La vitrina era un clásico en los comedores de antes, reservada, la mayoría de las ocasiones, para la vajilla de las ocasiones y otros objetos que merecían ser vistos y protegidos del polvo. Sin embargo, tras cierto tiempo en el olvido, interioristas y fabricantes la han rescatado, demostrando que puede aportar mucho al hogar. Esta tendencia actualiza su imagen y diseño, sin perder su esencia funcional y poder decorativo, atributos que la hicieron triunfar en su momento y lo harán también ahora. Esta propuesta de Zalf es la prueba de su reinvención, enmarcando la librería del salón.
Además, multiplican sus usos, para que puedan guardar, bien protegidos, no solo platos y copas, sino también libros, carpetas, adornos… Estas 10 ideas harán que quieras tener una y te mostrarán cómo integrarla en tus estancias.

Determina sus usos
Es importante saber para qué la quieres, qué usos vas a darle y dónde vas a ubicarla, ya que en función de esos factores, elegirás un diseño XL de suelo a techo, una que combine puertas, con cristal transparente o esmerilado... Así, si la vas a utilizar, por ejemplo, para guardar ropa de cama de invierno o papeles preferirás una vitrina que sea grande y ligera, pero que el interior se difumine, mientras que si quieres exponer tu vajilla más especial, querrás enseñarla.
Este modelo de La Redoute Interieurs es perfecta si tienes muchas cosas que guardar y quieres lucirlas. Muy moderna, sustituye las puertas abatibles por correderas, rentabilizando el espacio.

Elige la ubicación ideal
Las recordarás en el comedor de tus abuelas o madres, pero ahora las vitrinas 'toman' la casa y pueden colocarse en cualquier estancia. La clave está en encontrar el modelo que mejor se adapte a las condiciones del espacio, al rincón seleccionado y sus funciones.
Situada en el comedor (su ubicación original), esta propuesta de BoConcept apuesta por un diseño moderno, que juega con los materiales y colores de la mesa y las sillas. Así, combina una estructura de madera con marcos y patas negras.

Mantén cierta coherencia visual
Para integrarla en la estancia es importante que mantenga cierta coherencia con el estilo del ambiente en cuanto a estética y gama cromática, aunque también pueden crear contraste y ser la protagonista, a modo pared de acento, en este caso 'vitrina de acento'. Como ocurre en esta propuesta HAY, vestida de amarillo y con las puertas de cristal esmerilado. Una llamada de atención en toda regla.
Además de con el color del propio mueble, debes tener en cuenta los objetos que la visten, tanto fuera como dentro. Porque una cosa es el atrevimiento y otra el estilo ecléctico mal aplicado.

Usa su diseño (y color) a tu favor
Las nuevas vitrinas vienen pisando fuerte. Cumplen las mismas funciones que las antiguas, pero lucen totalmente renovadas, incluso coloridas. Así, si antes te la imaginabas siempre de madera, ahora se visten de negro, rojo, amarillo o verde, como la de esta propuesta. Un modelo lacado de alto brillo, diseñada por Punto M, que introduce un sutil contraste cromático y un halo de exclusividad en el comedor. Una buena idea es la combinación de una parte a la vista y otra cerrada, lo que permite mostrar únicamente lo que quieres lucir.
También debes tener en cuenta la altura y dimensiones, para que respire y no se vea rodeada de piezas y equilibrio proporciones con el resto de elementos. Aquí, ha crecido en vertical, gracias a los jarrones y libros que adornan su parte superior.

Establece un orden interior
Tan importante es la relación de la vitrina con la estancia en la que se ubica como la de los objetos que alberga. Todo debe ir en sintonía, que no necesariamente a juego. Además, debes intentar que no haya partes vacías ni otras abarrotadas. Juega también con la posición de los adornos, libros y vajillas, creando dinamismo y efectos visuales atractivos.
En esta propuesta de IKEA, las dos vitrinas simétricas con la parte inferior con cajones no solo ayudan a mantener el orden en el salón, sino que además lo hacen con estilo. Vestidas de negro, acaparando las miradas, su decoración interior y superior juega con las fibras vegetales y los tonos marrones y beiges cálidos, conectando con el sofá, la alfombra, la silla o la mesa auxiliar.

