La mesa de centro no es un mueble más del salón: es el eje que organiza la zona de estar. En ella apoyas el café, los libros, el mando a distancia o un arreglo floral, pero su papel no se limita a ser una práctica superficie. La mesa de centro define la disposición de los asientos, marca las distancias y condiciona la circulación: cómo te mueves, cómo te sientas y cómo se percibe el espacio. Por eso, acertar con su elección marca la diferencia entre un ambiente equilibrado y otro en el que algo no termina de encajar.
Así que, dada su importancia, hemos preparado una guía con 10 claves para elegir la mesa de centro perfecta para tu salón: ese diseño que encaja contigo, con tu sofá y con tu manera de vivir tu casa.
© &TraditionToma medidas
Antes de lanzarte a comprar, saca el metro y comprueba el espacio real que tienes. Lo ideal es dejar unos 40-50 centímetros entre el borde del sofá y la mesa, para poder pasar, sentarte o levantarte sin golpes ni acrobacias.
Revisa también la distancia con los muebles cercanos —el aparador, el mueble de la tele, si tienes chimenea— y asegúrate de que no impida abrir cajones ni puertas abatibles y que quede una zona de paso cómoda. Un modelo demasiado grande bloquea la circulación; uno muy pequeña se pierde visualmente. Lo suyo es que ocupe el espacio justo para anclar el conjunto sin entorpecerlo. La comodidad debe estar siempre por delante de la estética.
Si te gusta el diseño que acompaña estas líneas, con estructura de aluminio y tablero de vidrio o mármol, es el modelo Sett de la firma &Tradition y sus medidas son 100 x 100 x 34 cm.
© ExpormimMantén la proporción con el sofá
La medida ideal de la mesa ronda entre la mitad y dos tercios del largo del sofá. Así el conjunto se ve equilibrado y funcional. Si tu sofá es en forma de "L", busca un modelo que se adapte al hueco central. Puede ser cuadrado, rectangular, redondo o incluso con formas orgánicas. Aunque en estos dos últimos casos, suelen funcionar mejor dos que una sola. Basta con ver este salón, en el que se han colocado un par de mesas de la colección Grada de Expormim. En cualquier caso, de lo que se trata es de que las piezas que forman la zona de estar queden conectadas.
© BoConceptLa altura también es importante
Procura que sea igual o ligeramente inferior a la del asiento del sofá. Esto permite apoyar con comodidad una bebida, un libro o el portátil sin inclinarte demasiado.
Si quieres algo más versátil —porque te gusta cenar frente a la tele o sueles trabajar en el salón—, encontrarás modelos que se elevan gracias a las patas regulables y otros, como este de la firma BoConcept, en los que se levanta el sobre y esconden un compartimento donde guardar lo que no quieres tener a la vista.
Y si tienes debilidad por las mesas bajas que tanto se llevan, no las descartes: aportan ligereza, resultan más modernas y crean una atmósfera relajada. Al final, lo importante es que la mesa se adapte a ti, a tus gustos.
© Car MöbelHablemos del material
Pues sí, marca más de lo que crees. Una mesa de madera como esta, de Car Möbel, siempre aporta calidez y textura; las de cristal o metacrilato, en cambio, aligeran y van de maravilla en salones pequeños. El metal y el mármol suman un punto sofisticado y fresco, mientras que las combinaciones —madera con hierro, piedra con estructura ligera— logran equilibrio entre solidez y ligereza.
Y lo más importante: no se trata de que combine a la perfección con el resto del mobiliario, sino de que dialogue con él. A veces, el contraste justo —una mesa rústica en un entorno contemporáneo o una de líneas pulidas junto a un sofá mullido— es lo que hace que realmente todo encaje.
© ZuiverAtrévete a mezclar
El contraste, bien medido, es lo que da personalidad y profundidad al espacio. Una mesa de líneas depuradas frente a un sofá mullido, una pieza oscura en un entorno claro o un diseño como este, el modelo Tiles de Zuiver, de cerámica esmaltada en color azul, que con su brillo y textura fría, cobra protagonismo sobre una alfombra de fibras suaves y junto a un sofá en tonos neutros. Y es que esos pequeños choques hacen que cada pieza se luzca más. Así que, ya sabes: no temas romper la armonía porque los salones más interesantes no son los que combinan todo al milímetro, sino los que mezclan con intención y un punto de naturalidad.
© Kare DesignQue sea funcional
Si el espacio es reducido o te gusta mantenerlo despejado, elige una mesa que cuente con cajones, con una repisa inferior o con compartimentos ocultos como esta, el modelo Ballabile Storage de Kare Design, con el sobre elevable. Ganarás espacio de almacenaje para guardar mandos, revistas, cargadores y todas esas cosas que siempre acaban desperdigadas encima de la mesa. Este diseño combina un tablero de MDF que imita mármol con patas en acero negro y tiene unas medidas de 114 x 60 x 45,5 cm.
© WorkspaceCuida las formas
La forma, por supuesto, también influye en la dinámica del espacio. Las mesas rectangulares funcionan mejor con sofás largos o modulares; las cuadradas se adaptan bien a composiciones en L (lo veíamos en el segundo punto de este artículo); y las redondas y ovaladas suavizan líneas y favorecen el paso en estancias más reducidas. ¿Qué te parece el modelo Doha de la firma Workspace, con ese elegante diseño curvado? A veces, basta con cambiar la geometría para que la circulación mejore y el ambiente respire.
© Mirjam Bleeker / DutchbonePresta atención a la iluminación
El material y la ubicación de la mesa influye en cómo se comporta la luz en el espacio. Así, los acabados brillantes multiplican la claridad, mientras que los mates la atenúan. Este diseño hexagonal de la firma Dutchbone lo demuestra a la perfección: el sobre de cristal capta la luz natural que entra por el ventanal y la estructura de madera aporta un contrapunto cálido que dialoga con el resto de la decoración.
Y por cierto, si tienes una lámpara colgante sobre la mesa, presta atención a la distancia: debe iluminar sin deslumbrar ni obstaculizar la vista.
© Roche BoboisDeja que refleje tu personalidad
La mesa de centro también puede ser una declaración de estilo. Una pieza vintage restaurada, una mesa artesanal o un diseño escultural contemporáneo suman identidad y carácter. No todo tiene que ser neutro o predecible: a veces, un toque inesperado cambia por completo la energía del espacio.
Ahí está la mesa Pedro, de la colección de Pedro Almodóvar para Roche Bobois, con una fotografía del propio cineasta en el sobre. Más que un mueble, es una pieza que cuenta una historia, que refleja una forma de mirar y vivir el arte. Y de eso se trata: de elegir algo que te inspire, que te hable, que te haga sentir en casa.
© HK LivingNo temas combinar varias piezas
¿Y si en lugar de una mesa colocas varias? No tienen por qué ser modulares o nido, ya sabes, esas que se acoplan una debajo de otra: tres piezas distintas pueden quedar igual de bien, como en esta propuesta de HK Living, donde se han combinado dos modelos de formas redondeadas con otro, cuadrado, de espejo. Puedes moverlas, separarlas o juntarlas según lo necesites.
Además de prácticas, aportan dinamismo visual y te permiten jugar con materiales, colores o alturas. Perfectas para quienes disfrutan de un salón versátil, cambiante y con un punto desenfadado.




