Ahora que las cocinas abiertas al salón están cada vez más de moda, los taburetes altos han pasado de ser un mueble de paso a convertirse en imprescindibles para acompañar la barra de desayunos que suelen integrar las penínsulas o islas que delimitan estos dos ambientes.
Pero elegir bien tiene su aquel: que tengan la altura justa, con o sin respaldo (según gustos y lumbares), reposapiés cómodos —de esos que no notas, pero echas de menos cuando no están—, tapizados sufridos, pero monos, fáciles de limpiar… y, ya puestos, que queden bien con la cocina. En este reportaje hemos reunido 10 taburetes altos que nos han conquistado por su diseño, por lo prácticos que son o por ese no-sé-qué que los hace especiales. Y, de propina, hemos colado dos que no sirven para la barra, pero nos han ganado por otras razones.

Calidez instantánea en cocinas blancas
Las cocinas blancas tienen su encanto, pero a veces pueden resultar un poco frías o impersonales. Por eso, nada mejor que añadir detalles en fibra y madera que aporten calidez y textura natural. Así que, si tienes una isla o barra lacada en este color, elegir asientos con acabados en madera clara aporta el contraste necesario sin recargar el espacio. Además, los modelos con respaldo bajo –o sin él, como los que vemos en esta cocina, decorada con láminas de Beach House Art– permiten que la cocina siga luciendo abierta y luminosa. Y lo mejor es que este tipo de piezas encajan con estilos muy variados: desde el nórdico más minimal hasta el rústico o incluso el industrial con toques modernos.

Punto vintage (y tropical) con el ratán
El ratán ha vuelto, y no solo en sillones de terraza. La silla de bar Meloa, de Maisons du Monde, lo lleva directo a la cocina con un aire retro y exótico irresistible. Hecha completamente de ratán y con un asiento a 76 cm de altura, está pensada para colocarse frente a una barra alta o un mueble bar. Queda ideal en cocinas boho, rústicas o con algún guiño mid-century. Eso sí, al ser de fibras naturales, es mejor mantenerla lejos de zonas de mucho trajín con grasa o agua. Estilo: aprobado. Mantenimiento: con cariño.

Textura y elegancia para cocinas neutras
Si tu cocina va por la vía del gris, negro o beis, unos taburetes tapizados como los Princeton de BoConcept son el complemento perfecto. Su tapicería Lazio, con apariencia de tela de bucle, aporta una textura muy actual y un tacto gustoso que invita a quedarse. El negro mate de la estructura añade un puntito sofisticado sin recargar. Se trata, sin duda, de un diseño ideal para interiores contemporáneos, y al estar tapizados, suman comodidad para quien se sienta más de cinco minutos. Consejo: en zonas de uso intensivo, mejor elegir tejidos antimanchas.

Que encajen con el salón (no solo con la cocina)
Piénsalo: en distribuciones abiertas, los taburetes no son solo parte de la cocina; también forman parte del salón, así que tienen que encajar con la decoración de ese espacio. En este caso, el modelo Adriana queda de maravilla en ambientes con muebles de madera clara y tonos neutros. Para que todo quede más coordinado, siempre puedes completar tu zona de estar con pinceladas verdes a través de detalles y complementos, y no tienen por qué ser el mismo tono aguamarina de la estructura y del respaldo. Mejor juega con distintas tonalidades para que el conjunto quede visualmente más rico. El mismo modelo lo tienes en Conforama en otros tres colores diferentes: beis, teja y taupé,

Un mini comedor por todo lo alto
No siempre hace falta una isla o península para montar un espacio cool y funcional. El juego Bermeo de Leroy Merlin es perfecto para crear una zona de comedor tanto dentro como fuera de casa, con una mesa alta y taburetes a juego. La mezcla de teca y aluminio le da un aire moderno pero cálido, ideal para estilos industriales o más acogedores. Y lo mejor: al venir pensado como un conjunto, olvídate de combinaciones complicadas.

Reposapiés, ese gran invento
El taburete Iska de La Redoute Interiéurs tiene ese diseño limpio y sereno que encaja como un guante en cocinas de estilo escandinavo. Pero lo mejor está en los detalles: su estructura de metal negro integra un reposapiés que no sabes cuanto se agradece hasta que te sientas y no tienes que estar pensando qué hacer con las piernas. El asiento de olmo natural da un punto cálido al conjunto, y su altura, 66 cm, lo hace ideal para barras o islas de unos 90 cm. Sencillo, sí, pero con mucho acierto.

¡Con éste, no fallas! (al menos en lo que a altura se refiere)
¿No sabes si la barra mide 90, 95 o 100 cm? ¿Tienes niños o personas de distintas alturas en casa? El taburete DALFRED de IKEA lo soluciona todo. Se regula fácilmente, por lo que puedes adaptarlo según el uso o el usuario. Además, está disponible en tres acabados diferentes (abedul, negro y azul grisáceo), lo que permite combinarlo con casi cualquier cocina. Es un clásico funcional, resistente, y con un diseño sobrio que no pasa de moda.

Con aire de terraza parisina
Los taburetes tipo bistró tienen ese algo que te transporta directo a una terraza en Montmartre, con café humeante y croissant incluido. Y lo cierto es que están más de moda que nunca. El modelo Brielle de Sklum capta esa esencia con su trenzado en gris grafito y la estructura de aluminio que lo hace resistente y fácil de mantener. Tiene respaldo, es cómodo e ideal para poner un puntito chic en la decoración.

Con respaldo
El modelo Betty TK12 de la firma &Tradition es de esos taburetes que entran por los ojos y se quedan por los detalles. El asiento trenzado a mano en lino y polipropileno le da un aire artesanal y con rollo, pero lo que de verdad se agradece es el respaldo: discreto, pero ahí está, para echarse un poco atrás si la charla se alarga o la copa también. Disponible en varios colores y con ese equilibrio tan bien resuelto entre diseño nórdico y calidez, es de esas piezas que suben el nivel de la decoración.

El encanto de la rejilla
Lejos de parecer antigua o pasada de moda, la rejilla ha sabido reinventarse y colarse en los interiores más actuales. En el taburete Loop de la firma Expormim se presenta con un diseño cuidado al detalle: respaldo de ratán tintado, estructura de madera de haya o lacada y asiento tapizado. Todo con un acabado ligero, resistente y muy cómodo. Es ideal para cocinas donde se mezclan materiales naturales con toques modernos, espacios de aire mediterráneo o propuestas más sobrias que buscan una nota cálida sin perder estilo.

Un icono que se transforma
El Stool 60 de Alvar Aalto es, oficialmente, un taburete bajo. Pero también es un clásico del diseño que se puede usar como asiento auxiliar, mesita de noche, superficie de apoyo junto al sofá… lo que necesites. Y en 2025 está de celebración: Artek lanza una edición especial con ilustraciones de los Moomins, que también cumplen años. No servirá para la barra de desayunos, pero ¿cómo no incluirlo en esta selección? Ideal para amantes del diseño nórdico y para quienes buscan piezas versátiles con historia.

Lo que nos chifla es el cojín
Este modelo lo tiene claro: lo que llama la atención es el asiento. La funda de Fabric Snug, hecha a mano y con ese punto entre cómodo y estiloso, convierte un taburete con patas de madera torneadas en algo especial. Es un ejemplo perfecto de cómo los textiles pueden dar un giro a cualquier pieza. Ideal si quieres recuperar un mueble heredado, personalizar uno básico o simplemente añadir un toque diferente sin complicarte. ¿El truco? Jugar con la tela adecuada: lino, cuadros, rayas, terciopelo...