Estilo y exclusividad en Marbella: así es esta espectacular villa firmada por la interiorista de la realeza holandesa
La diseñadora de interiores de confianza de la realeza holandesa, Mariska Dietz, ha decorado ‘Villa Las Tortugas’, conformada por tres casas independientes en Los Monteros. Visitamos la residencia principal que combina una arquitectura andaluza y una decoración única con toques tropicales.
Situada en la codiciada zona de Los Monteros, al este de Marbella (Málaga), ‘Villa Las Tortugas’ es toda una declaración de estilo y sensibilidad estética firmada por Mariska Dietz, diseñadora de interiores de confianza de la realeza holandesa y amiga personal de la reina Máxima. Esta finca, actualmente comercializada por la agencia especializada en propiedades premiumPure Living Properties, abarca una parcela de 3.683 m² y está compuesta por tres residencias independientes que comparten un exuberante jardín mediterráneo, varias terrazas con vistas al mar, piscina y gimnasio. ¿Su precio de venta? 10,8 millones de euros.
En este reportaje nos adentramos en la villa principal, un espacio distribuido en dos niveles donde la arquitectura andaluza tradicional se fusiona con una decoración de inspiración tropical y acabados cuidadosamente seleccionados. Una residencia que habla de carácter, exclusividad y una manera única de entender el confort y la belleza en uno de los enclaves más deseados de la Costa del Sol.
Rodeada de vegetación exuberante, la piscinade ‘Villa Las Tortugas’ se convierte en el corazón del espacio exterior. Junto a ella, una generosa zona de solárium ofrece cómodos day beds, colocados estratégicamente bajo sombrillas de fibras vegetales que aportan textura natural. Todo esto se enmarca en un entorno de palmeras altas y jardines bien cuidados, que añaden sombra, movimiento y un toque tropical a este escenario de calma y sofisticación al aire libre.
El gran salón exterior se despliega bajo un porche generoso, concebido para extender la vida al aire libre más allá del verano y envolver cada estación con el mismo nivel de confort y estilo. En los meses más frescos, la protagonista indiscutible es una chimenea con forma de rana, que aporta calidez visualy un punto desenfadado kitsch que rompe la sobriedad, sin restar elegancia. Este elemento, tanto decorativo como funcional, convierte el espacio en un refugio acogedor incluso cuando baja la temperatura.
La amplitud del salón permite reuniones numerosas sin perder intimidad, gracias a una composición pensada para el encuentro y la comodidad. Sofás de obra recubiertos con colchonetas gruesas crean una base sólida y generosa, mientras que butacas independientes de materiales ligeros y formas envolventes suman flexibilidad al conjunto, invitando al descanso y al diálogo sin rigidez. En el centro, una alfombra de fibras naturales mantiene el espíritu mediterráneo durante todo el año.
La caseta que alberga el bar exterior se presenta como un rincón lleno de encanto, donde los materiales naturales y los detalles artesanales definen el ambiente. La barra, forrada con azulejos de inspiración mediterránea, aporta textura, frescor y un guiño a la tradición local. Este pequeño pabellón abierto no solo protege del sol, sino que permite improvisar desde un aperitivo hasta una cena completa, sin necesidad de volver al interior, al contar con una cocina de exterior.
Bajo un techado de madera protector, el comedor de verano se presenta como una extensión natural de la cocina de exterior, pensado para acoger largas comidas y cenas que se alargan entre sobremesas pausadas y conversación fluida. El espacio, generoso y bien proporcionado, permite reunir a muchos sin perder el carácter íntimo que define la atmósfera general.
A diferencia de otros ambientes donde predominan los textiles y revestimientos a rayas (un guiño claro al imaginario mediterráneo más clásico) aquí el protagonismo recae en las alegres sillas tapizadas con una tela en tonos amarillos y motivos florales, aportando un sutil toque decorativo inesperado.
Nada más cruzar el umbral de esta villa marbellí, el recibidor revela su alma majestuosa: un espacio generoso y luminoso donde un piano blanco se convierte en protagonista silencioso, emitiendo una promesa de armonía y sofisticación. El suelo se suaviza con una alfombra de fibras naturales, que aporta textura y calidez bajo la luz natural que inunda la estancia.
La amplitud del espacio permite respirar a cada elemento, desde la mesa hasta los taburetes que completan la escena con refinamiento sereno.
En el salón, con una ventana que lo conecta con el comedor de exterior, la diseñadora Mariska da rienda suelta a su enfoque lúdico del interiorismo. El espacio se convierte en un lienzo dinámico donde las texturas sorpresivas y las formas insólitas conviven en armonía. Cada rincón refleja su filosofía: la elegancia no está reñida con el humor. Un ave escultórica aporta una nota animada que dialoga con muebles vintage de líneas nostálgicas, mientras las lámparas de bambú filtran la luz con calidez tropical.
"Siempre busco que los espacios tengan una pincelada de desenfado. Un interiorismo demasiado serio pierde vida", explica la interiorista. El resultado es una sala que cautiva tanto por las ricas texturas de paredes y textiles, como por su capacidad de sorprender.
