En medio del ritmo frenético de la ciudad, cada vez más personas buscan una forma de volver a lo esencial: comer mejor, vivir de manera más sostenible y reconectar con la naturaleza. La buena noticia es que no hace falta tener un jardín ni vivir en el campo para hacerlo. Desde un simple balcón o una azotea soleada, es posible montar un pequeño huerto capaz de ofrecer verduras, aromáticas y hortalizas durante todo el año.
Miguel Lepoutre, creador del proyecto Dando Fruto, lleva años ayudando a urbanitas a descubrir el placer —y la sencillez— de cultivar sus propios alimentos en casa. Su objetivo es demostrar que cualquiera puede disfrutar de un pequeño huerto, sin necesidad de grandes espacios ni experiencia previa. En esta entrevista, Miguel nos explica los pasos esenciales para iniciarse en el cultivo urbano, ofrece consejos prácticos para mantenerlo a lo largo del año y reflexiona sobre cómo cuidar de un huerto puede transformar nuestra relación con la naturaleza y con lo que comemos.
Cada vez más personas sienten la necesidad de reconectar con la naturaleza y cultivar sus propios alimentos, una tendencia que parece ir en aumento. En tu caso, ¿cómo empezó esa inquietud y qué te llevó a crear Dando Fruto?
Sí, es cierto que es una tendencia en auge, ¡y me alegro de ello! En mi caso, empezó cuando tenía 17-18 años y me di cuenta de que no sabía gran cosa del mundo en el que vivía. Me refiero al mundo natural, claro. Me empecé a dar cuenta de que tenemos un impacto destructivo sobre nuestro planeta, y ahí comencé a buscar formas de mejorar nuestro impacto.
Descubrí que la agricultura es nuestra forma principal de “interactuar con el planeta”, ya que casi la mitad de la superficie arable del planeta está ocupada por una forma u otra de agricultura.
Por tanto, la forma en la que nos alimentamos determina en gran medida cómo afectamos a “la naturaleza”.
Así que empecé a aprender sobre agricultura y métodos más saludables y regenerativos de producir alimentos, formé parte de algunos proyectos y eventualmente, de forma bastante natural, empecé a ayudar a la gente a montarse sus propios huertos y vergeles, que es algo que interesa a muchas personas, ya bien porque tengan la misma preocupación que yo, por su propia salud o para disfrutar de sabores que son difíciles de encontrar en el supermercado.
Para muchos, cultivar en casa parece complicado o poco realista. ¿De verdad es posible autoabastecerse desde una terraza o balcón?
Mucha gente tiene mala experiencia tratando de cultivar en casa porque le faltan conocimientos básicos. Tendemos a pensar que con meter unas semillas en la tierra y echar agua vamos a tener un huerto maravilloso, pero no es tan fácil. Tampoco es que sea difícil, es cuestión de saber lo que se hace. Y como el conocimiento sobre la tierra y las plantas cada vez es menos común… pues para eso estoy yo.
Uno puede autoabastecerse hasta con un metro cuadrado de huerto. Claro, la cuestión es qué porcentaje de las hortalizas que consumes están viniendo de tu huerto. Yo no soy un fanático del 100%, pero sin duda es posible, y yo he vivido temporadas así.
Pero claro, para eso hace falta espacio. La mayoría de las terrazas y balcones no tienen suficiente espacio para llegar al 100%. Monté un huerto en una azotea que sí tiene potencial de proveer el 100% para una pequeña familia, ¡al menos durante algunas épocas!
Hay quienes tienen huertos más pequeños y deciden cultivar solo una o dos cosas que les gustan mucho y se hacen autosuficientes de esa una o dos cosas. La rúcula y el tomate son dos ejemplos frecuentes. También te puedo decir que en terrazas y balcones, la limitación principal suele ser el sol, más que el espacio. ¡Hacen falta muchas horas de sol para un buen huerto!
Defiendes un cultivo ecológico y regenerativo. ¿Puedes explicar brevemente qué significa 'regenerativo' en el contexto de un huerto urbano?
Un cultivo regenerativo es el que aumenta la salud del suelo o del ecosistema en general, a la vez que es productivo. Hay distintas formas de conseguir esto.
