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Pia Capdevila, interiorista: “Siempre que tengan valor arquitectónico o artístico, merece la pena conservar unas molduras originales”


Son un recurso elegante que eleva la estética de cualquier estancia. Pia Capdevila lo sabe y por eso hemos hablado con ella. Nos ha dado todas las claves para integrar este recurso clásico en la decoración de hoy


La interiorista Pia Capdevila© Jordi Canosa para Pia Capdevila
15 de agosto de 2025 - 12:00 CEST

En decoración, son los detalles son los que transforman un espacio anodino en otro con carácter. Las molduras decorativas son un claro ejemplo. Este recurso decorativo es una solución para enmarcar paredes, techos y puertas, pero también se encargan de aportar proporción, armonía y un acabado impecable que eleva el conjunto. 

Las molduras, además de aportar un aspecto sofisticado y elegante, son capaces de resaltar la altura de una estancia, equilibrar sus dimensiones o crear transiciones visuales entre superficies sin que casi te des cuenta. Además, encajan casi en cualquier estilo, lo que se suma a su capacidad para añadir profundidad y textura sin recargar. Hemos hablado con la interiorista Pia Capdevila, quien ha compartido con nosotros sus consejos para integrarlas en la decoración sin equivocarte. No puedes perderte los consejos de esta profesional. 

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Comedor con molduras clásicas y decoración moderna. © Carla Capdevila para Mas by Arquesta

Capacidad de adaptación

Durante años, hemos asociado la presencia de molduras con viviendas clásicas. Aportaban un look sofisticado y señorial que, en muchas ocasiones, se han mantenido hasta ahora. Pero ahora, cada vez más, son protagonistas en casas modernas. Para la interiorista Pia Capdevila, este retorno se debe a que es un recurso que “aporta carácter y personalidad”. Eso sí, “hoy en día se reinterpretan con líneas más limpias y materiales actuales, lo que permite integrarlas en diseños modernos sin perder su esencia decorativa”, matiza.

En este salón proyectado por el equipo de Mas by Arquesta, las molduras no solo decoran los techos y las esquinas, también se han empleado para enmarcar los espejos envejecidos. Y todo con un interiorismo muy actual, con ciertos matices clásicos. 

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Dormitorio con molduras© Amador Toril para Estudio Raquel González

Paredes que hablan

Las molduras bien elegidas son sinónimo de elegancia atemporal, quedan bien en casi cualquier pared, desde la del recibidor, en la que se está el sofá o en la que se apoya la zona del cabecero. Y es que una moldura tiene mucho poder en una pared vacía. Según Pia, “aportan estructura visual, rompen la monotonía y elevan el nivel estético del espacio, transmitiendo sensación de orden y sofisticación”.

Lo vemos en este dormitorio de la interiorista Raquel González, donde las molduras evitan la presencia del cabecero e, incluso, se han empleado para distribuir elementos como el cuadro que decora la pared o la presencia de los apliques. 

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Salón con molduras modernas en la chimenea. © Jordi Canosa para Pia Capdevila

Cada uno su estilo

Aunque las molduras son un recurso que encaja igual de bien en una casa contemporánea como en otra de tintes más clásicos, lo cierto es que puedes elegir unos modelos u otros para enfatizar el estilo de tu casa. “En ambientes contemporáneos funcionan muy bien los perfiles simples y minimalistas, que aportan discreción y limpieza visual. En cambio, en viviendas clásicas conviene mantener molduras más ornamentadas y con volumen, que respeten la estética original y refuercen su carácter histórico”, explica la interiorista.

En este proyecto de Pia, vemos cómo se ha enfatizado la presencia de la chimenea con unos sencillos perfiles que encajan con discreción en la moderna decoración del salón

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Dormitorio con molduras en la pared del cabecero. © David Montero para RQH Studio

Al alcance de todos

Hace años, las molduras eran elementos caros y frágiles que necesitaban de la intervención de un profesional para su instalación. Y es que antes se fabricaban, sobre todo, con yeso o escayola, dando lugar a molduras ornamentales con mucho detalle, comunes en viviendas con techos altos y decoraciones tradicionales. Eso sí, era un material más frágil y pesado. Actualmente, “los materiales como el poliuretano y el poliestireno han supuesto una auténtica revolución: son ligeros, fáciles de cortar y manipular, se pueden instalar con adhesivos y permiten acabados perfectos sin necesidad de herramientas pesadas ni obras complejas”, dice la interiorista. Casi, casi, los puede instalar uno mismo

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Pasillo con molduras. © Jordi Canosa para Pia Capdevila

¿En blanco o a color?

Pia lo tiene claro: “Si se pintan del mismo color que la pared, se integran en el conjunto, generando continuidad visual. En cambio, si se pintan en un tono contrastado, ganan protagonismo y se convierten en un elemento decorativo en sí mismo”. Así que todo depende de lo que quieras conseguir en cada espacio. Por ejemplo, en este pasillo proyectado por la interiorista se han pintado de un gris suave que destaca sobre la pared superior en blanco roto y esta sobre la zona inferior con panelados pintados en blanco puro. Y es precisamente el color lo que lleva nuestra mirada hacia arriba.  

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Pared con molduras. © Javier Calleja para Espejo y Goyanes

Más que molduras

Que una pared presuma de unas bellas molduras, no impide para que luzca otros elementos decorativos, como puede ser un cuadro, papel pintado, un zócalo o iluminación. Según nos cuenta la profesional, “las molduras enmarcan y realzan otros elementos, ya sea delimitando un papel pintado, organizando una galería de cuadros o integrándose con la iluminación para acentuar volúmenes y texturas”. Un ejemplo lo hemos visto en la primera imagen de esta galería, con unos espejos enmarcados con molduras o en esta propuesta del equipo de Espejo y Goyanes, donde la disposición de las molduras juega con la ubicación de los apliques.     

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Salón con molduras clásicas recuperadas en el techo.© Jordi Canosa para Pia Capdevila

Conservar o no conservar

“Siempre que tengan valor arquitectónico o artístico, merece la pena conservar unas molduras originales”, dice Pia. Pero no se puede hacer de cualquier manera: “La clave está en restaurarlas con cuidado mediante limpieza, reparación y repintado. ¿Y cómo hacerlo sin alterar la armonía del nuevo estilo? Hay que buscar el equilibrio con un mobiliario y una paleta cromática que dialoguen con el estilo de la vivienda”, nos recomienda. 

En este piso en el que intervino la interiorista, se recuperaron las antiguas molduras de escayola y se combinaron con unos muebles y decoración más modernos, cediendo el protagonismo a los techos.   

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Pasillo con molduras. © Amador Toril para Luzio Design&Projects

Más que salones y dormitorios

Aunque en estas estancias son casi imprescindibles si quieres elevar la estética, ahora también conquistan otros espacios de la casa. “En pasillos aportan interés y evitan que sean simples zonas de paso. También en baños, bien elegidas y con materiales resistentes a la humedad, añaden un toque elegante y diferenciador”. ¿Quién dijo que hay que limitarse? ¡Las molduras encajan en cualquier estancia!

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Salón con molduras en el techo. © Jordi Canosa para Pia Capdevila

Más que estética

Además de subir el nivel decorativo de cualquier estancia, las molduras pueden influir en la percepción de las proporciones de una habitación. Según Pia, “según su disposición y diseño, pueden estilizar una pared, elevar visualmente la altura del techo o generar una mayor sensación de profundidad. Son un recurso muy eficaz para modificar la percepción del espacio sin necesidad de obras estructurales”. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.