Entrar en este comedor es como atravesar la pantalla de la mítica película ‘Memorias de África’, sin necesidad de abandonar la Costa del Sol. Las paredes cobran vida gracias a un papel pintado mural con palmeras que aporta frescor y exotismo, mientras un imponente cuadro de tigre observa desde su lugar privilegiado, como guardián silencioso de las sobremesas. La mesa de comedor, por su parte, exquisita y singular, descansa sobre patas en forma de cuerno, una pieza que condensa el espíritu salvaje y la sofisticación de lo artesanal.
La cocina no solo se vive, sino que también se admira, por ejemplo gracias a la introducción de fantásticas piezas de arte como el caramelo en tamaño ‘XXL’. Este espacio es amplio, funcional y decididamente sofisticado. En el centro, una isla monumental concentra toda la actividad gastronómica, al albergar los fogones a gas y una inmensa superficie para la preparación de las recetas. Además, en el lateral de este módulo, una mesa invita a disfrutar de desayunos tranquilos o charlas improvisadas mientras se cocina, fusionando lo práctico con lo social.
Aunque predominan los tonos oscuros la sensación es cálida y noble, y el ambiente se sigue percibiendo muy amplio pues aquí no son metros lo que faltan.
Aunque en Marbella el cuerpo pida tumbona y cóctel, y más residiendo en esta fabulosa villa, este despacho demuestra que trabajar también puede hacerse con estilo. El escritorio, una pieza escultórica dorada de líneas audaces, se convierte en el epicentro del diseño. Le hace eco una lámpara igualmente dorada, que ilumina con carácter, y una butaca de inspiración colonial, envolvente y acogedora, ideal para una sesión de mails rápida o una llamada urgente.
Frente a la zona de teletrabajo, se sitúa una salita ideal para reuniones informales, cuyo cuadro en tonos rojos vibrantes resulta idóneo para activar la mente y despertar la creatividad.
En esta villa que celebra el mestizaje estético y el espíritu juguetón, cada dormitorio tiene su propia narrativa. Este, aunque no es el principal, brilla con identidad propia. El techo teñido en una gama rojiza marca desde el primer instante una atmósfera vibrante, casi teatral, que se equilibra con la naturalidad terrenal de la cama con dosel en madera al desnudo, de estilo raw. La pared de acento, empapelada con un estampado botánico, añade frescor visual y conecta con la exuberancia vegetal que recorre la vivienda.
Y como si no hubiésemos tenido suficientes criaturas en este particular safari doméstico (ya convivimos con aves, elefantes, ranas y hasta tigres), este espacio introduce un nuevo protagonista: un bovino escarlata que impone su presencia con humor y fuerza.
Mientras que acabamos de ver una habitación muy colorista, el dormitorio principal apuesta por todo lo contrario: una paleta serena y neutra que invita al descanso desde el primer instante. Aquí domina la calma y la suavidad de los tonos arena.
La estrella del espacio es la cama con un dosel entelado que añade sensación de recogimiento, generando un refugio íntimo y cálido. La iluminación, cuidadosamente dispuesta, emite una luz ámbar que realza los acabados nobles sin romper la atmósfera de paz. Piezas decorativas de inspiración exótica ponen el acento justo en un interiorismo que respira elegancia sin artificios.
El baño en suite sorprende por su equilibrio entre exotismo lúdico y refinamiento material. La atmósfera continúa el discurso estético de la villa, donde el lujo se expresa a través de texturas, referencias naturales y un toque animal bien dosificado, en este caso mediante las lámparas de cacatúa y la alfombra de estética safari.
Las paredes presentan un acabado texturizado que se repite elegantemente en el frente de los armarios, generando una continuidad visual que refuerza la sensación de orden y calma. Bajo un techo revestido en madera que aporta calidez orgánica, dispuestos como una pareja funcional y armónica. Una bañera exenta ocupa un lugar protagonista, pensada tanto para el ritual como para el relax contemplativo
La visita de la villa principal de ‘Las Tortugas’ diseñada por Mariska Dietz culmina en laterraza privada del dormitorio principal, con vistas privilegiadas del mar Mediterráneo, que es una invitación al sosiego absoluto. Dos tumbonas de fibras naturales reposan en paralelo, rodeadas de vegetación cuidadosamente dispuesta para crear una atmósfera fresca. Este es un broche natural para un espacio exterior que cultiva el lujo silencioso.
Pero el verdadero valor de esta propiedad trasciende lo estético. Se trata de su mirada sostenible, un compromiso real con el futuro. La elección de materiales naturales, la integración de sistemas de energía renovable y el respeto por el entorno hacen de esta villa mucho más que una postal perfecta. “Es importante que las casas no solo sean estéticamente bellas, sino también eficientes, habitables a largo plazo. El diseño tiene que ir más allá de lo inmediato”, afirma Mariska. Una filosofía que impregna cada rincón de esta casa de recreo contemporánea, en la que el lujo más auténtico es también el más consciente.