La Navidad no es solo una fecha marcada en el calendario, es un estado de ánimo que invade cada rincón del hogar. Cuando se acerca diciembre, la pregunta inevitable es cómo transformar la casa en un espacio que respire magia, inspiración y calidez. Porque no se trata únicamente de colocar un árbol y unas luces, sino de crear un ambiente que nos transmita un espíritu festivo. Este año, las tendencias apuntan a una Navidad más diversa, más atrevida y personal, donde los colores tradicionales conviven con gamas insólitas y los estilos se reinventan para dar lugar a atmósferas sorprendentes.
© El Corte InglésPasión navideña: el rojo que enamora
Comenzando por los colores más de moda, vuelven a imperar las tonalidades clásicas que nunca pasan de moda, como el rojo y el blanco, pero también con pinceladas inesperadas que rompen moldes.
En concreto el rojo en su versión cereza va a ser el rey indiscutible estas Navidades 2025-2026. No es casualidad: el rojo transmite pasión, energía y calidez, y en su matiz cereza adquiere un aire más sofisticado, como vemos en este salón con decoración de El Corte Inglés.
Junto a él, el blanco se mantiene como símbolo de pureza y serenidad. Y combinado con plata, adquiere un aire polar que convierte la casa en un paisaje nórdico, evocando la magia de Laponia sin necesidad de viajar.
© Maisons du MondeLas apuestas cromáticas más atrevidas
Estos dos colores, rojo cereza y blanco, son el corazón de la Navidad. Representan la tradición, el imaginario colectivo que todos compartimos. Pero este año no están solos: se ven acompañados por tonalidades insólitas que irrumpen con fuerza y que invitan a experimentar.
Entre los colores inesperados que marcan tendencia destaca el rosa fucsia. Sí, el rosa, ese tono que hasta hace poco parecía reservado para la primavera o para ambientes románticos, se convierte ahora en protagonista de la Navidad. Hasta la firma Maisons du Monde le ha dedicado la colección ‘Palm Springs’ y es que el fucsia aporta frescura, irreverencia y un toque juvenil que rompe con lo convencional. Es el color de quienes buscan una Navidad distinta, más atrevida, más vibrante. En los árboles, aparece en bolas brillantes que contrastan con el verde de las ramas; en las mesas, se despliega en velas y textiles que aportan un aire festivo y desenfadado. El rosa fucsia es la declaración de intenciones de quienes no temen reinventar la tradición.
Otra buena opción para dar un giro cromático a la decoración de Navidad, y muy a la moda, es el sofisticado azul noche, que aportará misterio a los ambientes. También se lleva el verde, un color navideño, pero este año se transforma en su tonalidad oliva. Más mediterráneo, transmite serenidad y conexión con la naturaleza.
© CerabellaDecorar con emociones: luces, aromas y texturas
Pero las tendencias de este año no se limitan al color. La Navidad 2025 es una celebración que se vive con todos los sentidos: se huele, se palpa, se escucha y se contempla. La decoración ya no es solo visual, sino que se convierte en una experiencia completa, capaz de envolver a quienes la disfrutan en un universo festivo.
El aroma es capaz de transportar a los invitados a un escenario navideño incluso antes de ver el árbol iluminado, por lo que se colocan difusores fragantes y velas aromáticas (esta es ‘Llar’, de Cerabella, un edificio cuyo vaso de cristal perfumado interior ilumina suavemente cada ventana).
La vista, aunque sigue siendo esencial, se complementa con el tacto (con texturas suaves y cálidas como el terciopelo) y el sonido. Porque la Navidad multisensorial es la mejor invitación a vivir la celebración de manera más intensa y completa.
© Raquel González InteriorismoMaximalismo festivo: la Navidad como explosión visual
Después de años dominados por la sobriedad y los espacios neutros, esta temporada la decoración navideña da un giro hacia lo exuberante y lo sentimental. El maximalismo festivo se impone con árboles rebosantes de adornos, guirnaldas que serpentean por barandillas, puertas y estanterías, y una multiplicidad de detalles que compiten por captar la atención.
Es hora de decir que menos no es más, con salones en los que cada rincón aspira a contar una historia e invita a vivir la Navidad como un espectáculo para los sentidos. Desde esferas de cristal o metal hasta lazos ‘XL’, figuras vintage, luces abundantes y colores intensos, este estilo convierte la casa en un escenario de celebración permanente.
