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Es Tendencia

Ideas de decoración

El método más efectivo (y económico) para que tu casa parezca otra


A veces no hace falta liarse: unos cuantos detalles bien puestos suman estilo y animan cualquier rincón


Dormitorio decorado en tonos tostados y rojo© Stella Rotger
2 de diciembre de 2025 - 18:00 CET

Si eres de las que cree que para que un espacio se vea espectacular necesitas metros, muebles nuevos o una iluminación de cine, te equivocas. Sí, todo eso ayuda, pero lo que de verdad marca la diferencia son esos pequeños golpes de efecto: un aplique con personalidad, un grupo de objetos bien colocados, un toque de color o un guiño sentimental. La microdecoración es eso: intervenir en casa con detalles mínimos, pero estratégicos, que multiplican el estilo sin multiplicar el gasto. Es accesible, económica y tremendamente efectiva para levantar un rincón apagado o elevar el nivel decorativo sin complicarte la vida. Y lo mejor: lo puedes hacer hoy mismo.

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Salón pintado de verde© Amador Toril

Unos libros bien apilados

Son los nuevos reyes del "coffee table". Pero no vale cualquier cosa: elige 3 o 4 libros bonitos, de diseño, moda o fotografía, y colócalos por tamaño. Esta mini torre crea niveles visuales y funciona como plataforma para lucir un jarrón pequeño, una vela o una pequeña escultura. Es un truco rápido para que una mesa de centro deje de parecer vacíaY si te vienes arriba, suma una bandeja decorativa: además de quedar monísima, te organiza objetos (velas, mandos, perfumes en el baño, llaves en el recibidor…) y da sensación de orden instantáneo. Es el típico detalle que parece hecho por una interiorista. En este caso, ha sido Beatriz Sánchez en un salón diseñado por el interiorista Alberto Torres. 

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Pared de baño con apliques redondos© Tiago Patrício Rodrigues

Apliques de pared y lámparas antiguas

La iluminación es magia pura cuando se sabe usar, y tanto los apliques como las lámparas antiguas tienen ese efecto sorprendentemente rápido de "uy, qué bien queda esto aquí". No hace falta una lámpara monumental: un aplique vintage —restaurado, heredado o encontrado en un mercadillo— cambia la calidez y la personalidad de una pared en segundos. Colócalos en el pasillo, junto al cabecero de la cama o en el cuarto de baño, como hizo el interiorista Tiago Patrício Rodrigues en este proyecto. En este caso, además, se combinaron con una chandelier de cristal. ¿El truco profesional? Usar bombillas cálidas de baja intensidad para un ambiente más amable y, si puedes, un interruptor regulable. Mano de santo. 

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Salón con chimenea© Jordi Miralles

Minijarrones con flores

Son delicados, frescos y cero pretenciosos. No intentan ser un gran ramo, solo aportar un toque amable. Una craspedia, una peonía solitaria, un tallo de eucalipto, una margarita de la calle… es igual: lo importante es la intención. Estos microjarrones van genial en la mesilla, en el baño, en la repisa de una ventana o al lado de un cuadro. El efecto es inmediato: más vida, más frescura y un punto de "mira qué mono". Un detalle que hemos fichado en una casa proyectada por Molins Design en la Costa Brava,

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Escultura y difusor de varillas sobre pila de libros© Pedro Jaén

Aromas que decoran

El olor de una casa cambia por completo la sensación que transmite. Las velas aromáticas en tarros de diseño o los difusores de varillas elegantes aportan fragancia y, a la vez, funcionan como objetos decorativos. No hace falta complicarse: solo con colocar un par de velas o un difusor en la mesa del salón, la mesilla o el baño, el ambiente se nota más acogedor y cuidado. Y si optas por una composición como la que hemos localizado en un proyecto de G.C. Studio —en una pila de libros, acompañada de una pequeña escultura—, ya ni te cuento.

