Hay casas que nos hacen sentir bien nada más entrar, aunque no sepamos explicar por qué. La luz, los materiales y las piezas de mobiliario que las acompañan parecen encajar de forma natural, sin estridencias. Esa sensación de coherencia y armonía es el punto de partida del trabajo de ÁBATON, un estudio español de arquitectura, interiorismo y paisajismo que aborda cada proyecto desde una visión integral, donde arquitectura e interiorismo se conciben de forma conjunta. “Arquitectura e interiorismo deben empezar a trabajar juntas desde el principio de cada proyecto, desde que se empiezan a definir los usos de los espacios”, explica Miriam Arias, directora de Interiorismo del estudio.
Esa manera de trabajar hace que la separación entre disciplinas pierda sentido. “Hay elementos arquitectónicos donde introducimos el componente del interiorismo, así que la diferencia entre ambas prácticamente desaparece”, señala Blanca Marías, arquitecta directora. La forma en que entra la luz, cómo se relacionan los distintos espacios o cómo se utilizan en el día a día se decide de manera coordinada, siempre pensando en la experiencia de quienes van a vivir la casa.
Más allá de estilos o tendencias, ambas coinciden en que una vivienda funciona cuando es cómoda, coherente y responde a la vida cotidiana. Blanca pone el foco en aspectos que no siempre se ven, como la luz natural o el confort térmico, mientras que Miriam insiste en imaginar cómo se habita cada espacio a lo largo del día:
Desde nuestro punto de vista, la funcionalidad es también imprescindible para sentir un espacio habitable y cómodo. Desde la textura de las telas, la altura del mobiliario… Siempre nos imaginamos cómo se va a vivir una casa en cada momento y situación del día.
De esa mirada compartida surgen interiores donde el mobiliario, la iluminación y los objetos no se entienden como un añadido decorativo, sino como parte esencial del espacio.
Las ideas que Blanca Marías y Miriam Arias se entienden mejor cuando se trasladan a espacios reales. Un buen ejemplo de ello son los proyectos que nos han compartido: viviendas muy distintas entre sí, en las que su forma de trabajar se refleja en decisiones concretas y visibles.
Casa Brisa es una de esas viviendas que invitan a relajarse nada más entrar. Abierta, luminosa y en contacto constante con el exterior, la casa se organiza como una sucesión de espacios que fluyen con naturalidad. Aquí no hay estancias rígidas ni compartimentos cerrados, sino ambientes pensados para adaptarse a distintos momentos del día y a una forma de vivir despreocupada y creativa.
El interiorismo refuerza esa sensación de libertad mediante una mezcla de estilos que evita la rigidez. El proyecto integra piezas icónicas del diseño —como la butaca ‘Serie Up 50’ de B&B Italia, diseñada por Gaetano Pesce en 1969 y reconocible por su tapizado a rayas en beis y rojo— con elementos de gran fuerza expresiva. Entre ellos destacan el sofá modular ‘Sengu Bold’, de geometrías sencillas, y una mesa de centro de inspiración oriental que superpone diversos materiales; ambas piezas son obra de Patricia Urquiola para Cassina.
El conjunto, enriquecido por la alfombra 'Silhouette' de Nani Marquina, logra crear un ambiente cálido, acogedor y con una personalidad propia.
Todo está pensado para sentirse cómodo, vivido y fácil de usar. Como explica Miriam Arias, directora de Interiorismo, “parte de nuestro trabajo es que cada sensación esté a medida, más allá del diseño estético”.
El color juega un papel esencial y aporta una nota de frescura que se percibe claramente en el dormitorio. Lo vemos en detalles como la alfombra ‘Silhouette Kilim’ de Nani Marquina, o en piezas que dan vida a los espacios sin recargarlos: desde la envolvente butaca ‘Husk’ en color mostaza, diseñada por Patricia Urquiola para B&B Italia, hasta la estilizada estantería ‘Random’ de MDF Italia. El resultado es una casa joven y optimista que refleja una forma de vivir el hogar más libre, donde cada elemento suma sin necesidad de recurrir a formalismos ni rigideces.
Diseño moderno, materiales sin artificios y un interior que no renuncia a la calidez
El Proyecto AS parte de una arquitectura con carácter, definida por líneas rotundas y materiales naturales y sin artificios como el hormigón visto, la madera y la piedra natural. Los espacios son amplios y continuos, y se abren al exterior a través de grandes ventanales que conectan la vivienda con el jardín y refuerzan la sensación de amplitud.
