Si te gusta la piña, este granizado te encantará. Es muy ligero y refrescante, con un toque de coco irresistible. Y lo mejor de todo, es sencillísimo de hacer y no necesitas heladera.
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1.
Parte la piña por la mitad, a lo largo y saca toda su pulpa con la ayuda de un cuchillo, una cuchara o incluso un sacabolas, si dispones de uno. Desecha la parte central más dura y fibrosa y parte el resto de la pulpa en dados.
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2.
Coloca en un bol o una tartera y lleva al congelador. Lo ideal es que pase toda la noche.
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3.
Al día siguiente, coloca los dados de piña en la batidora de baso o en la trituradora y comienza a triturar.
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4.
Mezcla en un vaso el agua de coco y el zumo de la lima y añade el azúcar. Mueve bien hasta que se disuelva y añádelo a la batidora.
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5.
Vuelve poner la mezcla en el bol o la tartera y lleva al congelador. Cada dos horas, sácalo y rasca el helado con un tenedor. Así, tres o cuatro veces.
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6.
A la hora de servir, coloca el granizado sobre la cáscara de la piña y adorna con alguna rodajita de lima.
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