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El calor ya ha hecho acto de presencia y, como consecuencia, hay plantas que no lo llevan nada bien, sobre todo, desde que el cambio climático está provocando que los días con altas temperaturas sean cada vez más frecuentes y prolongados. Una razón poderosa para pensar en adaptar nuestro jardín a las nuevas condiciones meteorológicas y seleccionar aquellas plantas que mejor soporten el calor, máxime si lo que deseamos es tener un jardín florido. ¿Pero qué criterios hay que tener en cuenta para hacer una buena elección?
En primer lugar, hay que seleccionar plantas que estén adaptadas a climas cálidos porque son las que mejor soportan el sol intenso y la escasez de agua. También deberás tener en cuenta aquellas plantas que puedan mantener sus flores durante todo el verano, entre otras razones (además de las estéticas) porque suelen ser más resistentes al estrés térmico y a la sequía. Es más, hay algunas como, por ejemplo, la caléndula que repele las plagas, lo que aporta un extra de protección al jardín.
El tipo de suelo también es importante. Un suelo bien drenado es fundamental para evitar el encharcamiento y que se pudran las raíces. Los mejores, en estos casos, son los suelos pedregosos o arenosos porque se secan pronto y evitan el exceso de humedad. Eso sí, hay que considerar las preferencias de cada especie; las hay que prefieren suelos ácidos y bien drenados, como la rosa rugosa, mientras que otras, como la lavanda y el romero, crecen de maravilla en suelos secos y pobres.
Si, además, quieres que la floración sea abundante es esencial que el sustrato tenga algo materia orgánica; es la mejor manera de asegurar que tus plantas crezcan sanas. Y una vez hechas estas consideraciones, aquí tienes una selección de 10 plantas que resisten muy bien el calor y la sequía. Toma nota de cómo hay que cuidarlas.
© PixabayGeranio, un clásico estival
Seguro que los has visto muchísimas veces en balcones o también en el jardín. Los geranios (Pelargonium spp) son una planta de siempre que es perfecta para cultivar en verano porque, aunque no lleva bien el frío, soporta genial el calor. Es la mejor opción para una terraza soleada, por ejemplo. Además de resistente, es fácil de cuidar. Necesita sol (al menos 6 horas al día) y un riego regular y moderado, sin excesos. Vigila que tenga siempre el sustrato húmedo y proporciónale en verano un fertilizante para plantas de flor. Estará perfecto.
© PixabayLavanda, la aromática todoterreno
Nos encanta por el perfume que destila, pero también por la belleza silvestre de sus flores moradas. La lavanda (Lavandula officinalis) es una planta de origen mediterráneo que aguanta el calor y el sol del verano y, además, no necesita mucho riego, una vez está establecida en el terreno. Una ventaja que tiene plantar lavanda en el jardín es que es una planta que atrae a los insectos polinizadores, lo que causa un beneficio directo sobre el resto de las plantas y el ecosistema en general. Plántala cuanto antes y comienza a disfrutarla.
© PixabayGazania, pasión por las flores
Si lo que quieres es llenar tu jardín de flores, a pesar de estar en verano y de las altas temperaturas que le acompañan, entonces no puedes dejar de plantar gazanias (Gazania x hybrida), una especie de origen sudafricano. No solo soportan bien el calor y el sol, sino que derrochan una belleza espectacular gracias a sus flores de vivos colores: naranja, amarillo, rojo, rosa, blanco... Además, atraerá a los polinizadores a tu jardín. Para crecer feliz, además de unas cuantas horas de sol al día (en torno a seis horas), necesita estar en un suelo bien drenado, que no retenga mucha agua. Si la riegas en exceso y la tierra se encharca podrían pudrirse las raíces.
© PixabayA la sombra de la buganvilla
¿Buscas una planta trepadora de flor que aporte color a la vez que te ayuda a cubrir el porche? La buganvilla (Bougainvillea spp.) es una buena opción, ya que hace gala de unas preciosas flores rosas y es perfecta para regiones en las que el verano destaca por sus altas temperaturas. Se trata de una especie rústica, muy resistente, que no necesita muchas atenciones ni un riego abundante. Plántala en la fachada, con un tutor para que pueda trepar, y disfruta de su belleza.
