1/9 © Alex Crook Photography

Cuando decoramos una casa nos planteamos cómo será hasta el más mínimo detalle. Sin embargo, utilizar puertas con color parece una excentricidad porque el blanco y el madera son tonos que siguen manteniendo su hegemonía. Pero cuando descubres todo lo que puede conseguir una puerta de color, dejarás de ver normal que las puertas no sean de colores.

 

Convertir lo mundano en original

El poder de las puertas de colores es transformar aquello que podría ser común y aburrido en algo completamente diferente, porque cuando dotamos de color a una puerta, estamos haciendo presente su textura y su brillo. Centramos la atención en ella, y todo el conjunto se beneficia de esa nueva luminosidad, haciendo que las formas y fachadas ya conocidas cobren una nueva vida. En este edificio, somos capaces de imaginar un antes y un después, con una puerta de madera que se confundiría con el espacio, y esta maravillosa puerta azul que pide a gritos que te acerques a saludar.

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2/9 © Leonid Furmansky Architectural

¿Color en un marco?

Las puertas de cristal son un acierto para un acceso al exterior, al patio, jardín o piscina, porque aprovechan la luz y permiten una comunicación visual con el exterior. Pero incluso estas puertas, que son casi marcos del cristal, pueden ser de color, y este matiz da poder a su presencia e incluye un guiño original y con mucha personalidad. El tono amarillo de esta puerta ni siquiera es necesario que se vea representado en otro mueble de cocina, aunque ayuda que el suelo ea azul, una combinación ganadora.

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3/9 © Ben Park

Color en todo, pura vida

Pese a que la norma puede pasar por introducir un poco de color en las puertas y hacer de ellas un éxito discreto, ahora vemos esta decoración pop con tintes vintage que ha aprovechado todos y cada uno de los elementos de la estancia para insuflar vida y color. La puerta amarilla tiene su complementario en las cortinas azulonas, y la pared cae con un tono rosa pastel, que relaja las zonas intermedias. Cojines y jarapas a juego con la puerta y cortinas. Pura vida.

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4/9 © Wills Design Associates

La puerta que deseas atravesar

Una puerta de color es un canto a la originalidad. No hay una convención más reiterada que mantener el color de las puertas en blanco o madera. Cuando damos vida a una puerta con cualquier color vivo, estamos ejerciendo un derecho que creíamos prohibido, poniendo patas arriba la realidad y dotando a un espacio tan clásico como el aseo, de un poder absoluto: que nadie pueda olvidar que tenemos una puerta de color.

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5/9 © HCD Consulting Group

Puertas que juegan a seducir

Las puertas tienen unas cualidades mágicas, y es que cuando se mueven adquieren otras perspectivas. Cuando la puerta es de color, y demás tienen formas que generan relieves, son capaces de apostar su belleza en un juego de seducción triple, al ser tocadas por la luz de distinta manera en función de la hora del día y de cómo esa luz incide en su color. En este ejemplo vemos una bellísima puerta con capas en un tono azulón.

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6/9 © Oculus Worldwide - Dexter Project

Verde que te quiero verde

El verde pistacho es uno de los tonos más agradecidos para conjugarlo con cualquier decoración. Es un color calmado, vivo y atractivo. En este caso la puerta además ofrece la posibilidad de disponer de cuatro ventanas translúcidas que dejan pasar la luz y saber si hay alguien al otro lado.

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7/9 © U+G Estudio Arquitectura

El toque que todo lo cambia

Un pasillo con puertas blancas es elegante, pero también monótono. En esta decoración vemos como el rosa no está presente en el resto del espacio y, sin embargo, una vez que conocemos cómo el pasillo tiene las puerta en este tono pastel, no entendemos otra forma de hacerlo. La personalidad de una pasillo con puerta de color se hace estable y permanente.

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8/9 © Vanillawood

El arte del detalle

Inspirados en Mondrian, podemos transformar fácilmente cualquier estructura de ángulos rectos en una obra de este artista francés tan solo situando una puerta de color, ya sea amarillo o rojo. Dotamos así de vida y originalidad a un espacio útil, moderno, pero que sin una nota de color podría contagiarse de la monotonía y resultar “demasiado” transparente.

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9/9 © Wiseman & Gale Interiors

Ábrete al color

Un habituación sencilla en una casa donde el blanco abunda en paredes, suelos y muebles, acaba diferenciándose y brillando con una originalidad sutil cuando elegimos puertas de colores. Ese simple detalle, hace que todo se mueva a su alrededor, y la casa sea inconfundible.

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