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Elisabet Silvestre, referente en biohabitabilidad, docente y autora de (entre otros) 'Vivir sin tóxicos' y 'Tu casa sana'© @la_fotografa.es

Decoración sostenible

Elisabet Silvestre, experta en biohabitabilidad: “Elimina los plásticos de la cocina. Si los hay, no es una cocina sana ni ecológica”

Materiales naturales, buena ventilación, luz adecuada y diseño consciente: así se construye una cocina que cuida de ti y del planeta.


5 de agosto de 2025 - 12:02 CEST

¿Cómo lograr que la cocina, uno de los espacios más activos del hogar, sea también un lugar que cuide nuestra salud? En este reportaje, contamos con el asesoramiento de Elisabet Silvestre, referente en biohabitabilidad, docente y autora de (entre otros) Vivir sin tóxicos y Tu casa sana, para descubrir cómo integrar diseño, sostenibilidad y bienestar en el corazón de la casa.

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Cocina en madera© Montse Garriga para Luzio Studio

Más que una cocina ‘ecofriendly’ 

El término ecofriendly alude a prácticas que reducen el impacto ambiental. Pero cuando hablamos de una cocina saludable, este concepto puede quedarse corto.

Una cocina verdaderamente saludable debe incorporar criterios de biohabitabilidad, que promueven tanto la salud del medio ambiente como la de las personas, basándose en principios biológicos. Según Elisabet, la biohabitabilidad busca crear espacios que favorezcan el equilibrio de los sistemas biológicos. En el hogar, dos espacios son clave para la salud: el dormitorio, donde el cuerpo se regenera, y la cocina, donde se preparan los nutrientes esenciales para mantener ese equilibrio. 

En la propuesta el proyecto lo firma Luzio Studio en colaboración con GUD, apostando por muebles de cocina en acabado roble rústico natural con nudos y encimeras en porcelánico.

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Cajón de cubiertos bien organizado© Leicht

¡Adiós al plástico!

La referente en biohabitabilidad considera que hay un pilar clave de la cocina saludable: los materiales, tanto los que construyen el espacio (muebles, repisas, paredes) como los que acaban construyendo nuestro organismo, como son los alimentos y los envoltorios y recipientes en los que llegan a casa, se preparan, se calientan o se ingieren. 

Para crear una cocina saludable la experta aconseja elegir materiales que sean lo más naturales posible, menos procesados, sin tóxicos. Y esto es válido tanto para los materiales del mobiliario, pinturas, y todos los demás elementos de interiorismo y decoración, como para los materiales de menaje de cocina, utensilios, recipientes y pequeños electrodomésticos. 

Eliminar el plástico de la cocina es un paso sencillo y eficaz para minimizar la exposición a sustancias que desregulan nuestras hormonas.

Una cocina sana apuesta por materiales como el vidrio, el acero inoxidable y la madera para estar en contacto con los alimentos. Elisabet añade, “además, una cocina saludable evita el plástico, tanto en las superficies de manipulación de alimentos, como en utensilios, botellas, tápers, platos, vasos, jarras, en los acabados antiadherentes en sartenes, superficies de planchas de cocción, cubetas de los procesadores de alimentos… 

Eliminar el plástico de la cocina es un paso bastante sencillo y muy eficaz para minimizar la exposición a sustancias que, a dosis bajas, actúan desregulando nuestras hormonas, y además del sistema endocrino, pueden interferir en el sistema inmunológico, metabólico, neurológico, reproductor… como son las sustancias que constituyen el grupo de los disruptores endocrinos”. 

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Grifo que filtra el agua© Blanco

Di ‘sí’ al agua del grifo 

Prosiguiendo con el tema de los plásticos, consumir agua embotellada con envase plástico supone una exposición a las sustancias del plástico y sus plastificantes, que especialmente se liberan con el calor (si están expuestas al sol cerca de una ventana o un radiador), y pasan al cuerpo al ingerir el agua. 

De modo que Elisabet narra que la opción más sostenible es beber agua del grifo, y aunque llega a casa con los debidos tratamientos para su garantía microbiología, puede contener sustancias derivadas de los procesos de cloración. 

Así, según sugiere la experta, se puede optar por filtrarla y con ello se minimiza esta exposición. En este aspecto detalla que “hay muchos tipos de filtros, de características y precios muy dispares. Para empezar, la opción más asequible es usar filtro de carbono activo para el agua tanto de beber como de cocinar. Aunque no elimina todos los posibles contaminantes, resulta una mejora al minimizarlos”.

Sobre estas líneas la grifería de Blanco modelo ‘Evol-S Soda’, que filtra el agua e incluso permite disfrutar de agua con gas.

