Decorar la habitación de los niños es mucho más que crear un lugar en el que puedan dormir y pasar su tiempo de ocio. Desde que nacen hasta la adolescencia hemos de recorrer un camino largo que va cambiando con el paso del tiempo. Por eso, los muebles evolutivos son un acierto: acompañarán a tu hijo desde los 3 años hasta los 12 aproximadamente, adaptándose a lo que necesita en cada momento.
Sofía González, interiorista y profesora de Idequo (la antigua Escuela Madrileña de Decoración), está especializada en la creación de espacios para niños y hoy nos da las claves para planificar la habitación infantil perfecta.
© CircuEl mejor lugar del mundo
Si nos preguntamos qué necesita tener un niño en su habitación nos daremos cuenta de que lo imprescindible es que cuente con un lugar seguro y confortable en el que crecer. Esto implica que pueda descansar y dormir adecuadamente, que pueda jugar y aprender. Lo ideal es convertir su cuarto en su refugio perfecto, el espacio en el que desarrolle su imaginación.
Más allá de los requerimientos impuestos por la edad, la habitación infantil ha de ser segura, con materiales que no sean tóxicos, muebles con esquinas redondeadas y elementos anclados a las paredes, para evitar accidentes. Además, es clave que pueda alcanzar sus juguetes, los libros e, incluso, la ropa del armario. “Es preferible optar por muebles y elementos flexibles, que puedan cambiar de sitio (en la medida de lo posible) y de función. También es clave que exista cierta armonía en los colores, que las texturas sean interesantes y la iluminación adecuada”, explica Sofía González.
© WallsauceLa imaginación al poder
El diseño y la decoración de la habitación infantil juega un papel esencial en el desarrollo del niño, así como en su aprendizaje y descanso. “Hay que tener en cuenta que su dormitorio es su primer espacio de experimentación. Un entorno que incorpora elementos naturales, colores inspiradores y un rincón artístico actúa como un lienzo en blanco para su imaginación. Si lo estimulamos visualmente y le damos las herramientas adecuadas, su mente vuela”.
Para Sofía González, la imaginación es el motor del juego y la creatividad. “Para fomentarla hemos de trabajar la sugerencia y la versatilidad: camas temáticas, rincones mágicos, escondites secretos, muros dinámicos… ¡Hasta un tobogán puede sugerir una aventura!”, explica la experta.
© HohenbergerPlanificar es la clave: ideas para distribuir el espacio
Aunque las habitaciones infantiles no siempre son tan grandes y espaciosas como nos gustaría, es importante diseñar el espacio con el objetivo de distribuirlo y dividirlo en varias zonas. Lo ideal es que el niño cuente con un espacio para dormir, una zona para jugar y, en función de su edad, una zona de estudio.
En opinión de Sofía González, “esto requiere de una buena planificación. El truco es priorizar la función del espacio según la edad y usar mobiliario multifuncional. Debemos hacer una distribución previa en planta con las dimensiones reales del espacio y atendiendo a las necesidades de cada niño”, nos cuenta.
© Sonya Winner Rug StudioIdeas para favorecer el orden y la autonomía
Mantener ordenada la habitación del niño no siempre es posible, sobre todo mientras es pequeño y hasta que va aprendiendo las tareas de orden, aunque podemos potenciar ese aprendizaje aplicando la filosofía ‘a su altura’. Esto consiste en colocar almacenaje abierto y bajo, cajones a nivel de suelo y estantes para colocar su ropa que sean accesibles para el niño, lo que favorece su autonomía. Las camas con colchón bajo le permiten subir y bajar de forma independiente, reforzando su sensación de control y confianza.
Un consejo: si quieres facilitar el descanso, apuesta por colores suaves, una iluminación cálida y por la minimización del desorden tanto como sea posible. El orden mental comienza por el orden espacial, lo que posibilita una transición tranquila al sueño. Es decir, tu niño dormirá más y mejor en un dormitorio recogido y ordenado.