Decórala con cuidado
Debe ser funcional, pero también bonita. Las vitrinas actuales adaptan su diseño a los nuevos tiempos, para que su integración en las estancias modernas sea sencilla y natural. La variedad va mucho más allá del modelo que tenía tu madre en el comedor, ahora, como hemos señalado anteriormente, se llevan en colores (se acabó la dictadura de la madera), con patas altas o a ras de suelo, con cristales esmerilados o ahumados.
Para crear sensación de conjunto y un ambiente más acogedor, procura que los adornos, vajillas o libros sean afines a los colores dominantes. Si su altura lo permite, usa la parte superior para colocar una pieza llamativa, como en esta propuesta de Ferm Living, donde un jarrón-escultura corona el mueble. Una forma infalible de imprimir personalidad y estilo.

Haz que sea la estrella principal
No es necesario cambiar toda la decoración para actualizar una estancia, basta con incluir una pieza especial y única. Las vitrinas pueden ser esos muebles, bien por su diseño, como por su color o por su interior. En el caso de esta propuesta de deVOL Kitchens, lo es además por su trasera de papel pintado. Una propuesta con el encanto de los elementos antiguos, pero sin complejos de edad. Esta idea de bricolaje también funciona si tienes una vitrina ocupando sitio en el trastero y quieres darle una segunda vida.

Deja que pasee por toda la casa
Y que llegue a todos los rincones. Si antes encontraban en el comedor y la cocina su ubicación ideal, ahora no conocen límites y se pasean por todas las estancias, seguras de que en todas van a encontrar un lugar donde prestar servicio. Las encontramos en el salón, compitiendo con la librería o reforzándola, pero también en el despacho en casa o en el baño.
Este modelo de Retrobad es la prueba de que la vivienda es suya, siempre que se sepan adaptar al lugar en que se encuentran. Así, la parte inferior de esta integra un cajón y un armario, perfectos para guardar todo lo que no quieres que se vea.

Procura que esté bien iluminada
La iluminación es un factor clave, tanto a nivel práctico en el día a día, como decorativo, ya que realza los objetos, crea efectos con el cristal y juegos de luces y sombras en el interior. Actualmente, la mayoría de las vitrinas la integran, como esta, realizada a medida por Zona Cocinas.
Un diseño con puertas de vidrio ahumado que embellecen aún más su contenido. Además, se ha combinado con apliques en la pared, lo que acapara las miradas hacia ella. No te olvides del papel que tiene en todo esto la luz natural y, si es posible, deja que el sol contribuya a crear atmósfera.

Mantén viva su esencia
Convertidas en objetos de deseo, la clave de que vuelvan a ser tendencia de decoración en 2025 se encuentra en su capacidad para hacernos pensar en el comedor de tu abuela o de tu madre o en una casa de campo. Y ese encanto y sentimiento es lo que debe conservar, incluso, si se trata de una vitrina moderna y colorida. La de este salón, diseñado por Luzio Studio, es tan especial como práctica. Y, aunque aquí se ha integrado en un ambiente clásico, también es una buena opción en los de estilo moderno. La clave está en rodearla bien y jugar con su interior.

Ponla en modo museo
Su magnetismo no se ha quedado solo en casa, sino que su nuevo papel en la decoración ha llegado más lejos, hasta los hoteles. Así, el Urso Hotel & Spa cede la vitrina de su lobby a marcas artesanales, para exhibir sus colecciones. De esta manera, crea un espacio de expresión cultural y creatividad, menos frío y encorsetado que la típica sala de exposiciones. Entre los artistas y firmas que van a tener un lugar de honor están alababa, Mabel Sanz, Misui o Julieta Álvarez.