Nos adentramos en los secretos del diseño de jardines de lujo de la mano de Jardins Tramuntana (www.jardinstramuntana.com), el prestigioso estudio de paisajismo con sede en Mallorca. Su directora, Lourdes Vázquez, arquitecta paisajista, nos revela cómo se conciben espacios verdes excepcionales, donde la elegancia se funde con la sostenibilidad y el alma mediterránea.
No es casualidad que los proyectos del estudio sean el eje de Garden Dreams, la docuserie de la cadena alemana ZDF dedicada al desarrollo integral de jardines de alto nivel en la isla de Mallorca. Materiales nobles, vegetación seleccionada con acierto y una atención al detalle definen su visión de la exclusividad, logrando una coherencia con el entorno y espacios exteriores que invitan a ser vividos.
© Jardins TramuntanaEl jardín de lujo se siente
Lourdes considera que un jardín de lujo no se define por su tamaño ni por sus materiales, sino por la emoción que provoca al habitarlo. Así, lo define como “un espacio diseñado con precisión y sensibilidad, donde cada elemento (como la luz, la textura, el agua y su murmullo) contribuye a crear una experiencia única. Cada rincón posee una esencia especial, pensada según su propósito, y en conjunto generan bienestar y equilibrio. Es fundamental que cada espacio conserve su identidad, su sonido y su atmósfera propia”.
La clave consiste en que el paisaje se integre con la arquitectura y se convierta en una experiencia sensorial discreta, atemporal y profundamente humana.
© Colm Joseph Gardens¿Qué diferencia a un jardín exclusivo de uno simplemente bonito?
Un jardín simplemente bonito atrae la mirada; un jardín exclusivo atrae los sentidos y toca el alma. La diferencia está en la intención y la sensibilidad con la que se diseña: un jardín de lujo no solo combina estética y funcionalidad, sino que respira con el entorno, refleja la personalidad de quien lo habita y crea una experiencia multisensorial que permanece en la memoria.
En definitiva, “un jardín exclusivo es un espacio vivo, único y emocional, mientras que uno bonito puede ser solo decorativo”, resume Lourdes.
© YardzenEl inicio del proceso creativo para diseñar un jardín de alto nivel
“El proceso creativo en Jardins Tramuntana siempre comienza con la observación y la escucha. Antes de proyectar cualquier línea, visitamos el lugar y nos dejamos impregnar por su esencia: la luz, el relieve, los vientos, los sonidos y la vegetación que lo habita. Cada paisaje tiene una memoria propia, un carácter que debe ser comprendido antes de intervenirlo”, revela la paisajista.
Después, aconseja acercarse al cliente con la misma sensibilidad. Hay que conocer su forma de vida, sus hábitos, lo que le inspira o le emociona. Así, no se busca imponer un estilo, sino traducir su personalidad en un entorno natural que le represente. A partir de ahí, el diseño debe convertirse en un diálogo entre el paisaje primigenio y la vida que lo ocupará. Es en ese punto de equilibrio donde surge la atmósfera perfecta: un jardín que no solo se contempla, sino que se habita, se siente y se recuerda.
© Getty ImagesAutenticidad botánica en cada rincón
Por todo lo comentado anteriormente, queda claro que cada jardín es un universo distinto, con un alma y un carácter propios. No existe una fórmula única porque el punto de partida siempre son el paisaje primigenio y la familia que lo habitará.
Respecto a la selección botánica, las plantas autóctonas y las especies exóticas no se contraponen, sino que dialogan. Lo esencial de un buen paisajismo es comprender qué necesita ese lugar para expresar su belleza de forma natural y duradera. “Elegimos cada planta no solo por su estética, sino por su capacidad de adaptarse, de crecer con salud y en libertad, de integrarse en el entorno sin forzarlo. Cuando una planta se desarrolla en equilibrio con su medio, el jardín cobra autenticidad y vida propia”, revela la arquitecta paisajista y studio manager de Jardins Tramuntana.
© TectonaCómo elegir muebles de exterior que duren y enamoren
El mobiliario exterior es una extensión del paisaje y, por tanto, merece la misma atención que cualquier otro elemento del proyecto.
Conviene que la elección de materiales y formas surja del diálogo entre diseño y funcionalidad, pero también entre tradición y contemporaneidad. Siempre es una buena elección combinar elementos que evocan lo local (la cultura, los oficios, la memoria del lugar) con piezas más actuales que aportan frescura y equilibrio.
El resultado son espacios que no solo se ven bellos, sino que se viven con comodidad y coherencia, donde cada objeto encuentra su lugar natural dentro del relato del jardín. El mobiliario de la propuesta es de Tectona.
© NovelliniUna tendencia que pisa fuerte
Lourdes explica que, en los últimos años, el estudio está viendo como las zonas wellness y chill out se integran cada vez más en el propio jardín, y no en espacios interiores o sótanos como solía ocurrir. “Pasamos demasiadas horas entre cuatro paredes, oficinas, despachos, centros comerciales…. El exterior debe ofrecernos ese refugio de bienestar, esa experiencia multisensorial que combine naturaleza, confort y equilibrio”, afirma.
