Una de las claves para que una casa sea más agradable y acogedora es el orden. De nada sirve que hayas cuidado al milímetro la decoración si luego no mantienes la casa organizada. Para ayudarte hay ciertos trucos visuales que te ayudarán a que el orden sea una realidad. Y es que no se trata de pasar horas organizando cajones y el interior de los armarios, sino de aplicar pequeñas estrategias visuales que engañen al ojo y consigan un ambiente más equilibrado.
Empleando ciertos trucos, tu casa puede parecer impecable incluso en los días caóticos. Espacios con aire, colores calmados, simetrías discretas y objetos bien agrupados logran que tu casa respire serenidad. Te proponemos varias sencillas ideas que transforman tu espacio sin esfuerzo y con resultados inmediatos.
© Amador Toril para Estudio Raquel GonzálezNo satures con muebles y objetos
El cerebro interpreta el espacio libre como sinónimo de limpieza. Al dejar gran parte del espacio despejado en mesas, encimeras o estanterías, el orden será una realidad (aunque detrás de las puertas reine el descontrol). No se trata de vivir sin objetos, sino de darles “aire” para que respiren.
Una encimera con solo una cafetera y una planta parece cuidada, pero si la llenas utensilios parecerá desordenada. La clave está en guardar lo que no aporta belleza ni usas a diario. Cada superficie despejada amplifica la luz, deja que los materiales se luzcan y genera sensación de armonía.
© Jordi Canosa para Pia CapdevilaCestas y cajas: el orden rápido y estético
Cuando los objetos se acumulan, las cestas se convierten en grandes aliadas. Son el recurso más eficaz para guardar sin esfuerzo y sin renunciar al estilo. Una cesta de fibras naturales en el salón puede contener mandos, cargadores y revistas, pero a la vista todo parece cuidado. El mismo efecto tienen en el recibidor: unas cajas iguales bajo la consola son perfectas para dejar las bufandas y los guantes o los zapatos. La clave está en elegir materiales y colores que encajen con la decoración. Con unas cajas, lo que antes era un caos, con unas cajas se convierte en una composición decorativa equilibrada y estilosa.
© Yael Vallés para Laura MartínezPaletas neutras para bajar el “ruido visual”
El color es fundamental para definir cómo percibimos el espacio. Aunque el color puede ayudar a aportar alegría y puntos focales, si lo que buscas es un entorno en el que el orden sea una prioridad, apuesta por colores neutros. Cuando se combinan con maderas claras y textiles suaves, unifican el espacio, hacen que los objetos pasen más desapercibidos.
Si en tu casa, la decoración tiene demasiados tonos, reduce la paleta a tres o cuatro —beige, blanco roto, gris cálido, arena— y verás cómo el equilibrio y la calma toman el control. Una de las ventajas de los colores neutros es que no son fríos si los mezclas con texturas cálidas como lino, terciopelo o cerámica mate.
© Amador Toril para Alberto TorresAgrupación por tríos: la regla del tres
Menos piezas y mejor seleccionadas, son mucho más decorativas y no saturan. La regla del tres consiste en colocar grupos de tres elementos —por ejemplo, un jarrón, una vela y un libro, o tres jarrones del mismo estilo, pero diferente color— sobre una mesa ofrece un look equilibrado. Este recurso da sentido a la decoración sin sobrecargarla.
Si colocas muchos objetos, ninguno destaca; en cambio, tres bien escogidos consiguen un ambiente más ligero. Y la misma estrategia puedes reproducir en una estantería o sobre un aparador. Así logras orden visual y personalidad sin esfuerzo.
© Rachael Smith para Studio BeletaSimetría que engaña al ojo
El ojo humano asocia la simetría con el orden. Compruébalo. Si colocas unos cojines iguales a ambos lados del sofá o unas lámparas gemelas sobre las mesillas, la sensación de equilibrio será inmediata. Aunque detrás del sofá haya juguetes por el suelo, la mente se fija en esa simetría que lo compensa. Tampoco hace falta que toda tu casa sea simétrica. Aplicando esta estrategia en algunos sitios (el sofá, la cama o la mesa de comedor) conseguirás que aportar estructura al conjunto, así como más orden visual.
© Germán Cabo para Laura YerpesCortinas hasta el suelo y sin arrugas
Pocas cosas elevan tanto la percepción de orden como unas cortinas impecables. Las de caída larga, que rozan ligeramente el suelo, suben los techos y consiguen que la habitación parezca más alta y cuidada. Cuando, además, están bien planchadas y sin arrugas, el efecto de limpieza y orden será mayor. Aunque la arruga del lino nos encanta, en este caso te recomendamos que la evites (quedan mejor en espacios más desenfadados). También asegúrate de que las cortinas rocen el suelo, ya que si son cortas, rompen la verticalidad y restan elegancia. Si son del mismo tono que las paredes, el efecto es aún más sereno.
© Heidi Cavazos para Coblonal InteriorismoOcultar tecnología y cables
Nada es más antiestético que un nido de cables a la vista. Son uno de los focos de desorden más comunes. Pero tienen una sencilla solución: unas cajas decorativas pueden ocultar las regletas, mientras que unas fundas del mismo color que la pared ocultarán los cables. Otros objetos bastante antiestéticos, como los routers o los cargadores, pueden almacenarse dentro de cajones con orificios para ventilación. Si integras la tecnología discretamente, el efecto será más ordenado y equilibrado.
© Amador Toril para Alberto TorresEl poder del 'rinconcito bonito'
Siempre hay zonas imposibles de mantener perfectas, pero un punto focal bien definido en una estancia puede distraer la atención de cualquier foco de desorden. Un rinconcito bonito, como una mesita auxiliar con una vela, una planta frondosa y un libro, capta la mirada y evita que nos fijemos en otras zonas de la estancia más desordenadas. No hace falta que el resto esté impecable: si cuidas esa área, todo parecerá más organizado. Nuestra mirada siempre busca lo bello, y si le ofreces una zona armónica cambiará la percepción de todo el espacio.
© Yael Vallés para Laura MartínezPlantas grandes que ordenan el caos
Una planta de buen tamaño aportará orden visual. No solo añade vida, sino que sirve como punto de referencia. Una monstera o una kentia en una esquina consigue aportar estructura al ambiente y suavizar el desorden. Las plantas de hojas grandes aportan profundidad, incluso en espacios pequeños. Una planta vertical siempre aportará frescura sin saturar. Además, su presencia transmite naturalidad y bienestar.
© Amador Toril para Luzio Design&ProjectsMenos cuadros, más conjunto
Si saturas las paredes con fotos, cuadros y adornos, el resultado puede ser de todo menos decorativo. De hecho, si no se estudia bien cómo colocar una composición de cuadros, el efecto será de desorden. Por eso, en lugar de llenar la pared con muchas piezas pequeñas, es mejor apostar por una sola obra de tamaño grande que actúe como protagonista. Un cuadro con carácter aportará orden y estilo.
Si prefieres una galería, mantén un criterio: marcos iguales, separación perfecta y una gama cromática unificada. El ojo agradece una jerarquía clara y percibe la habitación como más equilibrada. El resultado es limpio y más moderno.




