Las tendencias de decoración lo tienen claro: en 2026 los sofás (y las butacas) serán bajos. Adiós a esos modelos en los que reposabas la cabeza y ocupaban todo el estar. Para tenerlo más claro, hablamos con Sonia Castillón, responsable de producto de La Oca, sobre ellos. De paso, aprovechamos para quitarles su fama de incómodos y te mostramos sus muchas posibilidades en la decoración del salón.
"A la hora de encontrar el sofá perfecto, y basándonos en las tendencias actuales (minimalismo orgánico, fluidez espacial y confort escultórico), esta tendencia va más allá de la moda. No es solo una elección estética, es una decisión inteligente que se basa en la forma en que queremos vivir en nuestro hogar", señala la experta en mobiliario.

A favor de la amplitud
Tienen la capacidad de crear la ilusión óptica de espacios más amplios y de hacer que el techo se eleve. "Los respaldos bajos permiten la máxima amplitud visual, que la mirada recorra toda la estancia sin interrupciones. Los techos parecerán más altos, y la habitación, más amplia y luminosa. Y, aunque es un efecto a tener especialmente en cuenta en salones pequeños o con techos bajos, donde la prioridad es la sensación de ligereza, son ideales también para un estar grande, donde mantienen un ambiente despejado y cohesivo ", señala la experta.
En la imagen, el modelo Torino de La Oca, que permite una visión completa de la estancia y resulta ligero, a pesar de sus dimensiones.

En espacios abiertos
Como mejoran la circulación y permiten moverse más cómodamente resultan perfectos en espacios únicos, que albergan salón, comedor e, incluso, cocina o recibidor. "Otra de las peticiones más habituales desde hace unos cuantos años en interiorismo es aquella relacionada con la integración de espacios. En este aspecto, un sofá bajo ejercerá como el separador de ambientes perfecto, creando sensación de zonificación, sin romper la fluidez. Esa conversación entre espacios tradicionalmente separados circulará con libertad y aportará mayor versatilidad y conexión a tu hogar", señala Sonia Castillón.
En esta propuesta de GC Studio, el sofá de formas orgánicas actúa como elemento divisorio y es el encargado de separar la zona de estar del comedor.

Un lienzo en blanco
"Al no ser piezas que 'griten' por acaparar la atención, los diseños de respaldo bajo se convierten en el fondo perfecto para tu libertad creativa. En este sentido, actúan como quien se encarga de abrir el telón de un espectáculo. Así, permitirá que esa lámpara que compraste en un viaje, ese cuadro que te cautiva o esa librería preciosa sean los auténticos protagonistas. Pero sin él, no podrían destacar de la misma manera", asegura la directora de producto de La Oca.
En esta original propuesta del interiorista Mikel Irastorza, el sofá blanco ayuda a equilibrar el look ecléctico del ambiente, poniendo una nota tranquila y atemporal.

La conexión perfecta con el exterior
Tener el respaldo bajo puede dar mucho juego, tanto si colocas el sofá en medio del salón como si lo haces junto a una ventana. "Si tienes la suerte de tener una terraza o unas buenas vistas, dales el protagonismo que merecen con este tipo de diseño. Al no entorpecer la panorámica, enmarca el exterior y lo integra en tu salón, elevando exponencialmente la sensación de amplitud y trayendo la naturaleza al interior", afirma Castillón.
El Galo de La Oca es un buen ejemplo de cómo este tipo de sofás permiten el paso de la luz y permiten que el exterior se cuele dentro de casa, gracias a que no pone obstáculos entre ambos.

