y, sin embargo, se trata una versión llevada al extremo, donde también se han obviado los reposabrazos, que son el elemento característico que más ha mutado a lo largo de los años. Aquí estos se han convertido en una prolongación exagerada del juego de botonaduras y rombos, que gracias al tapizado da la sensación de que más que un sofá, se trata de un confortable ovillo de lana sobre el que perdernos.

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