En el contexto de un huerto urbano, esto se consigue siguiendo ciertas prácticas del cuidado de la tierra y aumentando la biodiversidad (tanto en plantas hortícolas como añadiendo plantas acompañantes). Un ejemplo de práctica regenerativa es no dejar la tierra desnuda. Siempre debe haber algo creciendo, ya que la fotosíntesis es la forma de inyectar energía en nuestro sistema. En su defecto, o en combinación, cubrir la tierra con algún material orgánico que la proteja de temperaturas extremas y erosión.
Según qué huerto urbano, puede ser más o menos práctico aplicar todos los cuidados regenerativos… ¡pero algo es mejor que nada!
¿Qué se puede plantar para obtener buenos resultados sin tener mucho espacio ni experiencia previa? Mucha gente piensa que hace falta dedicarle mucho tiempo para disfrutar de un huerto ¿Qué les dirías a quienes creen que “no pueden”?
Los cultivos más agradecidos suelen ser la rúcula, la patata, la lechuga, la escarola, la calabaza, el perejil… En cuanto a frutales, granado e higuera se portan bien.
Con respecto al tiempo, como ejemplo, para un huerto mediano (de 50 m² aprox.), con dedicarle 3 horas, un día a la semana, lo puedes tener muy bien. Es cuestión de saber lo que se hace.
Y claro que se tarda un poco, porque no es solo cuestión de conocimiento, hay que desarrollar el ojo y la maña con las herramientas. Trabajar en el huerto pide constancia y paciencia, pero garantizo que no hace falta ser un esclavo para disfrutar del proceso y de buenas cosechas.
¿Qué materiales o recipientes recomiendas para quienes quieren empezar un huerto en casa?
Si hablamos de un huerto en algún tipo de maceta, lo que importa son más las dimensiones que el propio material. A mí me gusta usar madera porque se puede adaptar fácilmente a las medidas de un espacio. Y porque es bonito, natural y algo aislante.
Pero hay que tratarla bien para que nos dure tiempo. Lo que tenemos que buscar en cuanto a dimensiones es una profundidad mínima de 30 cm. Con 20 nos puede valer para algunas cosas como la lechuga, pero para calabazas y tomateras es preferible acercarnos a 40 cm.
Si ponemos un huerto directamente en la tierra, nos podemos apañar muy bien con muy pocas herramientas. Lo más fundamental es una azada, un rastrillo y unas tijeritas de poda. Con esas tres cosas puedes mantener un huerto perfectamente
¿Qué cuidados básicos necesita un huerto urbano para mantenerse productivo y bonito todo el año?
- Enmendar la tierra con un abono rico en materia orgánica, como puede ser el estiércol, compost, humus de lombriz… 2 veces al año al principio, más adelante con una vez puede ser suficiente
- Trabajo ligero de la tierra, usando azada u horca.
- Riego por goteo o exudación preferiblemente
- Acolchado de paja, recortes de césped…
- Sembrar flores por todas partes
- Nunca dejar la tierra desnuda
- Tener un par de productos fitosanitarios a mano, como el jabón potásico (para insectos) o el extracto de cola de caballo (para hongos). Evitar los químicos a toda costa y prohibido el herbicida.
Más allá de los alimentos que puedas recolectar, ¿crees que el autoabastecimiento puede ser una forma de cambiar nuestra relación con el consumo y con la naturaleza?
Totalmente, eso vuelve un poco al origen de mi interés por todo esto. Creo que nuestro impacto negativo sobre el medio ambiente (que nos perjudica a nosotros mismos lo primero, por cierto), viene más que nada de nuestra desconexión con los procesos que nos mantienen vivos y la desconexión con las consecuencias de nuestras acciones.
Me explico: si tuviéramos que acumular toda la basura que generamos en nuestra propia calle durante un año (sin que se la lleve el camión de la basura), seguro que en unas semanas estaríamos generando 100 veces menos residuos.
De la misma forma, si cultivamos nuestros alimentos, nos paramos más a pensar antes de echarle cualquier químico para matar bichos o plantas indeseadas.
Cuando convivimos con las consecuencias de nuestro modo de vida, tendemos a ser más coherentes.
Es simplemente volver a ser conscientes de las causas y los efectos, que de alguna forma hemos desterrado de nuestras vidas. Por eso ya no tomamos las decisiones que más sentido tienen, sino las que son fáciles y baratas, independientemente de sus con secuencias.
El mundo contemporáneo es fantástico en muchos aspectos, pero esta desconexión es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos y una de las mayores causas de la destrucción que generamos. El autoabastecimiento nos ayuda a reconectar, a apreciar, a tomar consciencia.





