El suflé es una elaboración sencilla, pero eso sí, no abras el horno hasta que no termine la cocción para que no se baje y otra consideración a tener en cuenta es que debes servirlo en el momento, recién hecho, por el mismo motivo. Dulce o salado, es una receta muy versátil. Vamos a preparar uno a base de gambas y queso emmental rallado y lo hacemos en moldes individuales, que queda mucho mejor y se cocina de una manera más uniforme que si en uno grande.
- 300 g de Gambas peladas
- 2 ud de Chalotas
- 100 g de Queso emmental rallado
- 2 ud de Huevo
- 130 g de Leche
- 30 g de Harina
- 50 g de Mantequilla
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
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1.
Engrasa con un poco de aceite o mantequilla unos moldes individuales tipo ramequin y precalienta el horno a 200 grados.
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2.
Pela y pica las chalotas para rehogarlas en una sartén con un poco de mantequilla y aceite, añade las colas de gambas, deja 2 minutos. Reserva.
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3.
Funde la mantequilla en una olla al fuego, añade la harina y rehógala. Ve añadiendo la leche poco a poco sin dejar de remover y deshaz bien los grumos.
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4.
Agrega las chalotas y las colas de gambas, las yemas de huevo y el queso rallado. Salpimenta y mezcla todo bien.
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5.
Monta las claras de huevo a punto de nieve y añade a la mezcla anterior con movimientos envolventes.
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6.
Reparte esta preparación en los moldes engrasados hasta 3/4 partes de su capacidad.
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7.
Colócalos en la bandeja del horno y mételos durante 15 minutos a 200 grados.
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8.
Saca con cuidado y lleva a la mesa.
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