El salón, corazón de la vivienda
El sofá principal, perteneciente a la colección 'Gentry' de Moroso y diseñado por Patricia Urquiola, actúa como elemento articulador del espacio social gracias a su textura capitoné y silueta generosa. A su alrededor, el diseño se enriquece con piezas icónicas que dialogan con la arquitectura: el juego de tres mesas de centro Grasshopper de Knoll International, diseñadas por Piero Lissoni con elegantes sobres de mármol, aporta dinamismo frente al volumen del sofá.
Como contrapunto escultural, destaca el taburete Plopp de ZIETA, cuyo acero pulido inflado añade un toque de vanguardia industrial al conjunto.
No entendemos la arquitectura como un marco rígido, sino como algo flexible que se adapta al modo de habitar.
Miriam Arias, directora de interiorismo de ÁBATON
Mobiliario con historia
En este contexto, el interiorismo no busca suavizar la arquitectura, sino hacerla más cercana y habitable. El mobiliario se convierte en una herramienta clave para organizar los espacios abiertos y aportar confort.
Piezas con alma, como el mueble danés de madera de palisandro original de los años 50 y la lámpara de pie antigua de Serge Mouille (ambos de la Colección ÁBATON), dotan al espacio de una pátina de historia y calidez.
La iluminación se completa con la delicadeza de la emblemática lámpara de sobremesa diseñada por Miguel Milá (con cesta metálica) para Santa & Cole, que refuerza esa conexión entre artesanía y modernidad.
Sofás, mesas y piezas a medida ayudan a definir las distintas zonas sin perder continuidad visual.
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La calidez aparece en detalles muy concretos: por ejemplo en la cocina, donde unas sillas curvas en tono mostaza aportan un contrapunto cálido dentro de una estética muy depurada. Como resume Blanca Marías, arquitecta directora, “buscamos el confort en todos los sentidos; no es un buen diseño si no es práctico y funcional”.
El resultado es una casa contemporánea, sobria pero acogedora, donde arquitectura e interiorismo se apoyan mutuamente para crear un espacio pensado para vivirlo con comodidad, sin renunciar a la fuerza de los materiales.
Una vivienda donde la luz organiza los espacios y marca el ritmo de la vida diaria
En el Proyecto CH, todo gira en torno a la luz. Los espacios se abren al exterior, los ventanales enmarcan el paisaje y la casa cambia a lo largo del día según cómo entra el sol. La arquitectura es sobria y tranquila, con hormigón visto y madera como base, creando un ambiente sereno y muy agradable para vivirlo sin prisas.
El interiorismo acompaña esa calma con muebles de líneas sencillas y volúmenes bajos, pensados para no competir con la arquitectura ni con el entorno. Un gran sofá en U 'Neowall' de Living Divani organiza el salón y se orienta hacia el exterior, delimitando la zona de descanso sobre una alfombra de lana bereber de la Colección ÁBATON, que aporta calidez y textura.
En el centro, el diálogo entre materiales se enriquece con dos mesas Ibiza de nogal japonés, de Ritzwell, cuya factura artesanal contrasta con la sobriedad de las dos mesas auxiliares 'Metalside' lacadas de Vitra.
Mientras tanto, algunas piezas singulares aportan carácter sin romper el equilibrio general: la icónica butaca 'OX' de piel, diseño de Hans Wegner para Jorgensen, se asienta como un elemento escultórico de gran fuerza visual, acompañada por la luz difusa de la lámpara 'Panthella', diseño de Verner Panton para Louis Poulsen.
La luz es el verdadero hilo conductor del proyecto. Como explica Blanca Marías: “para el equipo de arquitectura la luz es uno de los puntos de partida. Entendemos cómo entra, cómo se mueve y cómo se va a sentir a lo largo del día. La arquitectura marca esa base: la orientación, el tamaño de los huecos, los volúmenes. Pero siempre lo hacemos con el interiorismo en mente”.
Con esta idea, el comedor se organiza alrededor de dos piezas que cuentan una historia: una mesa de madera de la Colección ÁBATON, de presencia rotunda y natural, acompañada por la calidez de las sillas de roble tapizadas de &TRADITION. El contrapunto con más alma lo pone un armario antiguo traído de China (Colección ÁBATON), que añade profundidad y carácter al espacio. Sobre la mesa, el ambiente se vuelve casi escénico gracias a las lámparas 'Spokes' de Foscarini.
Esta cuidada selección de piezas ayuda a crear una atmósfera donde la arquitectura y la luz se dan la mano. Al final, el resultado es una vivienda que te invita a bajar el ritmo, pensada para disfrutar del silencio y del paisaje en un entorno donde cada detalle tiene sentido.