Elegancia atemporal
Sin duda, puede presumir de personalidad y de vivir al margen de la tiranía de las tendencias. "Su perfil minimalista y despejado se integra sutilmente en la decoración, asegurando que la atención se centre en los elementos arquitectónicos y el diseño interior, no solo en el mobiliario. Piensa en un Chesterfield bajo o en las líneas puras del estilo Bauhaus. Estos sofás transmiten una sofisticación serena y contemporánea que nunca pasa de moda. Son piezas que demuestran que menos (y especialmente ahora), es siempre más", puntualiza la experta de La Oca.
Esta propuesta del estudio Punto M es una prueba de esa elegancia por la que no pasa el tiempo. La combinación de dos sofás bajos en distinto material y color es otro acierto de estilo.

A favor de la ergonomia
Nos suele pasar a todos, relacionamos comodidad con un sofá con respaldo alto. Sin embargo, Sonia Castillón nos demuestra que esto no es del todo cierto: "Contrario a lo que, en ocasiones, se pueda pensar, un respaldo bajo fomenta una postura erguida pero relajada, ideal para la espalda. Para momentos de tranquilidad absoluta, basta con añadir unos cojines XXL estratégicamente, para reforzar el soporte cervical".
Al mirar estos sofás curvos de color beige de un proyecto de Novak Kijac Architects, donde se integran materiales como el Surface de HIMACS, no tienes ninguna duda. Son perfectos para ver la televisión o para relajarse una tarde de viernes.

Poder de adaptación
Los sofás de respaldo bajo presentan otra gran ventaja: pueden cambiar de look fácilmente. "Se caracterizan por tener una presencia más sutil, que encaja a la perfección con la forma actual de entender el lujo: más vinculada a las sensaciones que a la ostentosidad evidente. Por este motivo, son diseños que lo admiten todo y se adaptan a ti y a la manera en que evolucionan tanto tus preferencias estéticas como tus necesidades. Una característica que permite cambiar tu salón de una forma sorprendentemente radical, solo renovando los textiles, la alfombra o los complementos. Sin necesidad de sustituir el mueble principal", indica.
Esta proyecto de GC Studio demuestra su carácter versátil.

Con diferentes estilos
¿Te extraña? Aunque los vemos en estancias de estilo moderno o minimalistas, lo cierto es que también se sienten bien en otros estilos y pueden resultar muy acogedores. "Esa sensación despejada y aireada que aporta a las habitaciones conecta a los sofás de respaldo bajo con el aire de calma y desenfado de estéticas 'trendy', como la nórdico-mediterránea o la japandi que tanto nos gustan. Luminosidad, calidez y bienestar en el centro de las prioridades", sentencia la responsable de producto de la tienda de decoración.
En esta propuesta del estudio Júlia Brunet, el sofá se muestra acogedor y mullido en una clara invitación a sentarse. Puedes mover sus cojines a tu aire, para conseguir el efecto deseado.

Cuestión de imagen
"La silueta limpia y horizontal de los respaldos bajos en un sofá es visualmente armoniosa y extremadamente fotogénica. Traerá a nuestras estancias esas líneas rectas y ese sentido del orden que tanto adoran nuestros ojos (e Instagram)", apostilla Castillón. Por eso, nadie puede resistirse a su imagen moderna y llena de estilo, como la que muestra este diseño de un proyecto del estudio Punto M.

Con proyección de futuro
Como hemos visto, por ellos no pasan los años y las modas. Por eso, señala la experta, "iInvertir en un modelo de respaldo bajo de calidad es apostar por un compañero de vida, que permitirá mantener tu sofá al día de las tendencias durante mucho, mucho tiempo. Si sigues dudando, te aconsejamos que pienses en cómo vives realmente tu salón. Así, si priorizas la luminosidad, la armonía visual y un estilo de vida dinámico, el sofá de respaldo bajo no solo será una elección acertada, sino que se convertirá en el alma de tu hogar. Pero si no te queda del todo claro, siempre puedes optar por una opción modular y jugar con diferentes alturas en cada una de las plazas", señala la experta.
Como ejemplo, el sofá modular New Multipla de La Oca, que permite distintas distribuciones y crear composiciones que se integran con naturalidad en cualquier espacio, manteniendo siempre comodidad y ligereza visual.