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Elegir el mueble de lavabo perfecto para tu baño no es tarea menor. No vale solo con que te encante (aunque eso es fundamental). Tiene que encajar como un guante, ya no solo con las dimensiones de la estancia, también con el estilo de la decoración y, por supuesto, con tus (o vuestras) necesidades. ¿Tienes sitio para dos lavabos o con uno es suficiente? ¿Prefieres almacenaje extra o te basta con una encimera despejada? ¿Qué pasa si el mueble es muy profundo y al abrir la puerta choca con la del baño? En fin. Todo esto conviene pensarlo antes de decidirte por uno en concreto.
Para ayudarte, hemos recopilado 10 modelos diferentes que, además de inspirarte, te darán las claves que debes tener claras. ¡Vamos a ello!
© Strohm TekaAsegúrate de que tenga una altura cómoda
Si te gusta el aire clásico o simplemente prefieres no taladrar las paredes, los muebles de lavabo con patas, como este de colección Lavi de la firma Strohm Teka– son tu opción. ¿Qué tener en cuenta? Primero, que las patas sean firmes y resistentes: evitarás ese molesto balanceo que a veces aparece con el tiempo. Segundo, el espacio que queda debajo: déjalo despejado para facilitar la limpieza o, si necesitas más zonas de almacenaje, coloca unas cestas de fibra. Eso sí, mide bien porque algunos modelos son más altos de lo habitual y podrían hacer incómoda la altura del lavabo.
© Boho StudioSi encargas un modelo a medida, planifica su diseño
Los muebles de obra o a medida son geniales para aprovechar rincones difíciles en baños pequeños, pero también para sacar partido a estancias grandes. Aquí, la clave del éxito está en la planificación: asegúrate de que la encimera tenga suficiente fondo, que cuente con suficiente espacio de almacenaje y que los cajones sean prácticos, pues cuando son muy profundos, los objetos más pequeños acaban desperdigados. Para este proyecto, el equipo de interioristas de Boho Studio diseñó un mueble de lavabo que consiste en una encimera que apoya un extremo en el murete de la ducha y el otro se prolonga en una pata. En el espacio que quedaba libre debajo se colocó una cajonera de madera.
© Salva LópezToma medidas
Cuando el baño es mini, toca pensar a lo grande... en soluciones. Elige un mueble compacto que no robe centímetros preciosos y si es suspendido, mejor. Despejan el suelo y dan sensación de ligereza. Y como ya sabes que el almacenamiento es clave, busca un diseño que alterne puertas con cajones o estantes, como este modelo de la serie Tura de Roca.
© RoyoPiensa en el conjunto para lograr un baño equilibrado y agradable
Aquí no hay escapatoria: si vas a poner más de una pieza de mobiliario en el baño, cuida que el acabado y el diseño sean coherentes. No mezcles un mueble de lavabo moderno con un armario auxiliar de corte rústico (a no ser que lo hagas muy bien y con intención) o una cajonera en blanco mate con una estantería en madera barnizada brillante. La colección TUYŌ de la marca Royo cuenta con una amplia gama de medidas, tipos de módulos, encimeras, lavabos y colores. Incluye 5 opciones de frentes y acabados que van desde unicolor hasta melamina y matt premium.
© Pierre KellenbergerValora la calidad
Ten en cuenta que los baños son zonas húmedas y el mueble sufrirá vapores, salpicaduras y cambios de temperatura. Así que lo mejor será que optes por materiales resistentes a la humedad: laminados de calidad, madera tratada, acabados lacados bien sellados… Evita maderas sin tratar o barnices poco resistentes. Y recuerda: cuanto más lisa sea la superficie, más fácil de limpiar. En este caso, el mueble pertenece a la nueva colección Arun, de Laufen.
© TikamoonNo tienes por qué renunciar a la madera
Pero elige con cabeza. No toda la madera sirve: busca opciones tratadas para resistir la humedad. Roble, teca o iroko son buenas apuestas. En el modelo Ismaël de Tikamoon es de palisandro y luce la belleza gráfica de un veteado realmente vistoso.
