Con la llegada del calor, muchas plantas de exterior se marchitan antes de tiempo o simplemente no sobreviven al verano. Pero no todo está perdido: hay especies capaces de florecer incluso bajo el sol más intenso. Descubre las claves para acertar con flores resistentes y vibrantes que se adaptan a distintos climas y espacios exteriores. Nos asesora Ignacio Guío, conocido en redes sociales como ‘Chico Plantas’, donde acumula miles de seguidores en Instagram, TikTok y YouTube gracias a sus consejos claros, útiles y realistas sobre jardinería.
Desde jardines hasta terrazas urbanas, patios y balcones soleados, aquí empieza tu ruta hacia un verano lleno de color, resistencia… y alegría vegetal.

Flores a prueba de los calurosos veranos que nos azotan
Si te preguntas qué flores resisten mejor el calor del verano en los jardines, la respuesta depende de la región de España en la que vivas, ya que no todas las especies se adaptan igual a cada clima.
Según Ignacio, en zonas costeras, encontrarás con facilidad 'bandera española' o lantana (Lantana camara), hibiscos (Hibiscus rosa-sinensis) y buganvillas (Bougainvillea spectabilis). Todas ellas aportan frescura visual con una floración rica en tonos amarillos, rosas, rojos y naranjas.
En cambio, en zonas de interior se desarrollan mejor verbenas (Verbena bonariensis; en la imagen), gauras (Oenothera lindheimeri) y gazanias (Gazania rigens).

Color y resistencia en lo alto
Para espacios reducidos como terrazas o balcones, donde las plantas pueden colgar y adornar desde lo alto, el experto recomienda especies como la calibrachoas, también conocida como ‘Million Bells’ (Calibrachoa procumbens; en la imagen), la portulaca o flor de seda (Portulaca grandiflora), la verbena ornamental (Verbena hybrida) y la aptenia (Aptenia cordifolia).
Estas plantas, además de resistir el calor, producen una floración abundante que cae en cascada, llenando de color y vida rincones soleados donde pocas especies sobreviven al verano.

Plantas todoterreno: resisten el calor y el frío
Si buscas flores que no solo resistan el calor, sino que también soporten temperaturas bajas en invierno, en estos casos conviene apostar por plantas más arbustivas, es decir, aquellas que crecen de forma perenne y no dependen de ciclos de floración cortos como las petunias, que solo duran una temporada.
El popular creador de contenido ‘Chico Plantas’ recomienda especies como las abelias (Abelia grandiflora; en la imagen la planta en flor en tonos rosados claro, aunque también puede presentar colores lavanda o blancos), escalonias (Escallonia rubra), lavandas (de cualquier variedad), falsos jazmines, como el jazmín azul (Plumbago auriculata), adelfas (Nerium oleander) y fotinias (Photinia x fraseri).
Estas plantas florecen a mediados o finales de la primavera y, dependiendo de la intensidad del sol en tu zona, pueden mantener sus flores durante buena parte del verano. Además, resisten bien las heladas, por lo que son ideales para jardines expuestos a temperaturas extremas.

Plantas de aquí que no temen las temperaturas altas
¿Plantas nativas que resistan los tórridos veranos que estamos teniendo con la llegada del cambio climático? Ignacio explica que “en estos casos se complica la elección, ya que pocas plantas que vemos en jardines urbanos o en casa son realmente autóctonas de alguna región de España o incluso de la cuenca mediterránea”.
Muchas especies locales, como las jaras, las retamas o los tojos, no suelen encontrarse en viveros y por eso rara vez se usan en jardinería. Sin embargo, sí hay algunas excepciones bien conocidas: las plantas aromáticas como la lavanda, el romero y el tomillo, que además de ser autóctonas resisten muy bien el calor.
En el norte, funcionan especialmente bien los brezos (Calluna vulgaris) y las genistas (Genista hispanica), mientras que en la costa cálida destacan especies como el mirto o arrayán (Myrtus communis) y el teucrio también denominado olivilla (Teucrium fruticans), así como varias suculentas, muy comunes en climas secos como el de las islas Canarias.