Este resurgir del maximalismo no es casual, sino que un deseo colectivo de reencuentro con la alegría festiva, tras temporadas de más contención. En esta versión moderna, no se trata de saturar sin sentido, sino de crear una composición rica, cálida y personal. Buena muestra de ello es este estilismo navideño de la profesora de Insenia Cristina Rodríguez Goitia en el que la riqueza de los manteles superpuestos se conjuga con jarrones, velas doradas y un centro de mesa botánico.
© SklumEl minimalismo más acogedor
¿Quienes apuestan por un estilo minimalista no tendrán una Navidad de tendencia? Sí, siempre que ese minimalismo se decante por una versión cálida, lo que se traduce en espacios serenos donde cada elemento tiene un propósito concreto.
Frente al estallido visual del maximalismo, este enfoque propone una belleza contenida: un árbol con pocos adornos pero de materiales nobles, composiciones que dejan respirar el espacio y una paleta de tonos neutros que acompaña sin imponerse. La decoración no busca el golpe de efecto, sino un ambiente acogedor que invita a bajar el ritmo y disfrutar de lo esencial.
La luz cálida, las velas, las coronas y los detalles artesanales sustituyen a la abundancia decorativa para crear un refugio sensorial más íntimo. En la propuesta, un ambiente de Sklum.
© Astrid Templier / The Fine Cotton CompanyBosque interior: cuando lo vegetal marca el ambiente navideño
Este año, la decoración navideña de inspiración natural gana presencia en los hogares, impulsada por un deseo creciente de rodearse de materiales respetuosos con el medio ambiente. Frente a los adornos de plástico, muchas familias optan por recuperar elementos orgánicos: ramas verdes, hojas secas, piñas, fibras vegetales y centros creados con pequeñas piezas encontradas en la naturaleza. No es solo una cuestión estética, sino también una forma de celebrar las fiestas de manera más sostenible.
Además, estas decoraciones encajan en todo tipo de interiores, desde los de estilo más rústico hasta los de estética moderna.
© Obed MarshallEl valor de lo hecho a mano
La tendencia artesanal está ganando peso en los últimos años como respuesta a la necesidad de crear espacios más personales y emocionalmente conectados. Cada vez más hogares optan por incorporar detalles hechos a mano, ya sean comprados a pequeños artesanos o elaborados en casa, porque aportan autenticidad, textura y una belleza imperfecta que contrasta con la producción en serie.
Elaborar tus propios adornos, además, tiene un componente emocional que va más allá de la estética: es una forma de transformar materiales simples en algo significativo, en especial si se involucra en la creación a toda la familia, también sus miembros más jóvenes. En la imagen, las decoraciones navideñas con cartulinas son tres creaciones que Obed Marshall.
© CircuLa decoración que lo invade todo
La llamada ‘Navidad contagiosa’ se impone este año como una tendencia en alza: la decoración deja de concentrarse solo en el salón o el comedor (los escenarios clásicos de las reuniones familiares) para extenderse por toda la vivienda. La cocina, donde se cuecen los platos y también las conversaciones más espontáneas, se llena de pequeños gestos festivos; el baño adopta guiños discretos que aportan calidez, y los dormitorios se convierten en refugios temáticos que mantienen vivo el espíritu navideño de un extremo a otro de la casa.
Especial protagonismo adquieren las habitaciones infantiles, donde la imaginación manda y todo puede convertirse en un pequeño mundo mágico. En ese sentido, estamos viendo propuestas tan evocadoras como un dormitorio infantil de Circu, que apuesta por guirnaldas luminosas e incorpora hasta un árbol de Navidad transformando el espacio en un escenario de fantasía. Una muestra perfecta de cómo la Navidad, cuando se deja contagiar, lo envuelve todo.
© WestwingPersonalizar para celebrar: la tendencia realmente infalible de estas fiestas
Aunque esta idea no es nueva, la clave está en no replicar catálogos, sino en poner en juego tu sensibilidad, tus recuerdos y ese pequeño toque creativo que hace que un ambiente sea realmente tuyo. Así, la personalización se consolida como una de las grandes tendencias de la temporada: cada vez más hogares buscan una decoración que refleje su estilo de vida y sus emociones. No se trata de seguir un manual, sino de contar una historia propia a través de colores, objetos y detalles que conectan con vivencias personales.
Desde árboles temáticos hasta mesas inspiradas en viajes (esta se decora con adornos de Westwing, como los lazos ‘Adora’ o el jarrón ‘Ellen’), la Navidad se convierte así en un relato íntimo. Porque al final, las fiestas no es cuestión de colores ni de estilos, sino de magia.