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Despensa grande de madera con cajones © John Lewis

Promover hábitos saludables gracias al diseño

¿Sabías que a través del diseño y del interiorismo se puede promover comportamientos saludables? Elisabet nos da estas ideas inspiradoras: en la cocina, crear un ambiente cálido, acogedor, bonito, con cuencos con alimentos frescos a la vista, los armarios de despensa y el frigorífico bien organizados y que alberguen alimentos que califica ‘de verdad’ (los que vemos en la despensa diseño de John Lewis, eliminando los procesados y otros comestibles sin nutrientes).

Se trata de poner todo a disposición para que invite a llevar una alimentación nutritiva y equilibrada, y que invite a acercarnos a los fogones, a cocinar. Porque, en los pilares de la salud, además del entorno inciden los hábitos, y volver a la cocina, a preparar los alimentos, es clave. 

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Producto de diseño innovador y sostenible que permite preparar kéfir y yogur casero sin electricidad© Lékué

Cocinas que nutren: diseño para preservar la salud desde la forma de cocinar

Una cocina saludable no solo se define por los ingredientes, sino también por cómo se preparan los alimentos. Prioriza productos frescos, de temporada y, cuando sea posible, de cultivo ecológico. 

“Evita los ultraprocesados [productos elaborados industrialmente a partir de sustancias derivadas de otros alimentos, a menudo con aditivos y procesos que alteran su forma original], que suelen venir en envases que pueden liberar sustancias tóxicas como los disruptores endocrinos, tal como explico en mi libro Tu casa sana”, detalla Elisabet.

Una cocina saludable no solo depende de lo que comes, sino de cómo lo cocinas y con qué herramientas lo haces.

Además, los métodos de cocción deben preservar los nutrientes: al vapor, al horno o a baja temperatura, en lugar de freír con aceites vegetales. En este sentido, el diseño de la cocina debe facilitar estas preparaciones, favoreciendo la salud desde la arquitectura del espacio. 

Esto implica integrar soluciones que fomenten una cocina más consciente y funcional. Por ejemplo, las encimeras pueden incorporar sistemas de cocción saludables como planchas teppan yaki, vaporeras integradas o placas de inducción con control preciso de temperatura. Estos elementos permiten cocinar con menos grasa, conservar mejor los nutrientes y reducir la exposición a sustancias nocivas. 

Estamos viendo el ‘Kefir & Yogurt Maker’, de Lékué, un producto de diseño innovador y sostenible que permite preparar kéfir y yogur casero sin electricidad. Ha sido reconocido con el iF Design Award 2025, uno de los galardones más prestigiosos del mundo del diseño.

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Cocina con muebles de madera© Nini Cortadellas para Àbag Studio

Reformas que lo cambian todo

En el caso de hacer obras para reformar la cocina en clave ecológica, Elisabet indica que conviene valorar la madera en muebles y revestimientos. Son muchos los argumentos a favor de este material: une criterios de sostenibilidad y salud, es realmente renovable, con una huella ecológica nula y, cuando se compara con otros materiales como el plástico o el metal, destaca por una reducción muy significativa de la huella de carbono, ya que absorbe más CO2 del que emite en su proceso de extracción, transporte y transformación. 

“Apostar por madera de bosques de gestión sostenible y responsable como indica el certificado europeo FSC y PEFC es clave, mejor si es de producción más local. Incluso si es reciclada, se puede usar, siempre considerando los tratamientos, que hayan sido naturales”, especifica. Este ambiente, diseñado por Àbag Studio, se equipa con muebles en madera de nogal de la firma gallega Santos.

En el lado opuesto, el de los materiales desaconsejados, se encuentran los sintéticos plásticos, como el PVC, los derivados del poliéster (incluso reciclados), vinílicos, resinas… pues tienen una alta huella ambiental e incluyen sustancias nocivas para el organismo y no es favorables que estén en contacto con los alimentos. 

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Cocina con isla en colores rosa emoplvado© Manolo Yllera / Patricia Bustos

Diseño responsable: cómo elegir una encimera segura y sostenible

A la hora de elegir el material de la encimera, el mantenimiento suele ser uno de los factores más valorados. Desde el punto de vista de la salud y la sostenibilidad, es recomendable evitar superficies con compuestos químicos como resinas fenólicas, formaldehídos, disolventes o derivados del petróleo. En la propuesta la diseñadora de interiores Patricia Bustos se decanta por unas superficies de Bealstone tipo terrazo. 

Elisabet propone que si se opta por materiales como la madera o la piedra natural (que pueden mancharse o requerir tratamientos químicos para protegerlos) conviene planificar una zona específica para la preparación de alimentos con superficies higiénicas y fáciles de limpiar, como el acero inoxidable, el vidrio o los materiales cerámicos. Aunque el inox tiene un coste energético elevado, puede usarse solo en pequeñas áreas de trabajo, como una tabla o repisa, minimizando su impacto.