Hay plantas foráneas que se adaptan bien pero, antes de elegir, infórmate
Ignacio explica que también se puede apostar por flores no autóctonas, aunque antes de todo insiste en que la clave para acertar está condicionada por el clima local. Por ejemplo, la buganvilla es una planta resistente que se adapta bien en muchas partes de España, pero en regiones con inviernos fríos y heladas puede pasarlo mal.
Y detalla: en el norte del país, las hortensias (Hydrangea; en la imagen) y las camelias (Camellia) crecen sin problemas durante todo el año, mientras que en el sur sufren con el calor extremo. Por eso, antes de elegir, es fundamental observar lo que ya funciona a tu alrededor.
No se trata solo de si una planta es bonita, sino de si está preparada para tu clima. Las especies que resisten en jardines vecinos ya han pasado la prueba.
El mejor consejo por parte del experto: “da un paseo por tu barrio o tu ciudad, fíjate en los jardines públicos y en las plantas que ves crecer sanas desde hace años en casas o comunidades. Haz fotos de las que te gusten y llévalas a tu vivero local. Así podrán indicarte exactamente cuál es y si se adapta bien a tu zona. De ese modo, te aseguras de acertar con especies que, aunque no sean autóctonas, ya han demostrado resistir en tu clima”.

Plantas imprescindibles del jardín o la terraza
Lavanda (Lavandula.), rosales (Rosa.), geranios (Pelargonium), rudbeckias (Rudbeckia hirta, Rudbeckia fulgida), paniculatas (Gypsophila paniculata), estátices (Limonium sinuatum)… ¿Cuál de estas flores cultivar sí o sí?
Ignacio afirma: “cada vez que diseño un jardín o terraza, lo primero en lo que pienso es en las lavandas. Cualquier aromática me parece imprescindible en un espacio verde, pero la lavanda la siento como uno de los elementos más representativos del Mediterráneo y de las aromáticas más resistentes y bonitas”.
Por otra parte, los rosales son otra de esas plantas que, si no tienes niños pequeños o mascotas que se puedan hacer daño con sus espinas, debería tener cualquier amante de las plantas. Suponen un reto en cuanto a poda y tratamiento de enfermedades, pero una vez las domines, se convertirán en una de tus pasiones.

Sol y calor: las flores más resistentes
Existen flores que, además del calor, resisten una ubicación a pleno sol. "Las que más, las lavandas, adelfas, lantanas y teucrios", asegura Ignacio.
Todas las especies mencionadas anteriormente en esta guía toleran bien el sol, pero estas cuatro destacan por su extraordinaria capacidad para resistir exposición solar directa durante muchas horas al día, incluso en las épocas más calurosas del año.
Además, no solo soportan el calor y la radiación intensa, sino que también toleran bien períodos de sequía, lo que las convierte en opciones ideales para climas mediterráneos o zonas con restricciones de riego.
La lavanda no solo sobrevive, sino que florece con más intensidad, cuando recibe sol pleno. En la propuesta, una terraza diseño de La Habitación Verde que apuesta por esta hierba fragante. La adelfa es prácticamente indestructible en condiciones de calor y sol, siempre que tenga buen drenaje. La lantana ofrece floración continua y colorida, y el teucrio suma un follaje plateado muy decorativo que también refleja el exceso de luz, ayudando a conservar la humedad.
Si tu espacio exterior está expuesto al sol todo el día, estas plantas son tu apuesta segura.

Las especies que prefieren escapar de los rayos solares
Después de hablar de las especies que resisten sin problemas el sol directo, Ignacio también destaca que no todas las plantas disfrutan de una exposición tan intensa. Algunas prefieren crecer en condiciones de semisombra o incluso sombra total, sobre todo en las zonas más calurosas de España.
“Hortensias, camelias, gardenias y azaleas” son, según el experto en jardinería, las más representativas de este grupo. Todas ellas son espectaculares durante su floración, pero mucho más delicadas frente al sol fuerte, el viento seco y la falta de humedad.
Si vives en un clima seco o muy cálido, lo mejor es cultivarlas en macetas para poder moverlas a zonas más frescas durante el verano, incluso a sombra total si es necesario.
Además, Ignacio recomienda no plantar directamente en el suelo aquellas plantas recién compradas o jóvenes. "Lo ideal es aclimatarlas poco a poco, exponiéndolas progresivamente a las condiciones reales de tu jardín durante sus primeros años. Así, cuando llegue el momento de plantarlas en un lugar definitivo, ya estarán preparadas para resistir mejor el entorno", detalla. Este proceso, conocido como aclimatación gradual, marca la diferencia entre una planta que a duras penas sobrevive y una que prospera feliz.