© LaskasasErrores que solemos cometer
Decorar una habitación infantil puede parecer una tarea fácil. Sin embargo, no lo es. Conlleva cierta dificultad a la hora de implementar todos los elementos que el niño necesita en un espacio generalmente reducido.
“El error más común que se suele cometer es diseñar para el adulto, y no para el niño. Además, se suele tematizar la habitación de forma excesiva, como, por ejemplo, empapelando todo con un personaje de moda. Es mucho mejor usar el personaje solo en un elemento decorativo, como una funda de cojín o algún accesorio. También es frecuente equivocarse al no elegir mobiliario a su altura, no dejar espacio libre para jugar, construir o moverse. En la mayoría de las ocasiones, menos es más para la creatividad”, explica Sofía González.
© MustardTener en cuenta la funcionalidad
Además de inspirador, creativo y dinámico, el cuarto del niño debe ser funcional. Para ello hemos de apostar por la organización discreta, que podemos crear delimitando las distintas zonas a través de alfombras o distintos acabados en el suelo. También podemos utilizar muebles que tengan un diseño atractivo visualmente, pero que también sean prácticos y estén dotados de almacenaje. La funcionalidad no puede quedar relegada a un segundo plano, ya que facilita la vida del niño y, sobre todo, la de los padres.
© IkeaLas ventajas de usar muebles evolutivos
“Merece la pena elegir muebles que evolucionen y crezcan con los niños”, explica Sofía González. “Es una inversión inteligente a largo plazo. Los muebles evolutivos ofrecen funcionalidad, ahorro y sostenibilidad. Los más prácticos son la cuna convertible, que puede servir para el bebé y, cuando este crece, convertirse en cama para el niño. También las camas extensibles para niños más mayores, y los escritorios ajustables.
Es buena idea elegir con vistas al futuro los muebles grandes (como la cama evolutiva, el armario principal, cómodas y estanterías de diseño neutro y atemporal). Otros elementos, como los textiles, los cojines o las lámparas, pueden ser reemplazados en un período más corto de tiempo”.
© Maisons du MondeLa cuestión del diseño
Aunque la funcionalidad es esencial, también lo es el diseño. Sobre todo si queremos que la habitación del niño tenga cierta duración en el tiempo. De hecho, los muebles evolutivos cubren las necesidades de los niños desde los 3 años hasta los 12, aproximadamente. “Para que el diseño no caduque, la clave está en neutralizar la base y usar la decoración para los toques de color.
En lo que se refiere a la paleta de colores, siempre recomiendo optar por una gama de neutros y atemporales como blanco roto, gris suave, beige y tonos de madera natural”, explica la interiorista. Al elegir los materiales debemos priorizar la resistencia. En ese sentido, la madera es el material estrella, ya que, además de resistente, es cálida y natural. En cuanto a los textiles, yo optaría por telas naturales como algodón orgánico, lino, lana, etc.”.
© Poster StoreLos espacios para guardar son esenciales
Si quieres que tu hijo alcance un grado de autonomía acorde a su edad, es fundamental que pueda ir asumiendo ciertas tareas y responsabilidades, como la de ordenar sus juguetes, guardar su ropa, etc. Para ello, según la experta, “se requieren soluciones imprescindibles en su habitación, como estanterías abiertas, mobiliario con doble función (como bancos con espacio de almacenaje), escaleras que a su vez son cajones, repisas para libros que dejen la portada a la vista, etc.”. Todas estas ideas resultan muy efectivas a la hora de que los niños puedan desenvolverse solos desde pequeños y tengan sus cosas fácilmente localizables.
© HohenbergerLa importancia del juego
Jugar es una de las actividades fundamentales para los niños. A través del juego aprenden y conocen el mundo que les rodea, por lo que configurar para ellos un rincón donde puedan jugar libremente y desarrollar su imaginación debe ser prioritario. Es fácil crear ese espacio con una alfombra confortable y mullida, con cojines o almohadones. Coloca cerca una estantería para sus libros y tendrás un rincón de lectura.