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Cocina en madera con una barra tipo península también de este material natural© Area-4 / AMC

COVs en casa: el enemigo invisible que puedes evitar

Los compuestos orgánicos volátiles (COVs) son contaminantes invisibles que se liberan al aire y provienen de materiales como pinturas, muebles, suelos y productos de limpieza. Afectan la calidad del aire interior y pueden tener un impacto negativo en la salud. Su presencia es mayor en cocinas recién reformadas u obras nuevas, aunque como matiza la experta, con el tiempo disminuye su emisión.

La cocina puede concentrar más tóxicos de los que imaginas: ventilar y usar materiales bajos en emisiones marca la diferencia.

Para reducirlos, es clave elegir materiales de baja emisividad (especialmente en formaldehído) y ventilar a diario. Hay que tener en cuenta que el aire del interior del hogar puede estar entre 2 y 5 veces más contaminado que el del exterior. En cocinas donde también se ubican lavadora y secadora, es aún más importante ventilar bien, sobre todo si se utilizan detergentes convencionales.

La autora de Vivir sin tóxicos destaca además que conviene evitar productos de limpieza, ambientadores y cosméticos con fragancias o compuestos sintéticos, que liberan sustancias perjudiciales para la salud. 

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Cocina pequeña con pequeño electrodoméstico a la vista© Adrián Mora para Anabel Soria Arquitectura e Interiorismo

Etiqueta A y más, para una selección de electrodomésticos acertada

A la hora de elegir los electrodomésticos de cocina, el impacto ambiental es una preocupación cada vez más presente. La mayoría de los consumidores ya reconoce que optar por modelos más eficientes energéticamente (especialmente los de clase A) es una forma directa de reducir el consumo y la huella ambiental. “La etiqueta energética es fácil de entender y marca una diferencia real en el uso diario”, afirma la experta.

Pero no solo los grandes electrodomésticos importan. También conviene revisar las decisiones en pequeños aparatos como freidoras de aire, procesadores de alimentos o sistemas de filtrado de agua. “Cuando estos dispositivos tienen partes en contacto con alimentos o agua, es preferible que estén hechos de vidrio o acero inoxidable en lugar de plásticos”, aconseja. Esto no solo mejora su durabilidad, sino que también reduce la exposición a sustancias que pueden migrar desde los plásticos.

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Planta de la albahaca ('Ocimum basilicum')© Jan Baborák / Unsplash

Aromáticas y decorativas: el valor de tener plantas cerca

Rodearse de plantas de interior no solo aporta belleza, también mejora el bienestar. En la cocina, introducir vegetación puede ayudar a crear un entorno más saludable y equilibrado. “Las plantas nos reconectan con la naturaleza, regulan la humedad y contribuyen a una mejor calidad del aire”, nos cuenta Elisabet.

No es necesario tener mucho espacio: basta con un pequeño alfeizar o una repisa cerca de la ventana. Se pueden combinar plantas decorativas, como un poto o una hiedra de porte colgante, con aromáticas de uso culinario como albahaca (en la imagen), menta o perejil. Así, se suma funcionalidad y vida natural al corazón de la casa.

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Cocina organizada con una isla central© Nectalí Cocinas / AMC

Iluminar la cocina respetando el ritmo biológico

Una cocina saludable también tiene muy en cuenta la luz. Siempre que sea posible, se debe aprovechar la luz natural: contar con ventanas que se puedan abrir permite ventilar el espacio, recibir la luz del sol y mejorar tanto la calidad del aire como el bienestar general. Además, es la opción más eficiente desde el punto de vista energético y biológico. En la propuesta, el espacio con mobiliario a medida de los fabricantes Nectalí Cocinas se vuelca a la terraza. 

La iluminación artificial dinámica, que respeta los ritmos circadianos, mejora el bienestar y la calidad del sueño.

Cuando se requiere luz artificial, lo ideal es apostar por sistemas de iluminación circadiana, que imitan el ritmo natural del día. “Durante la mañana y el mediodía es preferible una luz blanca, más intensa y ligeramente azulada; por la noche, una luz cálida y tenue ayuda al cuerpo a prepararse para el descanso”, explica Elisabet. Esta adaptación no solo favorece la vista, también respeta los ciclos naturales del cuerpo y mejora la calidad del sueño.

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Cocina con muebles bajos en madera, al igual que los de 'office'© Kvik

La cocina, espacio clave para una revolución saludable

Cada vez somos más conscientes de la importancia de cuidar nuestra salud y de crear hogares que nos acompañen en ese propósito. El diseño interior empieza a integrar propuestas que no solo son estéticas, sino que también promueven el bienestar. 

Sin embargo, en la cocina (esta se equipa con mobiliario de Kvik) aún queda un cambio profundo por hacer. "Todavía tenemos una revolución pendiente, y va asociada a volver a cocinar, a dar el valor que tiene la cocina para llevar una alimentación nutritiva y equilibrada, en apostar por comida de verdad, por materiales naturales y saludables. Sin ello, el equilibrio de la salud está comprometido", opina Elisabet. Porque sin duda, no se trata solo de cómo se ve una cocina, sino de cómo nos hace vivir.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.