Un refugio contemporáneo en contacto con la naturaleza
El Proyecto V-E es una casa que invita a bajar el ritmo. Construida con madera estructural vista, la vivienda transmite desde el primer momento una sensación de calma y recogimiento; una reinterpretación contemporánea de la casa de campo, luminosa y muy vinculada a su entorno.
La madera lo envuelve todo (techos, suelos, estructura y mobiliario), creando una continuidad visual que aporta calidez y hace que los espacios se sientan equilibrados. El interiorismo acompaña esta arquitectura sin competir con ella, apostando por piezas que refuerzan la sensación de refugio. En la zona de estar, una alfombra de lana natural anudada a mano, de Nordic Knots, delimita el ambiente y aporta una textura orgánica.
En este conjunto, las butacas de Flexform, con su estructura de fresno teñido y asiento de esparto tejido a mano, encajan de forma natural con los materiales de la casa. La elección de estas piezas y el uso de muebles de baja altura logra una estancia acogedora y equilibrada, donde la sencillez de los acabados invita a disfrutar de la vivienda con calma.
Esa elección no es solo estética. Como explica Blanca Marías, arquitecta directora, “en nuestras casas construimos principalmente con madera estructural. Además de todos los beneficios que supone en términos de sostenibilidad, es un material que genera un confort térmico que no tienen otros materiales” . Una cualidad que se percibe claramente en esta vivienda, pensada para disfrutarse durante todo el año.
El resultado es una casa serena y funcional,donde cada elemento tiene un propósito. El espacio se ha optimizado para integrar una zona de trabajo y un banco corrido junto al ventanal, un rincón pensado para leer o contemplar el paisaje bajo la luz natural. Todo el diseño se vuelca en una forma de vida sencilla, en la que el entorno y la calidad de los materiales adquieren todo el protagonismo.
Una casa con historia, pensada para disfrutar del centro de Madrid sin renunciar al confort ni al diseño
La Reforma San Mateo es una vivienda ubicada en un edificio histórico madrileño, donde la intervención busca actualizar el espacio sin borrar su pasado. Vigas de madera originales, suelos de tabla ancha y molduras conviven con una mirada contemporánea que aporta luz, color y una cuidada selección de piezas de diseño.
El interiorismo juega aquí un papel clave: no se limita a conservar lo existente, sino que lo reinterpreta. Como explica Miriam Arias, directora de Interiorismo, “cuando trabajas con un espacio y con materiales que ya te aportan esa sensación de acogimiento, la vivienda ya se siente habitable; dan ganas de amueblar y crear situaciones”. Siguiendo esta idea, el mobiliario combina piezas icónicas con elementos recuperados de gran fuerza visual.
En el comedor, la sobriedad de la mesa de mármol Tavolo '95 de De Padova contrasta con la textura de un aparador antiguo con restos de laca, procedente de China (Colección ÁBATON). La iluminación refuerza esta mezcla de estilos con la lámpara de pie A810 diseñada por Alvar Aalto para Artek, que aporta una luz suave y una silueta escultórica al conjunto.
Uno de los espacios que mejor refleja ese diálogo es la cocina, concebida como un elemento central y casi escultórico dentro de la casa. La isla de latón y las carpinterías en tonos azul grisáceos contrastan con la arquitectura original, aportando carácter sin romper el equilibrio del conjunto.
Para Blanca Marías, arquitecta directora, este tipo de proyectos requieren una sensibilidad especial: “pensamos juntas la atmósfera y la sensación que queremos generar en cada rincón”, explica, subrayando la importancia de entender cómo se va a vivir el espacio más allá de su valor histórico.
En el salón, la luz natural que entra por el ventanal y el toque verde de las plantas dan vida a un espacio donde las vigas de madera conviven con piezas elegidas con mucho mimo. El descanso lo marcan los sofás 'NeoWall' de Piero Lissoni (Living Divani), situados alrededor de una mesa antigua de madera de olmo traída de China, que forma parte de la colección de ÁBATON.
Es un rincón para disfrutar con calma, donde la butaca de piel de Hans J. Wegner se mezcla con otras butacas antiguas de madera y cuero de ÁBATON. Para la iluminación, la lámpara de pie de Serge Mouille y el diseño de Vico Magistretti para Oluce terminan de crear ese ambiente acogedor y sereno que se respira en toda la estancia.
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El resultado es una vivienda urbana, elegante y vivida, donde pasado y presente conviven con naturalidad. Una casa con historia, pensada para disfrutar de la vida en el centro sin renunciar al confort ni al diseño.