Estas áreas deben ser concebidas como extensiones vivas del paisaje: espacios donde el sonido del agua, el aroma de las plantas y la textura de los materiales naturales forman parte del diseño tanto como la luz o el silencio. En la imagen superior, la bañera de hidromasaje ‘Divina’, de la firma Novellini.
La tendencia ya no es crear zonas de descanso aisladas, sino integrar el bienestar en la esencia misma del jardín, para que el cuerpo y la mente respiren en sintonía con la naturaleza.
© Fritz HansenPiscinas en un jardín de lujo
La paisajista tiene claro que una piscina bien diseñada no debería imponerse al paisaje, sino formar parte de él. Se debe buscar que el agua dialogue con su entorno. Elegir formas, texturas y colores que reflejen la naturaleza circundante, utilizando materiales nobles y tonos que se funden con la tierra y la piedra del lugar. La experta también recomienda prestar especial atención a cómo se reflejan el cielo y el entorno en el agua, porque ese juego visual es lo que transforma una piscina en una pieza de arte viva. “Cuando la piscina parece haber estado siempre ahí, cuando respira con el paisaje, entonces sabemos que el diseño ha encontrado su equilibrio”, narra Lourdes.
Este ambiente de piscina cuenta con mobiliario de la colección ‘Pelagus’, de Fritz Hansen.
© Jardins TramuntanaAgua es vida
Los elementos de agua, como fuentes o estanques, son auténticos generadores de atmósferas multisensoriales en el jardín. No solo aportan belleza visual, sino también paz y bienestar a quienes lo habitan, mitigando ruidos y creando un ambiente sereno y equilibrado.
“En Jardins Tramuntana estudiamos cuidadosamente el lugar: la topografía, la luz, los vientos y la vegetación circundante nos indican cuándo y dónde incorporar el agua. Además, estos elementos aportan vida: atraen pájaros, mariposas y otros seres que enriquecen el ecosistema y refuerzan la sensación de conexión con la naturaleza. El sonido del agua, en su caudal o murmullo, se convierte así en un instrumento más del diseño, capaz de emocionar y equilibrar la experiencia del espacio”, narra Lourdes.
© FocusLa llama que transforma el paisaje en experiencia
Además del agua, en sus proyectos de paisajismo Jardins Tramuntana también suele incorporar chimeneas o braseros que inviten a reunirse y disfrutar del espacio incluso en las noches frescas, una zona wellness al aire libre para vivir la naturaleza con todos los sentidos, y un verdadero clamor de biodiversidad con pájaros, mariposas y todo tipo de polinizadores que den vida al jardín.
En la propuesta, la chimenea mural es el modelo ‘Mioficus’ de la firma Focus, una pieza escultórica que aporta calidez y carácter al entorno.
© Adobe StockUn jardín que crece en libertad
Lograr que un jardín se sienta natural, aunque esté diseñado y ejecutado al milímetro, requiere mucho conocimiento y, sobre todo, sensibilidad para leer el paisaje. Cada terreno tiene su carácter y su memoria, y la clave está en respetarlo, integrando el jardín de manera que fluya con su entorno.
Lourdes es de la opinión que un jardín de cuento es aquel en el que no se distingue dónde termina la naturaleza y dónde comienza la intervención humana; esa sensación de continuidad y armonía es lo que hace que la experiencia sea tan auténtica como sorprendente.
© TalentiLa conciencia ecológica es la premisa
En un jardín de lujo, la sostenibilidad y el respeto por el entorno no son opcionales, son la base del proyecto. Cada decisión, desde qué plantas se incorporan hasta los materiales o sistemas de riego empleados, responde a un criterio de equilibrio con el ecosistema y de durabilidad a largo plazo.
Estamos viendo una zona de piscina con tumbonas modelo ‘Nalu’, de Talenti, diseñadas por Ludovica Serafini y Roberto Palomba, unos muebles resistentes que son totalmente desmontables y reciclables.
“En nuestros proyectos incorporamos innovación y tecnología de manera sutil: sistemas eficientes de riego, materiales locales y técnicas constructivas que minimizan el impacto ambiental. De esta forma, conseguimos jardines que no solo son bellos y funcionales, sino también responsables, capaces de integrarse en el paisaje sin agotarlo”, explica Lourdes.
Un jardín verdaderamente exclusivo respeta y celebra la naturaleza que lo rodea y tiene conciencia ecológica.
© Tom Gläser / Jardins TramuntanaEl jardín soñado por Lourdes Vázquez
“Si tuviera carta blanca para diseñar el jardín de mis sueños, cada elemento estaría pensado para crear una experiencia multisensorial y un refugio de bienestar. No podría faltar el agua en movimiento, fuentes o estanques que aporten sonido y frescor, la luz natural que juegue con las texturas, y una vegetación rica y variada que combine plantas autóctonas con especies selectas que aporten color, aroma y ritmo estacional”, comparte la arquitecta paisajista y studio manager de Jardins Tramuntana.
Además, incluiría un huerto from the farm to table, para conectar la experiencia del jardín con la alimentación consciente y el disfrute directo de la tierra que cultivamos. También habría espacios para la contemplación, mobiliario que dialogue con el paisaje, y caminos que inviten a recorrer cada rincón.




