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Huerto© Adobe Stock

Así debe ser el sustrato ideal para tu huerto: cómo elegirlo y cuidarlo para lograr mejores cultivos

Si este verano quieres disfrutar de las mejores hortalizas cultivadas por ti en tu propio huerto debes aprender a mantener el sustrato en perfecto estado. Descubre cómo cuidarlo y protegerlo para conseguir cultivos excepcionales.


24 de julio de 2025 - 15:00 CEST

Pocas cosas dan más satisfacción que degustar verduras y hortalizas cultivadas con tus propias manos. Los tomates son más sabrosos y las zanahorias y las lechugas están más ricas. Cultivar un huerto, sembrar las hortalizas, regarlas y ver cómo crecen para cosecharlas cuando llegue el momento es un auténtico placer. Sin embargo, implica esfuerzo, trabajo y una considerable inversión de tiempo. 

Para que todo salga bien conviene cuidar ciertos aspectos, uno de los cuales es la calidad del sustrato en el que crecen las plantas. Así puedes conseguir que se mantenga rico y en perfecto estado. 

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Media Image© Adobe Stock

Un sustrato fértil para un huerto productivo

Si cultivar un huerto puede ser un interesante pasatiempo, lo cierto es que el objetivo principal no es únicamente entretenerse y relajarse. Queremos que las plantas del huerto sean productivas y den muchos frutos, grandes y sabrosos. Por eso es importante tratar de mantener un sustrato en buenas condiciones. 

La tierra del huerto, además de nutrientes, contiene una gran diversidad de microorganismos que ayudan a que el sustrato sea rico y fértil. Un ejemplo son las bacterias, hongos, insectos y lombrices, etc. Todos estos microorganismos tienen una función esencial: transforman la materia orgánica en nutrientes para las plantas. Además, el sustrato debe tener unas características físicas adecuadas: es importante que esté suelto, que drene bien el exceso de agua, etc. 

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Media Image© Adobe Stock

Cuida el terreno del huerto durante todo el año

Aunque la época estrella de los huertos es la primavera y el verano, lo cierto es que el sustrato debe ser cuidado durante todo el año. En cada estación necesita unas atenciones diferentes. Por ejemplo, en primavera es esencial preparar el terreno para los cultivos que vamos a poner, añadiendo materia orgánica como compost o humus de lombriz. Durante el verano hay que regar adecuadamente y proteger la tierra del calor excesivo, y en otoño hemos de enriquecer de nuevo el sustrato con materia orgánica.   

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Cultivos en el huerto© Adobe Stock

¿Cómo saber si el sustrato está en buen estado?

Es importante que la tierra del huerto esté en perfectas condiciones para acoger los cultivos y conseguir que crezcan y se desarrollen plenamente. Pero, ¿cómo saber que el sustrato es el adecuado y está en un buen estado? El aspecto que tiene la tierra puede darnos algunas pistas sobre su estado. 

Puedes fijarte, por ejemplo, en el color de la tierra. Si este es oscuro, eso indica que es rica en nutrientes y minerales. También es importante ver si el sustrato absorbe rápidamente el agua o si esta queda en la superficie, lo que indicaría que el suelo está demasiado compactado y el agua no penetra adecuadamente, por lo cual no llega a las raíces como debería. La tierra ha de ser ligera y estar suelta para que las raíces de las plantas puedan expandirse adecuadamente. 

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Riego en el huerto© Adobe Stock

Una tierra rica en nutrientes

Para que un sustrato de huerto sea saludable y propicio para cultivar frutas y hortalizas debe ser rico en materia orgánica, ya que este es un componente esencial. De hecho, debe contener entre un 3 y un 6% de materia orgánica. Esto es tan importante porque estos componentes orgánicos son necesarios para que el sustrato aporte a los cultivos los nutrientes que las plantas necesitan y así puedan realizar sus funciones correctamente. Si hay materia orgánica, habrá también microorganismos biológicos como lombrices, por ejemplo, que demuestren que el sustrato está en perfectas condiciones. 

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Hortalizas en el huerto© Adobe Stock

¿Qué tipo de materia orgánica conviene aportar al sustrato?

Existen diferentes tipos de materia orgánica y, aunque unos son más adecuados que otros, en general todos son beneficiosos para los cultivos. 