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Sofá blanco con cojines de estampados diferentes© David Querolt

Cojines de acento

No hay gesto más agradecido que cambiar o añadir cojines que pongan un contrapunto cromático. Así lo hizo la interiorista Ingrid Matheu en uno de los salones de esta vivienda. Para que quede realmente bien, mezcla texturas (terciopelo con lino, borreguito con algodón) o juega con patrones que den vida al sofá o a la cama. ¿Por qué funciona tan bien? Porque introduce color, volumen y calidez. Y si te animas, cambia también las fundas según estaciones: tonos tierra en otoño, colores más vivos en verano… cuesta poco y da sensación de “casa cuidada”.

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Dormitorio con cabecero tapizado y composición de láminas© Carla Capdevila

Marcos pequeños en composición

¿Una pared blanca que pide a gritos algoNo necesitas un cuadro enorme, sino una composición pero bien pensada —fíjate en esta propuesta del estudio MAS by Arquesta—. Varias láminas pequeñas, fotos, ilustraciones o incluso postales bonitas pueden convertirse en una mini-galería. También puedes combinarlas con espejos pequeños ­—redondos, geométricos, con marco metálico o ratán— para añadir luz y ampliar visualmente el rincón. La clave está en jugar con alturas y distancias, pero sin obsesionarse: que parezca que ha quedado bien de forma natural, no como un plano de arquitecto.

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Perchas de madera en pared© Jordi Canosa

Cuelga con estilo

Los ganchos decorativos de pared son mucho más que un simple soporte: además de ser funcionales, los que tienen formas orgánicas —como los de esta casa, diseñada por Pia Capdevila—, geométricas o metálicas pasan por auténticas microesculturas. Son perfectos para colgar bolsas, bufandas o accesorios y, al mismo tiempo, aportan un toque de diseño que eleva cualquier pared aburrida. Colócalos en el recibidor, en la cocina o en un rincón del dormitorio, y verás cómo algo tan pequeño suma carácter y orden a tu hogar sin complicaciones.

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Cerámica esmaltada en mueble blanco© Bloomingville

Pequeños tesoros muy útiles

Los microcuencos, platitos y piezas de cerámica artesanal son ese detalle que no sabías que necesitabas hasta que te haces con el primero. Sirven para todo: para dejar las llaves, guardar anillos, poner clips, presentar bombones o, como vemos en esta propuesta de la firma Bloomingville, decorar una estantería. Lo bonito suele ser la textura o el color: estos objetos tienen alma y dan un toque artesanal que suaviza cualquier ambiente demasiado "perfecto".

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Dormitorio decorado en tonos tostados y rojo© Stella Rotger

Toques verdes

Las plantas mini son la forma más sencilla de dar vida a un espacio. Suculentas, cactus, pileas baby… todas tienen presencia visual, pero requieren cero mantenimiento. Perfectas para repisas estrechas, estantes altos, escritorios o como toque verde en cualquier rincón de la casa. Lo suyo es que, igual que hizo Punto y Seguido en este dormitorio, uses macetas iguales para todas tus plantas. Visualmente unifica, ordena y hace que el conjunto se vea más cuidado y coherente.

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Estantería con libros al revés         © David Montero

Tu casa, tus historias

Nada hace una casa más interesante que los objetos personales bien integrados en la decoración. Una cámara antigua, esa caja que heredaste de tu abuela, un recuerdo de un viaje, un reloj de sobremesa retro… Todos estos detalles hablan de ti. Eso sí, para que no parezcan "cosas sueltas", repártelos por las baldas de una estantería, alternándolos con libros, alguna planta pequeña o una pieza más neutra. De este modo el conjunto respira, cada objeto mantiene su protagonismo y la estantería gana ritmo visual sin convertirse en un muestrario caótico. 

Y en cuanto a la idea de colocar los libros al revés, también es microdecoración en toda regla: un gesto pequeño que crea sensación de orden y armonía. El recurso que aplicó la estilista Cristina Rodríguez Goitia a la hora de fotografiar este salón, un proyecto de Raquel González, para lograr una escena limpia y equilibrada. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.