© PixabayPetunia, una belleza sencilla
Es una flor perfecta para jardines y terrazas en verano, ya que soporta el calor y aporta color gracias a sus flores de tonos variados. Las encuentras moradas, amarillas, rosas, rojas o blancas. La petunia (Petunia x hybrida) alegrará tu jardín durante todo el período estival. Eso sí, para florecer en todo su esplendor necesita bastante luz (al menos 5 o 6 horas de sol cada día) y un riego regular.
© PixabayEl rosal, una apuesta segura
Pocas plantas son tan bellas como las rosas. La variedad es tan grande, que encontrarás seguro un rosal perfecto para disfrutar en verano, con una larga y abundante floración y una buena resistencia al calor. En cuanto a los cuidados que debes darle, no serán demasiado exigentes, más allá de un riego regular y la necesaria protección contra las plagas. También debes vigilar que no le ataquen los hongos, especialmente si lo has plantado en sombra o semisombra.
© PixabayLas flores grandes de la dalia
Si tuviésemos que definir las flores de esta planta con un solo calificativo, diríamos que son llamativas. Y es que la dalia (Dahlia spp.), originaria de México donde se la reconoce como la flor oficial, hace gala de una floración espectacular desde mediados de la primavera hasta bien entrado el otoño. Para estar bella y perfecta necesita mucha luminosidad, aunque no le viene más estar en semisombra durante las horas centrales del día, cuando el sol es más despiadado. A la hora de regar, no te excedas con los aportes de agua. El riego debe ser moderado y no conviene, además, mojar las hojas y flores de la planta.
© PixabayHibisco, exótica y especial
Tanto si lo cultivas en el suelo del jardín como si lo plantas en maceta en la terraza, el hibisco pondrá una nota exótica y colorida en cualquier espacio gracias a sus flores de gran belleza. Como la dalia, necesita bastante luminosidad aunque no tanto sol directo. Y aunque soporta muy bien el calor, deberás protegerlo del frío en invierno, que no le gusta para nada. Para regarlo, hazlo con moderación vigilando el sustrato para que esté húmedo, y proporciónale un buen abonado durante estas semanas de verano. Le vendrá bien un plus de energía para florecer de manera abundante.
© PixabayTagetes, la floración espectacular
Las flores espectaculares del tagete (Tagete erecta) se pueden convertir en el centro de atención de tu jardín, gracias a su gran tamaño y a su belleza arrebatadora y original. Suelen ser de un naranja intenso, aunque también las puedes encontrar amarillas (hay cerca de medio centenar de variedades diferentes), y destilan un aroma intenso y agradable. Para cuidar los tagetes ten en cuenta que necesitan mucha luz y un riego abundante (unos tres aportes de agua a la semana).
Un consejo: planta tagetes entre tus especies del huerto y actuarán como un repelente natural contra los insectos más dañinos.
© Adobe StockLantana: una planta resistente y llena de color
La lantana, conocida como Bandera española por sus vistosas flores rojas, naranjas y amarillas, florece desde la primavera hasta el otoño, llenando el jardín de color durante meses. De origen tropical, es una de las plantas que mejor se adaptan a climas cálidos y secos.
Es muy fácil de cuidar: necesita sol directo, riegos moderados y un suelo que no acumule agua. Soporta bien la sequía, por lo que resulta ideal para quienes quieren un jardín bonito sin demasiadas exigencias. Además, es perfecta para quienes desean un espacio lleno de vida y respetuoso con la naturaleza, porque sus flores atraen mariposas, abejas y otros polinizadores, de manera que contribuye a la biodiversidad del jardín. Eso sí, conviene tener precaución, ya que todas sus partes son tóxicas si se ingieren, por lo que hay que tener especial cuidado con los niños y las mascotas.
La lantana se presenta en dos formas principales: como arbusto compacto, ideal para formar setos bajos o decorar los bordes del jardín, y como variedad rastrera, perfecta para cubrir taludes, macetas colgantes o zonas donde se quiera un efecto de planta tapizante. En ambos casos, aporta color, vida y resistencia durante gran parte del año.