  • Compost. Es el más habitual, también conocido como mantillo o recebo. Se obtiene de la descomposición de materiales y sustancias como restos de cosecha, de poda, de restos orgánicos de casa, de estiércol, etc. 
  • Humus de lombriz. Son desechos de lombrices después de haber ingerido materia orgánica. El humus de lombriz aporta al suelo flora microbiana y enzimas.
  • Fibra de coco. Este material procedente de los cocos se usa como sustrato renovable para aportar esponjosidad. 
  • Turbia negra y turba rubia. Procedentes de la descomposición de plantas, no siempre son adecuadas para el sustrato si quieres que este sea ecológico. Conviene utilizarlas con moderación. 
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Padre con niños en el huerto© Adobe Stock

¿Cómo crear tu propio compost?

En los hogares se produce una gran cantidad de materia orgánica o, más bien, de desechos que la producen. Para aprovecharla solo tienes que poner en tu jardín o en la terraza un compostador. Se trata de un contenedor en el que puedes poner los desechos orgánicos que se producen en tu cocina y que con el tiempo necesario se convertirán en compost, materia orgánica perfecta para enriquecer el sustrato del huerto y de cualquier planta. 

Hacer compost en casa es una gran idea. Se trata de un abono ideal para el suelo del huerto, totalmente sostenible y con el que, además, reciclamos los desechos orgánicos. Tener una compostadora en el jardín no genera malos olores ni tampoco suciedad. 

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Huerto en contenedor© Adobe Stock

Vigilar el pH del sustrato

Un aspecto del sustrato que debemos tener en cuenta, y del que no siempre somos conscientes, es el pH de la tierra. Para que las hortalizas que cultivemos en el huerto se desarrollen de forma plena y saludable, es importante que el pH del sustrato sea el adecuado. No debemos tener una tierra muy ácida ni muy neutra. Un sustrato con un pH de entre 6 y 7 es el mejor para que las plantas puedan absorber los nutrientes de forma adecuada. Si es más bajo o más alto, los cultivos no se beneficiarán tanto de los nutrientes. Incluso se pueden producir deficiencias de hierro y otros minerales como calcio, magnesio, fósforo, etc. 

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Hortalizas en el huerto© Adobe Stock

Utilizar abonos e insecticidas naturales

Además de los aportes de materia orgánica con los que es importante enriquecer el sustrato del huerto, en ocasiones se necesitan también abonos y fertilizantes para que las hortalizas crezcan de forma saludable. En el huerto es recomendable evitar los productos químicos y apostar por abonos naturales que sean ecológicos. Son inocuos para los organismos biológicos presentes en la tierra, y también para nosotros mismos que consumiremos la cosecha. 

Si las plagas atacan el huerto es importante actuar cuanto antes aplicando insecticidas de tipo ecológico, aptos para hortalizas que van a ser consumidas, que nos ayuden a luchar contra los insectos dañinos.

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Regar el huerto© Adobe Stock

Un huerto protegido de las heladas y el calor

La tierra del huerto se ve sometida a las inclemencias del tiempo durante todo el año: a la lluvia y las heladas invernales, y al sol intenso y las altas temperaturas en verano. Para evitar que se deteriore es aconsejable protegerlo. ¿Cómo? Puede hacerse de diferentes maneras. Una idea es utilizar la técnica del acolchado o mulching, que consiste en cubrir el suelo alrededor de tus plantas con una capa de un material triturado para proteger las raíces. Durante los meses de calor protegerán el suelo y ayudarán a mantener la humedad de la tierra. Puedes utilizar paja, corteza de pino, mantillo o compost, etc. 

Durante el otoño y en invierno se pueden sembrar cultivos de cobertura, como gramíneas o leguminosas, que protegen el sustrato, mejoran la fertilidad y evitan que crezcan las malas hierbas y la maleza.

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Huerto urbano© Adobe Stock

¿Y en un huerto urbano?

En espacios como terrazas o patios pequeños es posible tener un huerto urbano, aunque hay que tener en cuenta ciertas condiciones de cultivo. En lo que se refiere al sustrato es importante vigilar que se mantenga rico en nutrientes, ligero y con la humedad adecuada. Para ello es conveniente evitar las tierras arenosas, ya que no retienen mucha humedad y contienen pocos nutrientes. Tampoco es aconsejable que contengan una gran cantidad de turba, porque en ese caso el sustrato tendería a compactarse en exceso.


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