También es importante que tengas en cuenta el tono: las maderas muy oscuras conviene reservarlas para baños grandes. Los tonos medios o claros aportan más luz y ligereza. Y ojo con los barnices: mejor mates o satinados que brillantes.
© Fiora¿Lo prefieres de color?
Aquí toca sacar el ojo decorativo. Lo suyo es que el color del mueble de lavabo encaje con los azulejos, el suelo y el resto de los elementos del baño. Si el tuyo es neutro, puedes atreverte con un mueble de color que aporte personalidad (un azul grisáceo, un verde oliva, un terracota…). Pero si los revestimientos ya son muy potentes, elígelo en un color suave o a juego con la paleta dominante.
¿Un truco? Saca el código RAL o NCS del mueble y pinta o alicata una pared en ese mismo tono. Fíjate lo bien que queda en este baño, decorado con un mueble de lavabo de la colección Inglet, de Fiora.
© ArtceramMás importante de lo que parece
La encimera del mueble de lavabo juega un papel fundamental tanto en el uso diario como en el estilo general del espacio. Tiene que adaptarse a tus necesidades y resistir el ritmo del día a día.
Si quieres espacio para dejar cosméticos, cremas, cepillos o incluso una vela decorativa, apuesta por una encimera ancha, con lavabos encastrados o de sobre encimera, que deje zonas libres a los lados, como en este mueble de la firma Artceram. En cambio, si prefieres una solución compacta, limpia y de fácil mantenimiento, los lavabos integrados (aquellos que son una sola pieza con la encimera) son muy recomendables: no tienen juntas ni recovecos donde se acumule la suciedad y visualmente aligeran el conjunto.
En cuanto al material, las de resina son ligeras, económicas y fáciles de mantener, aunque menos resistentes a rayaduras. Las de piedra natural (como el granito o el mármol) aportan elegancia y durabilidad, pero requieren algo más de mantenimiento. La madera tratada, bien cuidada, ofrece calidez y un acabado natural muy especial, aunque no todas las maderas se comportan igual frente a la humedad. Y el microcemento o los compuestos minerales son excelentes aliados si buscas un acabado contemporáneo.
© Banni¿Dos lavabos? Sí, pero solo si encajan bien
Contar con dos lavabos en el baño, como hizo el equipo de Banni en este proyecto, puede parecer el summum del confort, sobre todo cuando se trata de un espacio compartido. Es práctico, cómodo y evita colas matutinas. Pero no siempre es viable –ni por espacio, ni por presupuesto– y forzar la idea puede terminar jugando en contra.
Antes de lanzarte, toca sacar el metro: para dos lavabos que funcionen de verdad (y no solo queden bonitos en foto), necesitas al menos 120 cm de ancho útil. A partir de ahí, suma algo más si quieres que también haya margen para colocar accesorios o una grifería más generosa.
¿No llegas a esa medida? No pasa nada. A menudo, un único lavabo bien planteado, con una encimera amplia y espacio libre a ambos lados, resulta más funcional y estéticamente más limpio. Además, ganas superficie de apoyo. Otra opción interesante es optar por un lavabo extragrande con doble grifería, si el ancho lo permite. No son dos lavabos, pero permiten un uso simultáneo.
© Scarabeo CeramicheElige con cabeza (y con corazón)
El mueble de lavabo, además de funcional, marca el tono estético del baño. ¿Minimalista, rústico, nórdico, con un punto retro? Todas las opciones son válidas, pero hay algo que nunca falla: apostar por un diseño atemporal.
Las líneas rectas, los colores neutros (blancos, grises, tierras, madera natural) y los materiales nobles como la madera maciza, la piedra o el mármol tienen algo en común: envejecen bien. No se pasan de moda y son un valor seguro si quieres que el baño siga gustándote dentro de cinco o diez años. Ahora bien, si eres más de colores vibrantes o formas poco convencionales, adelante. Sabemos que este mueble de la firma Scarabeo Ceramiche te encanta.
En cualquier caso, una solución es optar por una base atemporal –el mueble en sí, el frente, la encimera– y deja que la personalidad y las tendencias entren a través de los detalles: tiradores, grifería, espejo, apliques, cestas o incluso textiles.