Especies de planta en flor, los cuidados en veranos tórridos
Ignacio ofrece estos consejos prácticos para las flores que están plantadas en jardín, en suelo: “que tengan asegurado al menos un riego al día y que sea, a poder ser, de atardecer. Así tendrán toda la noche para que sus raíces se hidraten por completo”.
Por otra parte, él para las variedades cultivadas en maceta opta por poner platos o bandejas debajo de los contenedores, para que tengan un extra del riego que sobre. “En otros momentos del año no es aconsejable, pero en verano ese extra durará menos de un día, con lo cual no pudrirá las raíces y les dará algo más de frescor”, relata.
Quien prosigue: “algo que hay que evitar en cualquier caso, y aquí ‘cada maestrillo tiene su librillo’, es regar por encima de las plantas, mojando hojas y tronco. Muchos profesionales del jardín lo recomiendan para aportar frescura extra a las plantas, pero mi experiencia me dice que lo único que acaba aportando son enfermedades fúngicas (de hongos) en las hojas y aparición de cochinilla algodonosa, debido a la combinación de altas temperaturas y esa humedad generada artificialmente en las hojas. Nunca lo he hecho con mis plantas y me aguantan en verano el sol directo y la sequedad de Madrid en una terraza con sol de 11.30 a casi 22 horas”.

Menos riego, más color
¿Mantener un jardín colorido durante el verano sin excesivo mantenimiento? Ignacio lo deja claro desde el principio, aunque pueda no gustar a todo el mundo: “lo primero es elegir plantas autóctonas o que se adapten bien al clima local. No tiene sentido insistir con una planta que año tras año sufre, sin llegar nunca a mostrar su mejor cara”.
Y ofrece estos ejemplos: viviendo en el sur de España, no hay que plantar hortensias; son espectaculares, pero no soportan bien el calor extremo ni la falta de humedad. En cambio, en el norte sí prosperan. De forma inversa, tampoco cultivaría plantas típicas de secano, como olivos o granados, en zonas con mucha lluvia y poca luz.
El secreto para acertar está en elegir plantas que encajen con tu clima. No tiene sentido insistir con una especie que sufre cada año y nunca llega a mostrar su mejor versión.
Para zonas cálidas y secas, el reconocido creador de contenidos sobre botánica y jardinería recomienda explorar el mundo de las plantas xerófitas, especies que evolucionaron para sobrevivir con muy poca agua y mucho sol. No solo incluyen cactus y suculentas, sino también árboles y arbustos como encinas, pinos u olivos. Muchas de estas plantas tienen floraciones atractivas y prolongadas, y apenas requieren cuidados. Estamos viendo una variedad con estas característica, la rosa del desierto (Adenium obesum), una suculenta de gran belleza, resistente al calor extremo y de bajo mantenimiento.
La clave, insiste Ignacio, está en adaptar el jardín al entorno, no al revés. De esta forma, no solo ahorras agua y tiempo, sino que también disfrutas de un jardín lleno de color que prácticamente se cuida solo.

Plantar flores es plantar bienestar y biodiversidad
Dentro de todos los tipos de planta (árbol, arbusto, trepadora, etc.), las plantas con flor juegan un doble papel fundamental en nuestras vidas. Por un lado, contribuyen directamente a la biodiversidad, ya que atraen polinizadores como abejas, mariposas, sírfidos o aves. Estos animales desempeñan un papel crucial en la salud de los ecosistemas y en la producción de alimentos. Sin flores, no hay polinización; sin polinización, no hay vida tal como la conocemos.
Por otro lado, las flores también tienen un efecto directo en nuestro bienestar emocional. Ignacio revela que “esto es algo que aprendí trabajando como florista, sin duda los colores y formas de las flores estimulan nuestro estado de ánimo: ayudan a relajarnos tras una jornada exigente o a recargar energía en momentos de bajón emocional. Su presencia actúa como desestresante natural, aportando alegría, belleza y conexión con lo esencial”. Esta terraza tan colorida y optimista está rebosante de geranios (Pelargonium).
A lo largo de la historia, las flores han sido símbolos universales de gratitud, amor, duelo o reconocimiento. Incorporarlas en nuestros espacios verdes es una forma de personalizar el entorno y expresar nuestras emociones más allá de las palabras.
En resumen: cultivar plantas con flor no solo embellece tus espacios exteriores, sino que fortalece la biodiversidad y mejora tu calidad de vida.